El Plan de Incendios de Asturias 2024: Un paso atrás para el ecologismo

El Plan de Incendios de Asturias 2024: Un paso atrás para el ecologismo

Con la reciente publicación en el BOPA del Plan anual 2024 para la prevención, vigilancia y extinción de incendios, el colectivo ecologista asturiano se encuentra en estado de alarma. El Plan destaca por su falta de coherencia y no aborda adecuadamente las medidas necesarias para combatir de raíz el fenómeno de los incendios en nuestra región.

Es revelador que el Plan comienza reconociendo las causas humanas detrás de la mayoría de los incendios, en particular el uso del fuego para regenerar pastos, una práctica común en la cultura asturiana. A pesar de esta admisión, es desconcertante que no se hagan referencias a medidas sólidas para abordar esta causa subyacente. Hasta el 67,51% de los incendios son provocados intencionalmente para regenerar pastos, y en lugar de enfrentar este problema de frente, se ha optado por una simple modificación de la Ley de Montes.

Asturias es la única región en España y en toda la Unión Europea donde las áreas afectadas por incendios no tienen restricciones para el pastoreo posterior. Esta falta de restricciones no sólo incentiva indirectamente la quema intencionada, sino que también pone en peligro nuestros bosques y ecosistemas. Es esencial que se reintroduzcan las restricciones de pastoreo en áreas afectadas por incendios como una medida preventiva efectiva.

Adicionalmente, resulta preocupante que el Plan no mencione las ayudas agroambientales de la PAC que continúan otorgándose a las áreas quemadas. Estas ayudas están diseñadas para promover prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles, pero su otorgamiento a áreas recientemente quemadas contradice directamente este propósito. Estamos frente a un grave desvío de fondos que deberían destinarse a promover prácticas respetuosas con el medio ambiente.

Por último, el Plan tampoco aborda adecuadamente la prevención en áreas donde la interfaz urbano-forestal se encuentra en riesgo. La propuesta de permitir hasta un 40% de cubierta arbórea en zonas cercanas a viviendas y núcleos poblacionales es insuficiente, especialmente cuando se trata de especies como pinos y eucaliptos, conocidos por su alto riesgo de propagación de fuego.

Es imperativo que se adopten medidas más sólidas y coherentes para enfrentar el problema de los incendios en Asturias. Las soluciones deben ser integrales y considerar tanto la prevención como la recuperación de las áreas afectadas, con un enfoque claro en la protección del medio ambiente y la sostenibilidad. Por el bien de nuestra región, es hora de que Asturias tome un enfoque más proactivo y respetuoso con el medio ambiente en la lucha contra los incendios.

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