España está experimentando una dramática caída en su tasa de natalidad, marcando un récord histórico con un descenso del 28% desde 2012. En 2022, se registraron solo 329.251 nacimientos en todo el país, lo que representa un descenso del 2,4% en comparación con el año anterior. Este fenómeno se ha acentuado notablemente en Asturias, donde el número medio de hijos por mujer ha bajado hasta 0,97, situándose entre las tasas más bajas de España, solo superadas por Canarias (0,86).
Lo que resalta en este panorama demográfico es la emergente tendencia de madres solteras liderando las estadísticas de natalidad. En 2022, por primera vez, el 50,14% de los nacimientos en España fueron de madres solteras, un aumento notable desde el 40,86% registrado hace una década. Esta tendencia refleja un cambio significativo en las dinámicas familiares y sociales del país.
Otro aspecto destacable es el retraso en la edad de maternidad. En 2022, la edad media de las madres españolas al tener su primer hijo fue de 33,1 años, mientras que para las madres extranjeras fue de 30,5 años. Este retraso en la maternidad se suma a los desafíos demográficos que enfrenta España, ya que una edad materna más avanzada suele estar asociada con una menor tasa de fecundidad.
En Asturias, la situación es particularmente preocupante. La región, conocida por ser una de las más envejecidas de España, está viendo cómo su ya baja tasa de natalidad continúa cayendo, agravando el desequilibrio demográfico. La reducción constante en el número de nacimientos, sumada al aumento en el número de defunciones, plantea serios desafíos para el futuro demográfico y económico de la región.
Este descenso en la natalidad no solo impacta en la estructura poblacional, sino también en sectores como la educación, donde se anticipa una disminución en la cantidad de alumnos para los próximos años. Además, el aumento de la mortalidad, aunque se ha desacelerado desde los picos de la pandemia de COVID-19, sigue siendo un factor que contribuye a la disminución de la población.
La combinación de estos factores dibuja un escenario en el que tanto España en general como Asturias en particular se enfrentan a importantes retos demográficos. La necesidad de políticas efectivas para incentivar la natalidad y atraer población joven y activa es más urgente que nunca, especialmente en regiones como Asturias, donde la sostenibilidad demográfica y económica está en juego.