En su discurso de investidura, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, delineó un panorama de desafíos y oportunidades para España, destacando el papel crucial de la democracia en la era de cambios sin precedentes. Su discurso abarcó desde la emergencia climática y la globalización hasta los retos de la era digital, enfatizando la importancia de abordar estas cuestiones con justicia social.
Sánchez hizo hincapié en su compromiso de reconocer al Estado palestino, manteniendo un equilibrio en la política exterior entre el apoyo a Ucrania y la condena de acciones injustas en conflictos globales como los de Israel y Gaza. Subrayó la necesidad de respaldar a Ucrania contra la agresión rusa y promover una paz justa y duradera.
El discurso también se centró en la urgencia de afrontar las desigualdades internas exacerbadas por políticas neoliberales y el avance de la Inteligencia Artificial, que amenaza con reemplazar numerosos empleos. Sánchez puso de relieve las transformaciones positivas bajo su gobierno, como el aumento en el pilar social, reformas en el mercado eléctrico, y el progreso en políticas de inmigración y asilo.
El presidente hizo un llamamiento a rechazar el negacionismo climático y el reaccionarismo político, resaltando el peligro de la ultraderecha y su impacto en la democracia y los derechos humanos. Criticó a la derecha tradicional por su complacencia con la ultraderecha, advirtiendo sobre los riesgos de retroceso en derechos y libertades fundamentales.
Sánchez resaltó la importancia de fortalecer el Estado del Bienestar, mejorar la vida de los ciudadanos, y promover la igualdad y la justicia social. Anunció planes para mejorar la economía y el empleo, incluyendo la transformación ecológica y digital del tejido productivo, y la creación de empleos de calidad. También se comprometió a mejorar la atención sanitaria, la educación, y la investigación, así como a abordar los problemas de vivienda.
Pasó de puntillas por la amnistía justificándola como la necesidad de avanzar por el camino hacia la reconciliación dentro de la convivencia democrática
En conclusión, el presidente Pedro Sánchez propuso un camino hacia el progreso y rechazó la política del odio y la confrontación, enfocándose en la estabilidad, convivencia y progreso. Subrayó la importancia de continuar por el camino iniciado hace cinco años, destacando los logros de su gobierno en el ámbito económico, social, y ambiental, y reafirmó su compromiso con la democracia y la justicia social