En un giro sin precedentes, la Iglesia Católica española ha anunciado su compromiso de indemnizar a todas las víctimas de abusos sexuales, incluso en casos donde los agresores hayan fallecido. Esta decisión, parte de un futuro "plan de reparación integral de las víctimas" aprobado unánimemente por los obispos, surge en un contexto de creciente presión social y crítica hacia la institución.

Un cambio en la Doctrina de la Iglesia

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), César García Magán, ha afirmado que este plan implica un análisis individualizado de cada caso, asegurando una "reparación moral" cuando exista convicción de los abusos. Hasta ahora, la guía de la CEE no contemplaba indemnizaciones para las víctimas de agresores fallecidos, un escenario común en muchos de estos casos.

Compromiso de transparencia y perdón

Los obispos han emitido un comunicado pidiendo perdón a las víctimas, comprometiéndose a una mayor transparencia en sus investigaciones y procesos de reparación. Este documento enfatiza el dolor y la vergüenza que estos casos han causado en la institución, aunque evita mencionar las prácticas de encubrimiento y silenciamiento históricos.

Contraste con la auditoría encargada

Este anuncio contrasta con la auditoría sobre abusos a menores encargada al bufete Cremades & Calvo-Sotelo hace más de un año. A pesar de haber recibido un borrador del informe y tres anexos, los obispos indican que el contenido no se corresponde con lo inicialmente aprobado, lo que sugiere discrepancias entre las expectativas de la Iglesia y los hallazgos del bufete.

Condiciones para la participación en Fondo Estatal

En la misma línea, García Magán ha condicionado la participación de la Iglesia en un fondo estatal de reparación a que este reconozca formalmente a las víctimas y establezca las indemnizaciones. En caso contrario, la Iglesia gestionará directamente las indemnizaciones relacionadas con abusos en su entorno.

Este movimiento de la Iglesia Católica española representa un paso crucial hacia la asunción de responsabilidad y el reconocimiento del sufrimiento causado a las víctimas. Sin embargo, queda por ver cómo se implementará este plan de reparación y si cumplirá con las expectativas de justicia y reparación de las víctimas.