En una iniciativa sin precedentes, Euskadi, Navarra y el País Vasco francés se han unido para crear una Denominación de Origen Protegida (DOP) común para sus sidras, un hito que podría marcar un antes y un después en la industria sidrera de estas regiones. Este esfuerzo conjunto surge como respuesta a la exclusión inicial de los productores del País Vasco francés en la solicitud de DOP para la sidra vasca, conocida como "sagardoa", que había generado oposición por parte del gobierno francés.
La propuesta actual, que ya está en proceso de análisis por parte de las autoridades de la Unión Europea, busca incluir a cosecheros y lagareros de las tres regiones del País Vasco francés (Labort, Nafarroa Beherea y Sola) junto con los productores y elaboradores de Navarra. Este acuerdo crearía la primera denominación transfronteriza de Europa con un reglamento único, lo que significa un avance significativo en la cooperación y el reconocimiento de la diversidad sidrera en la región.
La nueva DOP, que se comercializaría bajo la marca "Euskal sagardoa-Sidra del País Vasco-Cidre du Pays Basque-Euskal Sagarnoa", abarcaría un total de 62 lagareros (50 de Euskadi, seis navarros y seis franceses) y aproximadamente 390 productores de manzana (250 vascos, un centenar de Navarra y unos cuarenta franceses).
La iniciativa para la protección europea de la sidra vasca se remonta al 11 de mayo de 2017, cuando el Ministerio de Agricultura presentó ante la Comisión Europea la solicitud de registro de la DOP para la "sagardoa". A pesar de la oposición inicial y los retos encontrados en el camino, este proyecto ha seguido adelante con el apoyo de las autoridades locales y la colaboración del Instituto Nacional de Origen y Calidad de Francia (INAO).
Este esfuerzo conjunto no solo busca proteger y promover la calidad de la sidra producida en estas regiones, sino que también enfatiza las diferencias únicas de la sidra vasca en comparación con otras variedades europeas, incluyendo la asturiana. Entre las características distintivas de la "sagardoa" se destacan su menor transparencia, mayor frescura en nariz y un sabor más untuoso y menos astringente en comparación con la sidra asturiana.
La aprobación de esta DOP transfronteriza representaría un hito significativo, no solo para la industria sidrera de estas regiones, sino también para el marco legal y cooperativo en la Unión Europea, estableciendo un precedente para futuras iniciativas transfronterizas.