Asturias se enfrenta a una realidad preocupante en términos de salud mental. Según los últimos datos, un significativo 37% de la población asturiana sufre algún tipo de trastorno mental o del comportamiento. Esta cifra, que representa aproximadamente a uno de cada tres habitantes, sitúa a Asturias con la tasa de hospitalización por trastornos mentales más alta de España, con 26 casos por cada 10.000 habitantes.
En respuesta a esta alarmante situación, el Gobierno de Asturias, a través de su Consejería de Salud, ha detallado un ambicioso Plan de Salud Mental 2023-2030. La consejera de Salud, Concepción Saavedra, ha subrayado que este plan es un paso adelante hacia una futura Ley asturiana de salud mental. El objetivo es convertirlo en un marco de referencia para mejorar la salud mental de la sociedad asturiana, implicando a todos los ámbitos o sectores relacionados.
El plan incluye más de 240 acciones, enfocadas especialmente en la reducción de muertes y los intentos de suicidio, la promoción de la salud, la prevención, la detección precoz y la atención a la conducta suicida. Se busca reforzar el modelo de salud mental comunitaria de Asturias, considerado un referente en el ámbito.
Este enfoque integral responde no solo a las necesidades locales, sino que se alinea con una tendencia preocupante a nivel europeo. La consejera Saavedra ha explicado que el aumento de los trastornos mentales es un problema generalizado en Europa, exacerbado por crisis recientes como la pandemia, la guerra y los problemas económicos derivados de la inflación.
El Plan de Salud Mental 2023-2030 se propone como un instrumento potente que se basa en una evaluación profunda de la situación anterior y actual. Además, refleja el compromiso del Gobierno de Asturias con el cuidado de la salud mental, enfatizando la importancia de la atención comunitaria y centrada en las personas, y evitando la sobremedicación.
En este contexto, la consejera Saavedra ha resaltado la necesidad de alcanzar un "pacto social y político" para que Asturias cuente con una Ley de Salud Mental, que sería un gran reto para potenciar la respuesta a los desafíos actuales en este ámbito.
Asturias se posiciona en un momento crucial para abordar la salud mental, no solo como una cuestión médica, sino como un aspecto vital de la salud pública. Con el desarrollo de este plan y la aspiración a una futura ley, Asturias busca ser un referente en el tratamiento y manejo de los trastornos mentales, un desafío que se hace cada vez más evidente en la sociedad contemporánea.