• En 2022, 54.000 mujeres acudieron a hacerse una prueba lo que permitió detectar de más de 300 cánceres
• La consejería recuerda que participar en el cribado permite detectar los tumores en una fase inicial, cuando la probabilidad de supervivencia es mayor
Las asturianas que cumplan 70 años en 2024 seguirán invitadas a realizarse una mamografía cada dos años de manera que en 2028 se prevé alcanzar a 200.000 mujeres
La Consejería de Salud ampliará el programa de detección precoz de cáncer de mama de forma progresiva a partir de 2024 de manera que en 2028, el cribado se habrá extendido a todas las mujeres de entre 50 y 74 años de edad. Hasta ahora, las mujeres salían del programa al cumplir los 70 años.
Este cambio supone que en 2024, el programa público se ampliará a todas las asturianas entre los 50 y 70 años de edad; en 2025, a las que tengan entre 50 y 71 años; en 2026, a las mujeres de entre 50 y 72 años; en 2027, a las cohortes comprendidas entre 50 y 73 años, y en 2028, se alcanzará a todas las que tengan entre 50 y 74 años. Esto supone que todas ellas, después de cumplir los 50, recibirán una carta en las que se les invita a hacerse una mamografía cada dos años hasta que alcancen los 75.
En la actualidad, la Consejería de Salud ofrece este programa a unas 150.000 mujeres de 50 a 69 años. En los próximos años se invitará anualmente a participar a unas 8.000 mujeres más, de manera que en 2028 esa cifra se incrementará hasta cerca de 200.000 asturianas.
Esta apertura del límite de edad es la segunda más importante del cribado universal de la sanidad pública asturiana después de que el programa que se dirigía a las mujeres de entre 50 y 64 años se extendiera en 2005 hasta la edad de 69.
El cribado comenzó aplicarse en el Hospital Monte Naranco en 1991 y se generalizó a toda la población en el año 2001. Es un plan que está sometido a revisiones, controles de calidad y evoluciones periódicas como la actual de acuerdo a las directrices de las guías europeas de calidad.
Datos de participación
Después de la pandemia, el programa retomó la actividad asistencial habitual en 2022. El pasado año, recibieron la carta con cita y hora para hacer la mamografía 75.000 mujeres de las que 54.000 decidieron participar en el mismo acudiendo a hacerse una prueba, lo que supone un 72%. De ellas, unas 5.000 mujeres precisaron pruebas complementarias que se realizaron en los quince días posteriores a la mamografía. Alrededor de 2.000 de esas mujeres fueron citadas para controles precoces, cada seis o doce meses y unas 500 necesitaron una biopsia. Mediante la participación en el cribado, se diagnosticó cáncer de mama a más de 300 mujeres.
Por cada mil mujeres participantes, el cribado detecta cáncer de mama a cinco mujeres, y a una mujer le diagnostican un cáncer de mama entre una mamografía y la siguiente. Estos datos provisionales confirman la buena evolución de esta iniciativa de salud pública destinada a detectar de manera precoz el cáncer de mama en el grupo de edad al que se dirige y detecta estas lesiones en estadios iniciales, consiguiendo que los tratamientos sean menos agresivos.
Este objetivo se cumple gracias a la gran aceptación del cribado entre las mujeres, los años de experiencia y la mejora de la tecnología ya que las pruebas de cribado de cáncer de mama, dentro de un plan estructurado, con garantías de calidad en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la paciente, constituyen la medida más eficaz para la detección temprana de los tumores.
En el programa de la sanidad pública interviene una decena de especialidades médicas y de enfermería relacionadas con el diagnóstico y todas las fases del posterior tratamiento de los casos que incluyen la reconstrucción completa de la mama en el supuesto de que sea necesaria una mastectomía.
Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, que se conmemora mañana, la Consejería de Salud recuerda que participar en el cribado no evita la enfermedad, pero permite detectar los tumores en una fase inicial, cuando la probabilidad de supervivencia es mayor. Es preciso subrayar que el pronóstico está directamente relacionado con el tamaño y la extensión del tumor en el momento del diagnóstico. También se consigue que los tratamientos sean menos agresivos, que más mujeres puedan curarse y que estas pacientes tengan una mejor calidad de vida