- La Viceconsejería de Cultura destaca que se trata de piezas de extraordinario interés histórico y arqueológico por su elevada calidad técnica y la riqueza y diversidad de motivos decorativos
- El descubrimiento permite abrir una ventana hasta ahora cerrada al estudio del tipo de joya más representativo de la orfebrería de la Edad del Hierro
El Gobierno de Asturias ha confirmado el hallazgo de dos torques áureos en Cavandi, en Peñamellera Baja. La Viceconsejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte destaca el extraordinario interés histórico y arqueológico de ambas piezas por su calidad técnica y la riqueza y diversidad de los motivos decorativos.
Los torques son una especie de collares rígidos, abiertos en su parte anterior. Son una de las joyas más representativas de la orfebrería de la Edad del Hierro (en la Península Ibérica, aproximadamente, entre los siglos IX y II antes de Cristo)
Las circunstancias del hallazgo fueron casuales. El relato, resumido, es el siguiente. El 29 de agosto, la dirección del Museo Arqueológico de Asturias recibió comunicación, a través de Pablo Arias Cabal, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, de la aparición de un torques áureo en las proximidades de Panes. El descubrimiento había sido realizado por un operario de la empresa de aguas contratada por el Ayuntamiento de Peñamellera Baja mientras rastreaba la traída para el pueblo de Cavandi.
Ese mismo día por la tarde, personal del museo visitó la zona en compañía del descubridor y de Pablo Arias. Durante la prospección superficial del lugar exacto donde se había producido el hallazgo se encontraron cuatro fragmentos pertenecientes a un segundo torques. Las piezas fueron recuperadas en superficie, sobre los materiales procedentes de un corrimiento de tierras producido sobre una ladera con pronunciada pendiente.
La Dirección General de Patrimonio Cultural y el Museo Arqueológico promovieron una intervención urgente que permitió recuperar, hasta completarlo, las partes restantes del segundo torques.
Características
El primero de los ejemplares, el que localizó el trabajador de la empresa de aguas, es un collar rígido de superficie dorada que puede asimilarse al conjunto de torques denominados de manera genérica como astur-norgalaico, caracterizados por varillas con remates en doble escocia y decoraciones que desarrollan motivos ornamentales geométricos.
En este caso, se reproduce una distribución ornamental muy similar a la del conocido como Torques de Langreo, hoy depositado en el Museo Instituto Valencia de Don Juan, en Madrid. Un aro cuyo tramo central es recorrido por seis falsos cordones con decoración incisa que flanquean sendas espirales interpuestas entre los tramos distales decorados con revestimiento de alambre. Remata en sendos cabezales de doble escocia.
La segunda pieza, que se localizó fragmentada en seis partes, ha podido ser remontada provisionalmente en el Museo Arqueológico, y se ha comprobado que está completa. Se trata de un collar rígido de superficie dorada con aro de sección rectangular rematada en cabezales de sección en doble escocia. La decoración mantiene una distribución clásica con motivos sogueados en los discos, tramo central liso y acanaladuras en su desarrollo lateral.
El primer torques puede considerarse, por la calidad de sus dimensiones, acabado y factura técnica, una obra singular en el conjunto de la orfebrería propia del noroeste peninsular durante la Edad del Hierro. Junto con la segunda pieza componen un conjunto excepcional como primer caso de collares rígidos áureos de los que se dispone de referencia precisa del lugar y circunstancias del descubrimiento.
El contexto cultural
La fabricación de objetos de oro en la historia de Asturias está documentada desde comienzos de la Edad del Bronce, hace unos 4.500 años. El anillo recuperado en un dolmen de la Sierra del Aramo o los discos de aire irlandés y procedencia incierta son las primeras piezas en nuestra orfebrería prehistórica.
En épocas posteriores, fundamentalmente durante la Edad del Hierro, el repertorio de joyas se amplía, pero su estudio se ha visto limitado por la carencia endémica de referencias relativas al origen y circunstancias en que se produjeron los descubrimientos. En su mayor parte constituyen un inventario no demasiado extenso en el que, por desgracia, los hallazgos carecen de todo contexto que permita determinar una fecha más o menos precisa para la fabricación de los objetos o el momento de su depósito.
Los elementos recuperados como consecuencia de la investigación arqueológica son una excepción, pero se trata, principalmente, de piezas relacionadas con la manipulación y transformación de metales preciosos y alguna joya menuda. En todo caso, suponen un conjunto del que están ausentes los torques, que son el objeto más característico en la orfebrería de la Edad del Hierro, no sólo de Asturias sino de toda la Europa atlántica.
El descubrimiento y recuperación de los torques de Cavandi supone por ello un hecho extraordinario, pues señala, por primera vez con absoluta precisión, el espacio geográfico de procedencia. Por consiguiente, facilitarán un estudio pormenorizado del espacio en el que fueron depositados y el conocimiento de las circunstancias históricas en las que se produjo.
Ambas piezas son fruto de un experto trabajo artesanal, resuelto con aplicación de elaboradas técnicas de orfebrería y conforme a patrones estéticos que, aunque reconocidos en otras joyas coetáneas, se combinan aquí de forma magistral para ofrecer un resultado sorprendente.
Sin duda alguna, el análisis no destructivo y la revisión topográfica de ambas piezas habrá de aportar nuevos datos sobre la tecnología de fabricación, asunto en el que los estudios realizados por el Instituto de Historia del CSIC en colaboración con el Museo Arqueológico de Asturias, no dejan de ofrecer novedades de enorme interés en torno a la composición, el empleo de plata, las técnicas de dorado o los cambios tecnológicos advertidos tras la conquista romana.
Por consiguiente, el estudio de los torques de Cavandi, se integra en una línea de investigación avanzada sobre la orfebrería antigua en Asturias. Su estudio permitirá contrastar algunas de las hipótesis hasta ahora planteadas a la luz de nueva información arqueométrica y avanzar en la resolución de cuestiones relativas a la antigüedad, pervivencia y progresiva transformación de la orfebrería local tras su incorporación al mundo romano.
Comportamiento ejemplar y obligación legal
La Viceconsejería de Cultura considera que el descubrimiento de los torques de Cavandi (Peñamellera Baja) puede calificarse de un acontecimiento de extrema relevancia. Lo es por el comportamiento ejemplar de la persona que identificó el primero de las piezas y dio aviso a las autoridades competentes, tal como determina la Ley de Patrimonio Cultural. Su artículo 67 establece que, en el caso de objetos descubiertos por azar, quien los halle deberá comunicarlo a la consejería competente en materia de patrimonio cultural en el plazo de 48 horas, sin que se pueda dar conocimiento público antes de haber informado a dicha Administración. Los restos y objetos de interés descubiertos fortuitamente tienen la consideración de bienes de dominio público y su depósito se realizará obligatoriamente en el Museo Arqueológico de Asturias.
Además, es un acontecimiento extraordinario por la calidad y maestría de los artesanos que la confeccionaron y, sobre todo, por abrir una ventana hasta ahora cerrada al estudio y conocimiento del tipo de joya más representativa de la orfebrería de la Edad del Hierro.