La industria hostelera en Asturias enfrenta una crisis creciente debido a la escasez de camareros cualificados, una situación que amenaza con agravarse y poner en serios aprietos al sector turístico y hostelero. A pesar de una disminución en el desempleo en la región, con 58.489 personas desempleadas y 377.992 ocupadas según datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, la demanda de trabajadores cualificados en sectores como la construcción, la hostelería y la tecnología supera la oferta disponible.
Esta carencia de mano de obra especializada está llevando a muchos negocios hosteleros a funcionar por debajo de su capacidad máxima, resultando en la pérdida de clientes e ingresos. Según Ángel Lorenzo, presidente de Otea Gijón, la falta de personal cualificado no solo impide ampliar las plantillas sino que también genera incertidumbre en la apertura de nuevos locales de hostelería y turismo.
El verano, que se anticipa como una temporada de récord, ha exacerbado la situación. La hostelería asturiana, al igual que en toda España, se enfrenta a un cóctel de problemas que incluyen una falta de vocación e interés por trabajar en el sector, horarios extensos y bajos salarios. Además, la pandemia ha propiciado un cambio en los valores generales, con más personas buscando teletrabajo y conciliación, algo difícilmente compatible con la hostelería.
José Luis Álvarez Almeida, presidente de la patronal Otea, señala que la solución podría pasar por facilitar la llegada de trabajadores cualificados de otros países. Sin embargo, también reconoce que las políticas de ayudas sociales actuales podrían estar desincentivando el trabajo en el sector. Almeida sugiere que las personas que reciben ayuda social deberían mantenerla durante los primeros meses de empleo para garantizar la seguridad familiar.
El problema se extiende más allá de los camareros, afectando también a cocineros, recepcionistas, limpiadores y técnicos. Además, se observa una falta de jóvenes dispuestos a iniciarse en el oficio. Esta situación está llevando a algunos empresarios, como Adrián Mori, a reducir el número de mesas en sus establecimientos debido a la falta de personal, lo que significa renunciar a cientos de clientes potenciales cada día.
En resumen, la escasez de camareros cualificados en Asturias se está convirtiendo en un desafío significativo para la hostelería y el turismo de la región. Esta crisis no solo afecta la capacidad de servicio y la satisfacción del cliente, sino que también plantea preguntas más amplias sobre las condiciones laborales y la sostenibilidad del empleo en el sector. La solución a este problema multifacético requerirá un enfoque colaborativo entre el gobierno, las empresas y los trabajadores, así como una reconsideración de las políticas de empleo y formación para atraer y retener talento en la industria hostelera.