El hotel Principado, cuya cocina y comedores son desde el pasado siglo símbolo de prestigio gastronómico y buen hacer añadido a un excelente servicio profesional, fue este miércoles el escenario elegido por la Cofradía del Urogallu, que preside el periodista Luis José de Ávila, y de la que forman parte conocidos protagonistas de la vida empresarial asturiana, de la profesional (médicos, promotores y constructores, judicatura, hosteleros, confiteros, catedráticos, detectives, peluqueros, financieros, automóvil....), de la cultura y las artes,  de la institucional y aún de la Iglesia y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, para despedir el año gastronómico, anticipándose así a un mes de diciembre pleno de celebraciones más íntimas en las que los cofrades se reúnen con familiares, amigos y compañeros de trabajo.

Las excelencias de la cocina, expuestas sobre plato y mantel en receta de bacalao con pisto u hojaldre de solomillo, con el más genuino biscuít, regado o no con chocolate fondue, fueron puestas de manfiesto por los presentes en forma de aplauso a los cofrades, y propietarios del Hotel, Manuel Cosme, padre e hijo.

También se comentó la diversidad de origen geográfico de la cofradía, con lavianeses, tinetenses, gijoneses, mierenses, ovetenses, polesos, riosellanos, llaniscos, alleranos, llanerenses, avilesinos, y de otras comunidades autónomas arraigados en Asturias hasta el punto de tener "su corazón partido".

Los presentes apostaron por un tiempo nuevo, un año en el que imperen el sentido común, la ilusión y la esperanza en el devenir, el trabajo y la prosperidad futuras, aspecto éste en el que hizo hincapié el 'tercio de los güelos', creciente en la cofradía cuya franja de edades va desde los 30 a los 90.