El 24 de octubre, Día Internacional contra el Cambio Climático, nos enfrentamos no solo a la amenaza global del calentamiento planetario sino también a una batalla local contra las grandes eléctricas en España. El desafío: permitir que los ciudadanos disfruten de una energía limpia y asequible a través del autoconsumo solar colectivo.
Esta mañana, valientes activistas de Greenpeace llevaron a cabo una protesta audaz al escalar la torre de Iberdrola en Madrid, cambiando su logo a “IberTrola” y desplegando un mensaje potente: “Nos chupa la energía”. Esta acción fue mucho más que una simple manifestación: es un llamado de atención sobre cómo empresas como Iberdrola, Naturgy y Endesa están asfixiando los esfuerzos de los ciudadanos por adoptar fuentes de energía sostenibles.
En un país donde uno de cada seis habitantes pasó frío el año pasado por no poder pagar la calefacción, es inaceptable que estos gigantes energéticos acumulen ganancias astronómicas mientras bloquean activamente la transición hacia la energía solar. Se estima que, mediante el autoconsumo solar, las familias podrían reducir sus facturas eléctricas hasta un 60%. Entonces, ¿por qué el progreso se ve obstaculizado?
Greenpeace ha resaltado la triste realidad: el oligopolio energético está poniendo sus propios intereses por encima de la ciudadanía. A pesar del auge de la instalación solar en viviendas individuales, el autoconsumo colectivo en bloques de viviendas, donde reside la mayoría de la población, es prácticamente inexistente. Detrás de este desequilibrio, encontramos prácticas burocráticas y protocolos administrativos desproporcionados impuestos por estas eléctricas.
María Prado, de Greenpeace, subraya la urgencia: "La ciudadanía quiere participar activamente en la lucha contra el cambio climático y en la transición energética. Sin embargo, este oligopolio energético está robando ese derecho a través de trámites innecesarios y tácticas dilatorias”.
Es momento de exigir transparencia y unificación en los procedimientos. Pedimos a estas compañías que simplifiquen los trámites, establezcan criterios uniformes en todo el país y ofrezcan una única ventanilla para facilitar el autoconsumo.
Esta no es solo una lucha por el acceso a la energía; es una lucha por la justicia social, el medio ambiente y el futuro de nuestro planeta. ¡Es hora de que las grandes eléctricas escuchen y actúen en beneficio de todos!