La UNEP ha dado a conocer hoy en Durban nuevas evidencias del efecto del cambio climático en el Sahel y África Occidental y sus implicaciones “potencialmente profundas” para la seguridad alimentaria y la estabilidad de estas zonas.
El informe “Seguridad de sustento: el cambio climático, la migración y los conflictos en la región del Sahel” analiza las tendencias regionales en la temperatura, precipitaciones, sequías e inundaciones en los últimos 40 años en 17 países de África occidental desde la costa atlántica al Chad. De forma paralela, los expertos explican el impacto en la disponibilidad de los recursos naturales, medios de subsistencia, la migración y los conflictos que desencadena.
Jacob Rhyner, profesor de la Universidad de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y Seguridad Humana (UNU-EHS) explicó algunas conclusiones del informe: “Recomendamos llevar a cabo políticas de adaptación que sean sensibles ante la migración y los conflictos, basar estas estrategias nacionales en la economía verde o promover los ‘empleos verdes’” y añadió, “además la educación es fundamental, no podemos resolver esta situación si no implicamos a las siguientes generaciones”,
El trabajo detecta cambios significativos en las condiciones climáticas regionales, incluyendo un aumento global de la temperatura media entre 1970 y 2006 de aproximadamente 1 ° C, con un aumento mayor (entre 1,5 ° C y 2 ° C) en el extremo este de Chad y el norte de Malí y Mauritania.
“La frecuencia de las inundaciones y su área de cobertura han aumentado en algunas partes de la región durante los últimos 24 años, por ejemplo, grandes áreas del sur de Burkina Faso, Níger occidental y el norte de Nigeria experimentan un máximo de 10 inundaciones durante este periodo”, afirma el estudio.
Para llegar a estos resultados, los científicos han desarrollado un innovador proceso cartográfico que identifica 19 ‘puntos calientes del clima’, en los que el cambio climático ha sido más grave.
“Muchos de estos puntos se encuentran en la parte central de la región del Sahel, en Níger, Burkina Faso, Ghana y el norte de la costa, así como el norte de Togo, Benin y Nigeria”, aseguran.
Efectos en la población
El estudio ha encontrado que los efectos de tales condiciones climáticas sobre la disponibilidad de los recursos naturales, en combinación con factores como el crecimiento demográfico y la mala administración, han provocado el aumento de la competencia por los recursos escasos y que se cambien los patrones de migración en la región.
“Los pastores son los más afectados por los cambios en las precipitaciones que se producen en las zonas áridas y semiáridas del Sahel. Sus patrones de migración tradicionales están siendo reemplazados por un desplazamiento hacia el sur más permanente”, apunta el informe.
Dina Ionesco, de la Organización Internacional para las Migraciones, ha querido destacar que “existe una nueva tendencia de migración a las ciudades, que son ya de por sí insostenibles”.
Asimismo, la competencia por el agua dulce, los recursos costeros y la tierra entre pescadores, agricultores y ganaderos, y por parte de los nuevos inmigrantes es cada vez mayor. “En algunos casos conduce a tensiones y conflictos, sobre todo en los alrededores del lago Chad”, señalan los expertos.
El estudio es un trabajo conjunto del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en cooperación con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), la Universidad de Naciones Unidas (UNU) y el Comité Permanente Interestatal para la Lucha contra la Sequía en el Sahel (CILSS).