La mañana del viernes fue terrorífica en el barrio de Villar en La Felguera. Un vecino que salía a cuidar su huerta se topó con una escena escalofriante: una bolsa de basura contenía una pierna humana mutilada con el calcetín intacto. Poco sabía que esto era solo la punta del iceberg de un macabro crimen.
El responsable no era otro que el compañero de piso de la víctima, un hombre de unos 71 años llamado Santos Conrado. Según la confesión del asesino, después de apuñalar mortalmente a Conrado en el tórax, descuartizó su cuerpo y repartió los restos en varias bolsas de basura que esparció cerca de la vivienda que compartían.
La convivencia entre ambos era un verdadero infierno según los vecinos, quienes no se mostraron sorprendidos por el trágico desenlace. "En esa casa había un trasiego constante de toxicómanos y muchos problemas de convivencia que denunciamos varias veces", relató una mujer residente cerca.
Las motivaciones del atroz asesinato parecen ser puramente económicas. El asesino, que rentaba una habitación a Conrado por 100 euros al mes, solo llevaba dos meses conviviendo con su víctima cuando estalló la violencia.
En un espeluznante operativo, el criminal regresó ayer a la escena del crimen escoltado por agentes de la Policía Nacional para reconstruir los hechos. Caminando con dificultad por sus muletas, el hombre colaboró durante más de una hora en el interior de la vivienda para determinar los detalles del atroz crimen.
La autopsia confirmó que Conrado murió por heridas de arma blanca y que el descuartizamiento ocurrió después, unos cinco días antes del espeluznante hallazgo vecinal. El asesino no pasará a disposición judicial hasta mañana martes, donde se espera que declare ante el juez de guardia por este perturbador caso que ha conmocionado al municipio asturiano.