Asturias, con su verde eterno y sus costas azotadas por el mar, es un lugar de una belleza inconfundible. Pero, ¿qué sucedería si un asturiano, amante de su tierra, se encontrara repentinamente en otro rincón del mundo? Sorprendentemente, hay lugares donde podría sentirse extrañamente en casa. Aquí hay algunos de ellos:
Cornualles, Reino Unido: Al poner un pie en Cornualles, nuestro asturiano podría sentir una oleada de familiaridad. Con sus acantilados escarpados que se asoman al Atlántico, este rincón de Inglaterra es como un espejo del litoral asturiano. Los verdes prados que se sumergen en el mar, las playas escondidas entre las rocas, y la rica historia celta, todo evoca un sentimiento de cercanía.
Bretaña, Francia: Cruzando el Canal de la Mancha, en Bretaña, nuestro viajero se encontraría con un paisaje que le recordaría al suyo. Las costas de Bretaña, con sus pequeñas bahías y playas de arena, se asemejan a las de Asturias. Los bosques y los verdes campos, salpicados de antiguas piedras celtas, cuentan historias que no le serían ajenas.
El Fiordo de Kerry, Irlanda: La verde Irlanda, con su Fiordo de Kerry, podría ser un lugar de ensueño para un asturiano. Los valles verdes, los lagos serenos y las montañas que se elevan majestuosamente, crean un paisaje que respira la misma tranquilidad y belleza natural que se encuentra en Asturias.
Oregon, EE.UU.: Cruzando el Atlántico y llegando a Oregon, en el noroeste de Estados Unidos, nuestro asturiano se sorprendería de sentirse tan cerca de casa. Los densos bosques de coníferas, la neblina matutina que se cierne sobre las montañas y una costa dramática, le recordarían a las queridas vistas de su Asturias natal.
La región de los Lagos, Italia: Al sur de los Alpes, los Lagos de Italia ofrecen un refugio de tranquilidad y belleza. Los lagos rodeados de montañas y pequeñas villas encantadoras, con sus jardines florecientes y aguas cristalinas, serían un bálsamo para el alma asturiana.
Región de los Lagos, Chile: En el hemisferio sur, la Región de los Lagos en Chile podría ser un espejo distante de Asturias. Con sus lagos de aguas profundas, montañas nevadas y densos bosques, la naturaleza salvaje y prístina de esta región chilena resonaría con el corazón de un asturiano.
Tasmania, Australia: Al final del mundo, Tasmania aguarda con sus montañas verdes, su fauna única y sus costas salvajes. Esta isla, con sus parques nacionales y reservas naturales, sería un paraíso para cualquier asturiano que ansíe la naturaleza en su estado más puro.
Fiordos Noruegos, Noruega: Aunque con un clima más extremo, los fiordos noruegos son un espectáculo de montañas que se precipitan en el mar. Este paisaje, con sus aguas azules y valles verdes, evocaría sin duda las vistas costeras de Asturias.
Cada uno de estos lugares, aunque distantes, comparte un pedacito de ese encanto especial que hace de Asturias un lugar único. Para un asturiano lejos de casa, estos parajes serían como un trozo de su tierra, un recordatorio de que la belleza de Asturias se refleja en muchos rincones del mundo. Y para el resto de nosotros, son un recordatorio de que la maravilla de los paisajes naturales es un lenguaje universal que todos podemos apreciar.