Las empresas asturianas ya pueden solicitar ayudas para proyectos ligados a las energías renovables

El Gobierno del Principado ha abierto la veda al Fondo de Transición Justa (FTJ) con la publicación de las bases para la primera línea de ayudas, por valor de 40 millones de euros. Este fondo, financiado por la Unión Europea, tiene como objetivo apoyar la descarbonización de la economía en las regiones más afectadas por el cierre de las minas de carbón, como es el caso de Asturias.

Un balón de oxígeno para la industria asturiana

Las ayudas, que podrán cubrir hasta el 20% de la inversión en grandes proyectos, van dirigidas a empresas y pymes asturianas que quieran invertir en la cadena de valor de las energías renovables. Esto incluye la fabricación de equipos como baterías, paneles solares, turbinas eólicas o bombas de calor, así como la producción de componentes y materias primas necesarias para su elaboración.

Un paso adelante en la descarbonización

La consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico, Nieves Roqueñí, ha calificado la publicación de las bases como un "hito" para la comunidad autónoma. "Esta primera convocatoria, y otras que se sucederán en los próximos meses, suponen una oportunidad para la transformación de nuestro tejido industrial y la mejora de la competitividad de las empresas, al tiempo que contribuirán a mitigar los efectos del cambio climático", ha valorado.

Flexibilidad para las empresas

Roqueñí ha destacado también que la Comisión Europea ha aceptado la petición de flexibilidad defendida por el Gobierno de Asturias y otras regiones europeas, de modo que las inversiones no deberán estar ejecutadas necesariamente en 2026.

Un nuevo marco para las ayudas

Cabe destacar que esta es la primera línea de ayudas específica del Fondo de Transición Justa que sale a información pública en España, y la primera que está diseñada de acuerdo con los parámetros revisados en 2023 del Marco Temporal de Ayudas de Estado aprobado por la Unión Europea a raíz de la guerra en Ucrania.

La apertura de esta línea de ayudas supone un paso importante para la descarbonización de la economía asturiana y para la creación de empleo en la región. Se espera que las empresas aprovechen esta oportunidad para invertir en proyectos innovadores y sostenibles que les permitan competir en el nuevo mercado energético del futuro.