Las grandes ciudades españolas como Madrid y Barcelona siguen siendo los focos de interés para los inquilinos que buscan compartir piso, con un perfil destacado de jóvenes mujeres de 18 a 25 años. Este segmento constituye más de la mitad de los demandantes de alquileres compartidos, un fenómeno que persiste a pesar del cambio en las dinámicas del mercado inmobiliario y los desafíos económicos actuales.
El análisis demográfico revela que, si bien los jóvenes continúan prefiriendo la vida en pisos compartidos, ha habido un notable incremento de adultos entre 36 y 60 años que también optan por esta modalidad. Esta tendencia resalta cómo la inflación y la merma en la capacidad de ahorro están remodelando el mercado del alquiler, empujando a un espectro más amplio de la población hacia alternativas más asequibles.
Comparando las cifras de la última década, se observa que la proporción de inquilinos en el rango de 36 a 45 años ha crecido, así como el segmento de 46 a 60 años, reflejando la diversificación y expansión de la demanda. Aunque la capital sigue concentrando un alto porcentaje de esta demanda, cada vez más personas de diferentes regiones consideran el alquiler de habitaciones como una opción viable.
La distribución geográfica de la demanda ha experimentado cambios mínimos, manteniendo a las provincias de Madrid y Barcelona en el tope de la lista, seguidas por otras ciudades importantes como Sevilla y Valencia. La dispersión territorial de los inquilinos pone de manifiesto una creciente tendencia a buscar alternativas fuera de las capitales provinciales, evidenciando una adaptación a los nuevos retos del mercado de viviendas.
Este panorama ofrece una visión actualizada del mercado de alquiler de habitaciones en España, destacando el papel de las ciudades principales como centros de atracción para un perfil diverso de inquilinos y la creciente adaptabilidad frente a las circunstancias económicas del país.