El estudio de la distribución del oso pardo, que cuenta con participación del CSIC, sirve de modelo para analizar las posibles áreas de conexión entre poblaciones
Un equipo científico internacional en el que participan investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha estudiado las áreas de distribución del oso pardo, Ursus arctos, en Serbia, único país en Europa habitado por tres grandes poblaciones de esta especie. Los resultados, publicados en la revista Global Ecology and Conservation, inciden en la necesidad de dirigir los esfuerzos de conservación hacia zonas de conexión entre poblaciones para favorecer la conectividad entre ellas y asegurar la supervivencia de la especie, cuyo hábitat se ve cada vez más afectado por actividades humanas.
“Los osos se consideran especies paraguas debido a que necesitan territorios muy grandes para sobrevivir, por lo que su conservación asegura la protección de sus hábitats e, indirectamente, de las especies con las que coexisten”, explica Alejandra Zarzo, investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) participante en el estudio. “Esta característica de su biología también implica la necesidad de corredores que conecten sus territorios para favorecer el intercambio genético entre las poblaciones. Sin embargo, las actividades humanas están fragmentando y reduciendo cada vez más la integridad de estas áreas, haciendo que los osos y otras especies asociadas o similares estén en una situación de vulnerabilidad”, alerta la científica.
Para poder identificar estas amenazas y buscar soluciones de conservación, es importante conocer en profundidad los espacios que habitan las distintas poblaciones de esta especie. “El lugar de estudio seleccionado para ello fue Serbia, ya que allí confluyen tres de las mayores poblaciones de oso pardo de Europa: la del este de los Balcanes, que cuenta con alrededor de 600 individuos; la de los Alpes dináricos, con más de 3.000; y la de los Cárpatos, de más de 7.000 individuos”, señala Zarzo. “Utilizando modelos informáticos de distribución de especies, determinamos qué zonas son más adecuadas para las poblaciones de osos y las posibles áreas de conectividad entre ellas”, añade.
Los resultados muestran que la selección de hábitat varía entre poblaciones dependiendo de su disponibilidad en cada zona. Además, apunta que el 60% de las posibles zonas favorables para los osos en Serbia están todavía sin habitar y que el sudeste del país será crucial en el futuro para potenciar la conectividad entre las poblaciones. El trabajo también hace hincapié en la necesidad de mitigar los efectos negativos que estructuras como las carreteras producen sobre el movimiento de las especies. “La metodología y los resultados de este estudio pueden aplicarse para analizar el caso de otras especies e intentar frenar las amenazas que sufren estas áreas de paso, tan importantes para mantener la diversidad genética de las poblaciones”, concluye Zarzo.
MNCN-CSIC Comunicación