El fútbol, ese deporte que mueve pasiones, no es ajeno a las tramas y enredos que rodean a otros ámbitos de la sociedad. Y el caso de Jenni Hermoso y Luis Rubiales es un claro ejemplo de ello. Desde el polémico beso que desencadenó una serie de acusaciones y demandas, hemos visto cómo el caso ha tomado giros inesperados, revelando no solo los entresijos de la justicia, sino también los intereses económicos y políticos que podrían estar detrás.
Según informa OKDIARIO, a cargo de la periodista Irene Tabera, especialista en investigación y tribunales, la acusación particular ejercida por Jenni Hermoso solicitó medidas cautelares para embargar los bienes de Rubiales, lo que implicaría la prohibición de vender su casa. ¿El motivo? Garantizar las futuras responsabilidades civiles y pecuniarias derivadas del supuesto delito. Y aunque el juez Francisco de Jorge rechazó la petición, la movida de Hermoso desvela una posible estrategia: asegurarse una jugosa indemnización.
Rubiales, por su parte, afrontaba una posible venta de su piso en la calle Ferraz, Madrid, valorado en 2,5 millones de euros. Una venta que podría haberse visto truncada si el juez hubiera aceptado la petición de embargo. El sumario al que tuvo acceso OKDIARIO revela que el objetivo del embargo era, precisamente, "garantizar la responsabilidad patrimonial derivada del delito".
Pero, ¿qué hay detrás de esta petición? Algunos podrían argumentar que Hermoso, al solicitar el embargo, busca justicia y garantizar que Rubiales pague por sus actos. Sin embargo, otros sostienen que hay un interés económico velado. Asegurarse una indemnización en caso de ganar el juicio sería una jugada maestra. Además, no podemos ignorar el trasfondo político que podría tener esta acusación. En tiempos donde el feminismo toma fuerza, el caso podría ser utilizado para impulsar determinadas agendas políticas.
Por otro lado, Rubiales no se queda atrás y defiende su posición, argumentando motivos personales y económicos para vender su propiedad. Tras el escándalo, perdió su cargo y salario como presidente de la RFEF y, según su abogada, tiene proyectos en Granada y desea estar cerca de sus hijas en Valencia.
Finalmente, el juez decidió no acceder a la petición de embargo, permitiendo a Rubiales vender su lujoso piso en Madrid. Una vivienda que ha sido su hogar durante dos años y que ahora, tras el escándalo con Hermoso, ha decidido vender.
En resumen, el Caso Rubiales desvela una trama compleja donde la justicia, el dinero y la política parecen entrelazarse. Solo el tiempo dirá si prevalece la justicia o si los oscuros intereses detrás de este caso terminan por ensombrecer la verdad.