Por Armando Álvarez
Enviado especial
El atractivo que despierta dentro de nuestra gastronomía el vino de la Rioja es indudable y por ello, este 50 Gran Capítulo de la cofradía que defiende estos caldos riojanos, tuvo un poder de convocatoria importante con la participación de 25 cofradías, representadas por 350 cofrades.
Logroño, la capital de esta Comunidad vitivinícola por excelencia, fue en esta ocasión el lugar asignado para la celebración de la efemérides. Un servidor había asistido a los capítulos celebrados Cenicero y Villanueva del Ebro y participo por primera vez en el que se desarrolla dentro de la ciudad .
El primer contacto con las cofradías, lo tuve en la Plaza del Ayuntamiento, lugar de encuentro para adentrarnos en uno de los salones de la alcaldía para desayunar.
De aquí partiría la comitiva, en marcha cívica, para desfilar por las calles de la ciudad precedidos por un grupo de danzas y dulzaineros y tras un largo recorrido, retornamos al Auditorium del Ayuntamiento, en donde tendrían lugar los actos del 50 Gran Capítulo.
Una vez ubicados en los respectivos asientos de una sala que se llenó al completo, el escenario fue ocupado por miembros de la cofradía, los galardonados y nos nuevos cofrades de número.
Inició el acto el concejal Pedro Sanz Rojo para darnos la bienvenida y acto seguido tomó el micrófono Javier Gracia, como Gran Maestre de la Cofradía del Vino de la Rioja destacando en su parlamento, que esta era una jornada "de homenaje a quienes difundimos nuestros productos por España, creando a la vez una red de amistad..."
Nombró a los seis nuevos Cofrades de Mérito que serian investidos seguidamente e hizo la semblanza de cada uno de ellos, que justificaba el merecimiento de tal distinción.
Tomó la palabra Luis Aragunde Aragunde, alcalde de Cambados, agradeciendo la atención en nombre de los galardonados.
Seguidamente serian investidos cofrades de número, los siguientes: Iñaki Cárcamo, Plácido Toba, Demetrio Saez de la Maleta, Julio Alfaro, Carmen Pedredo, Fernando Rivero y Santiago Miyares. Tanto los cofrades de número como los de mérito hicieron promesa de cumplir el juramento, respetando el vino de la Rioja, bebiendolo con asiduidad, honrandolo en la mesa....etc.etc. Por supuesto que el Gran Maestre, Javier Gracia, ratificaba el juramento, con los consabidos "golpes de cepa" en los hombros de todos ellos.
Como colofón al acto, Fernando Rivero, uno de los siete nuevos cofrades leyó unos folios, exaltando los vinos de la Rioja, que quizás resultó un poco largo, dado la lo avanzado de la hora; pero que por su bello contenido poético, repleto de metáforas bien adaptadas al tema y por su interés....hasta se hizo corto.
En el acto intervino una escolanía compuesta por un gran número de jóvenes cantores, que tuvieron una actuación muy lucida, que fue premiada con fuertes aplausos, hasta obligarlas a interpretar una nueva canción.
Todos los que estaban en el escenario, levantaron su copa llena de buen vino, para hacer un brindis general y se dio por finalizado el acto.
El almuerzo de hermandad se celebró en el "Restaurante Delicatto" a unos kilómetro de Logroño. Ello constituyó un pequeño contratiempo, al encontrarse un grupo bastante numeroso de cofrades, en la calle que tiene el curioso nombre de "12 Ligero de Artillería", que es una de las más céntricas. Pues bien, a aquella hora, no pasaba un taxi ni para un remedio, aunque se habían pedido insistentemente varios taxis por teléfono. Pero al fin, después de una larga espera, fueron apareciendo los coches de servicio público, hasta llevarnos a todos al restaurante.
Hay que reseñar, que el menú fue muy bueno, aunque tengo que destacar (y en esto coincidimos varios), que el " Bacalao a la riojana", tuvo una puntuación de 10.
Uno de mis compañeros de mesa, el Doctor Luis LLona, experto en nutrición y Presidente de los Amigos del Chocolate de Bilbao, como buen vizcaíno que es, sabe mucho de la cocina del bacalao y también asintió en cuanto a la calidad del plato que habíamos degustado. Según sus palabras, era un bacalao de media curación, con una elaboración en los fogones perfecta.
Como colofón hubo baile, con lo que se cerraba una jornada completa.
Y ya, volviendo a la víspera, al reencontrarse en Logroño cuatro cofradías del vino ( Ribera del Duero, Albariño, Tierra de Cangas y de La Rioja ; hubo un acto de confirmación de hermanamiento, que por lo visto estuvo muy interesante. Y digo por lo visto, ya que no pude asistir. Lo que si pude comprobar, ya que estaban alojados en el mismo hotel que yo, que la Cofradía del Vino de Cangas, estaba magníficamente representada por un buen número de cofrades, a los que acompañaba el presidente Raul Taimil, que fue investido Cofrade de Mérito y José Luis Fontaniella, Alcalde presidente del Ayuntamiento de Cangas del Narcea del Principado de Asturias.
Cuando viajamos en el vehículo propio, aprovecho para hacer un poco de turismo. Así que al regreso, hicimos que coincidiera la hora de la comida, con nuestro paso por la localidad burgalesa de Sasomón. En el Restaurante El Castillo, se come francamente bien y a buen precio ( lo pueden atestiguar los amigos de Cangas). Así que di cuenta de un lechazo exquisito, preparado de esa forma que solamente se hace por Castilla. Dado que el tiempo era estupendo, el regreso hasta Oviedo fue un verdadero paseo.