El reciente fallecimiento de Manuel Ruiz de Lopera, ex máximo accionista y presidente del Real Betis, ha conmocionado a la comunidad futbolística y a los seguidores del club verdiblanco. Lopera, una figura icónica en la historia del Betis, dejó un legado indeleble tras transformar al equipo durante su gestión desde 1992 hasta 2010. Su trayectoria estuvo marcada por altibajos, incluidos éxitos deportivos memorables como la conquista de la Copa del Rey en 2005 y la clasificación histórica para la Champions League.
Lopera fue un personaje controvertido y carismático, conocido tanto por sus decisiones audaces en la gestión del club como por sus enfrentamientos legales relacionados con la adquisición y venta de acciones del Betis. Su estilo de liderazgo, a menudo considerado de la vieja escuela, generó admiración y críticas por igual. Figuras destacadas del club y aficionados han expresado su pesar y reconocimiento a su contribución al Betis, recordándolo como alguien que marcó una época en el equipo sevillano.
En las últimas semanas, la salud de Lopera había sido motivo de preocupación, tras haber sido ingresado en la UCI debido a complicaciones de una diverticulitis, una condición con la que había luchado en años recientes. A pesar de los esfuerzos médicos, su estado se deterioró, llevándolo a su fallecimiento.
Este momento triste para el Real Betis y sus seguidores también sirve como una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de Lopera en el club. Su legado es complejo, mezclando logros deportivos con controversias legales, pero indudablemente dejó una marca profunda en el equipo y en el fútbol español.
La despedida a Manuel Ruiz de Lopera es un momento de recuerdo y homenaje a una figura que, más allá de las opiniones divididas, se dedicó con pasión al Real Betis y contribuyó a momentos históricos que los béticos recordarán siempre