Médicos Sin Fronteras (MSF) inicia una intervención médica de emergencia en la localidad sursudanesa de Doro, a unos 40 kilómetros de la frontera, para atender a los refugiados que huyen de los enfrentamientos en el estado del Nilo Azul en el vecino Sudán.
En el transcurso de las dos últimas semanas, miles de refugiados han cruzado la frontera de Sudán hacia Sudán del Sur, el país más joven de África. Se estima que ya han llegado unas 13.000 personas y el equipo de MSF ha visto a otras miles con todas las pertenencias que han podido cargar en la zona que va desde la frontera hacia el punto de concentración en Doro.
“El lugar en el que se concentran todavía no es un campo de refugiados, puesto que la organización y asignación de terrenos a las familias no ha hecho más que empezar,” explica Jean-Marc Jacobs, coordinador general adjunto de MSF en Sudán del Sur, quien visitó la zona la semana pasada para evaluar la necesidad de una respuesta médica de emergencia. “Pero los aledaños de Doro se están llenando de refugiados y la cola de recién llegados que esperan ser registrados cada vez es más larga. La gran cantidad de personas reunidas aquí está desbordando la capacidad de la clínica de salud local”.
La semana pasada MSF consiguió hacer llegar los primeros suministros de medicamentos y de material médico a Doro, y un equipo formado por tres sanitarios pudo empezar a dar asistencia médica a los refugiados.
“Por ahora nos estamos centrando en las personas en un estado más crítico”, manifiesta el Dr. Asaad Kadhum, coordinador del equipo de emergencia de MSF en Doro. “De momento, ya hemos atendido a 118 pacientes en nuestra clínica. Los casos severos de malaria, diarrea y enfermedades respiratorias son nuestra prioridad: hasta ahora hemos tratado 22 de estos casos urgentes. Esperamos ver a unos 120 pacientes diarios en nuestra clínica. Pero la extensión del campo va creciendo, por lo que pondremos en marcha una clínica móvil lo antes posible para llegar a todos aquellos que necesitan atención médica”.
Abandonan sus casas
Muchos de los refugiados han explicado al personal de MSF que huyeron de los bombardeos en sus aldeas y sus alrededores en el estado del Nilo Azul. “Decidí abandonar mi hogar porque la guerra se aproximaba”, afirma un hombre de 50 años en Doro. “Vimos llegar los aviones que seguidamente bombardearon nuestra aldea. Caminamos durante ocho días junto a una larga hilera de gente que huía como nosotros. Llegamos hace tres días, pero trajimos solo un poco de comida que ya hemos agotado”.
Más cerca de la frontera hay cientos de familias esparcidas entre los matorrales, intentando descansar un poco antes de emprender la segunda parte de su viaje a Doro. “Pensamos que pueda haber unos 8.000 refugiados desplazándose, caminando lentamente de la frontera hacia Doro”, continúa el Dr. Kadhum. “Están exhaustos y aterrorizados. Puedes ver el miedo en sus ojos. Y no sabemos cuántas personas más cruzarán la frontera en los próximos días y semanas”.
Necesidades en aumento
MSF pondrá en marcha un programa de nutrición terapéutica en los próximos días para tratar a niños menores de 5 años con desnutrición severa. Será esencial organizar vacunaciones para prevenir la propagación de enfermedades transmisibles, y el equipo ya está pensando en iniciar consultas de salud materna y controles prenatales con urgencia, puesto que hay muchas mujeres embarazadas que darán a luz en condiciones extremadamente difíciles.
Se prevé que las necesidades vayan en aumento en los próximos días y semanas con la llegada de más refugiados. La atención sanitaria no es la única prioridad que hay que atender en Doro. Solo existen dos pozos en la zona para cubrir las necesidades de los 13.000 refugiados y de los habitantes locales. La gente hace colas de hasta cinco horas para conseguir agua, todavía no hay ni una sola letrina y no está claro cómo van a conseguir alimentos todas estas personas. “En una situación como esta, el agua potable, el saneamiento y la atención sanitaria son necesidades urgentes que hay que cubrir por igual”, añade el Dr. Kadhum.
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