Desde hace años, el independentismo catalán ha tejido un relato que, si bien ha captado la atención de muchos, se sostiene sobre una estructura endeble de medias verdades y, en algunos casos, directas distorsiones históricas. La defensa de la independencia de Cataluña ha estado marcada por un discurso que, al examinarse a la luz de la realidad histórica, se desintegra como un castillo de naipes.

1. El mito de la nación milenaria: Una de las afirmaciones más recurrentes es la idea de que Cataluña es una nación con siglos de antigüedad y una historia independiente. Sin embargo, la realidad histórica revela que la entidad política conocida como Cataluña no se consolidó hasta el siglo XII como parte de la Corona de Aragón.

2. Falsas analogías con Escocia o Quebec: Los líderes independentistas a menudo han buscado respaldo comparando el caso catalán con situaciones como la independencia de Escocia o Quebec. Sin embargo, estas analogías son engañosas, ya que las circunstancias históricas y legales de cada caso son radicalmente diferentes.

3. Manipulación de la Guerra de Sucesión Española: El relato independentista ha tendido a tergiversar la Guerra de Sucesión Española (1701-1714) presentándola como una lucha entre Cataluña y España. En realidad, fue un conflicto dinástico donde Cataluña se alineó con el pretendiente derrotado, pero no fue una lucha por la independencia.

4. Falacia económica de la solidaridad fiscal: La creencia de que Cataluña sostiene económicamente al resto de España ha sido desacreditada por múltiples estudios. La contribución catalana al PIB español es significativa, pero no se puede ignorar el hecho de que Cataluña también se beneficia de la existencia de un mercado común y de la inversión extranjera que llega desde otras regiones de España.

5. El mito de la opresión cultural y lingüística: Se ha argumentado que la lengua y la cultura catalanas han sido sistemáticamente oprimidas por el gobierno central. Sin embargo, la realidad demuestra que el catalán ha sido una lengua cooficial en Cataluña durante décadas y ha gozado de una protección sustancial.

6. La manipulación del referéndum de 2017: La consulta de autodeterminación de 2017, declarada ilegal por el Tribunal Constitucional, fue presentada como un ejercicio democrático legítimo. Ignoraron el hecho de que la participación fue del 43%, lo que refleja una falta de respaldo masivo.

En última instancia, el independentismo catalán ha construido su narrativa sobre un andamiaje de medias verdades y falacias históricas. La aspiración a la independencia es legítima, pero la base sobre la cual se construye debe ser transparente y honesta. Las estrategias basadas en la manipulación y el engaño solo debilitan la legitimidad de la causa que buscan promover. En el complejo tejido de la historia, la verdad sigue siendo el hilo más fuerte.