En un giro sorprendente de los acontecimientos, una auditoría reciente ha desvelado que Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), el fabricante vasco, estaba al tanto de un error crítico de tamaño en los trenes de ancho métrico antes de firmar un contrato multimillonario con Renfe en 2020. Este contrato, valorado en 190 millones de euros, se destinaba a renovar la flota ferroviaria en las regiones de Asturias y Cantabria.
Un contrato controversial
El acuerdo inicial entre Renfe y CAF incluía la fabricación de 31 trenes (26 eléctricos y 5 híbridos) con el objetivo de rejuvenecer la flota actual, reduciendo la edad media de los trenes de 28 a 15 años. Sin embargo, este ambicioso proyecto se ha visto obstaculizado por retrasos significativos debidos a errores en las medidas de diseño de los trenes. Las primeras unidades, que debían salir de fábrica en 2024, ahora se espera que se demoren hasta 2026. Además, el contrato también contemplaba la entrega de seis trenes alpinos para el servicio de la línea C-9 de Cercanías Madrid.
Impacto económico y político
El fallo en el diseño de los trenes y los consiguientes retrasos han llevado a Renfe a considerar un incremento en el costo del contrato. Este posible sobrecoste, que podría ascender a 51,6 millones de euros adicionales, se ve exacerbado por el aumento de precios de los materiales y la energía, efectos colaterales de la crisis de suministros post-pandemia y el conflicto en Ucrania.
Este escándalo no solo ha tenido repercusiones económicas sino también políticas, resultando en la destitución de varios mandos intermedios tanto en Renfe como en Adif. Se ha formado un grupo de trabajo con representantes de las regiones afectadas, Renfe, Adif y la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria para analizar la situación y avanzar en los trabajos pendientes.
La respuesta de CAF y el futuro del proyecto
Mientras tanto, CAF ha mantenido una política de discreción respecto a la situación del contrato. La empresa, con sede en Beasáin, ha declinado hacer declaraciones sobre el tema. Por su parte, la ministra Raquel Sánchez y su departamento esperan que CAF establezca un nuevo cronograma y ajuste al máximo los plazos de fabricación, con el objetivo de que los primeros trenes estén operativos para 2026.
Conclusiones y pasos a seguir
La auditoría ha arrojado luz sobre serias omisiones y errores en la planificación y ejecución de un proyecto crítico para la infraestructura ferroviaria de España. Mientras el país se prepara para enfrentar los desafíos económicos y logísticos que este revés implica, queda claro que la transparencia y la diligencia serán cruciales para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
El caso sigue abierto, con muchas preguntas aún sin respuesta. ¿Cómo se llegó a esta situación? ¿Qué medidas se tomarán para garantizar que tales errores no vuelvan a ocurrir? Y lo más importante, ¿cómo afectará esto a los usuarios finales del servicio ferroviario en Asturias, Cantabria y más allá? Estas son las preguntas que se mantienen en el aire mientras el proyecto sigue en curso, con la esperanza de que se logre una resolución efectiva y eficiente