El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha señalado hoy que “Asturias entera debe ser un foco de atracción de talento, tanto por parte del sector público como del privado”; un objetivo en el que está llamada a jugar un importante papel la nueva Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación, Sekuens. “Estos días que tanto se habla de nuevas exploraciones espaciales, subrayo que Asturias ya ha lanzado su propia misión: Sekuens es el nombre de la nave que llevará al futuro las políticas de I+D+i en Asturias”, ha afirmado.
Barbón, que ha participado en la inauguración del curso universitario, ha recordado los objetivos con los que nace la agencia: reordenar el ecosistema innovador, reducir la burocracia y facilitar la atracción y retención de talento, y ha resaltado que no se trata ya de un proyecto sino de “una realidad viva”.
El jefe del Ejecutivo ha repasado los retos para la nueva legislatura, “la que marca la década del cambio que convertirá a la Universidad de Oviedo en el motor estratégico de la transformación de Asturias”. También ha destacado los compromisos del pasado cuatrienio en los que el Gobierno regional ha pasado “de las palabras a los hechos”, como el impulso a la ciencia y la innovación; la financiación universitaria, plasmada en el contrato programa vigente que ha dotado a la Universidad de Oviedo del “mejor acuerdo de financiación de la historia”, y la mejora para el acceso a los estudios superiores que ha situado a Asturias como la segunda comunidad autónoma donde resulta más barato estudiar una carrera.
A continuación reproducimos la intervención integra del presidente del Principado:
INTERVENCIÓN del PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN
Acto apertura oficial curso universitario Universidad de Oviedo
Agradezco que me hayan invitado a participar en la solemne apertura del curso universitario. La casualidad manda, y este inicio coincide con el arranque parlamentario de la nueva legislatura, la que marca el principio de la década del cambio, ese tiempo que convertirá la Universidad de Oviedo en el motor estratégico de la transformación de Asturias.
Hay una frase que se atribuye a Fray Luis de León a su regreso a las aulas de Salamanca después de haber estado encarcelado. Es la famosa “como decíamos ayer” con la que, supuestamente, dio comienzo a su lección. Es cierto que yo no pasé por el tribunal de la Santa Inquisición, pero sí que goberné la legislatura más difícil de la historia autonómica, así que permítanme que hoy recuerde también lo que decíamos ayer. En este caso, un ayer de hace cuatro años, en mi primera apertura del curso universitario.
Entonces me estrené en este mismo escenario: la biblioteca central, cuna de la Universidad Literaria de Oviedo, tal como la denominó el rector Fermín Canella en una lección inaugural. Recordé con nostalgia mi etapa de estudiante y asumí un cuaderno de tareas para realizar a lo largo del mandato. Hablaba entonces de mejorar la financiación universitaria, facilitar el derecho a la educación superior a todas las familias con independencia de su nivel de renta, trabajar de la mano de la Universidad para atraer y retener talento, propiciar una Ley de Ciencia y sentar las bases de la carrera investigadora.
Pues ahora abramos el cuaderno, a ver qué se hizo de todos aquellos propósitos.
En cuanto a la financiación, y como acaba de recordar el rector, está vigente un contrato programa que asegura la estabilidad económica de la Universidad y le permite planificar a medio y largo plazo. Implica un esfuerzo presupuestario muy importante para el Principado: mil millones en seis años y más de 1.700 si elevamos el horizonte a una década. Es el mejor acuerdo de financiación de la historia de la Universidad.
De igual modo, hemos cumplido el compromiso sobre el acceso a los estudios superiores. Hoy, la matrícula universitaria cuesta menos que hace doce años. Así como suena: menos que hace doce años. Asturias es la segunda comunidad autónoma donde resulta más barato estudiar una carrera. La política de rebajas y congelación de precios públicos en grados, másteres doctorados ha contribuido a que nadie se quede al margen por motivos económicos. Vamos a seguir esta misma senda, incluso con nuevas ayudas. Sin ir más lejos, la semana pasada el gobierno aprobó una línea de apoyo dirigida exclusivamente a titulados para facilitar su primera experiencia laboral con contratos de prácticas.
En el impulso a la ciencia y la innovación también hemos pasado de las palabras a los hechos. La Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación ya no es un proyecto: Sekuens es una realidad viva. Estos días que tanto se habla de nuevas exploraciones espaciales, subrayo que Asturias ya ha lanzado su propia misión: Sekuens es el nombre de la nave que llevará al futuro las políticas de I+D+i en Asturias.
Sekuens nace con varios objetivos: reordenar el ecosistema innovador, reducir la burocracia y facilitar la atracción y retención de talento. No es un salto en el vacío: los programas impulsados estos años, como el Margarita Salas, nos sirven de guía para ser más ambiciosos, poner las luces largas y elaborar un calendario ordenado de convocatorias que dé el empujón definitivo a la I+D+i. Asturias entera debe ser un polo de atracción de talento, tanto por parte del sector público como del privado.
Hasta aquí el repaso. Pienso, sinceramente, que el consejero Borja Sánchez ha superado la prueba con nota, y nota muy alta. Ahora le toca estrenar otro cuaderno, pero también repleto de tareas, sin páginas en blanco. Vamos con esos proyectos y deberes, algunos ya mencionados por el rector:
La expansión del campus de El Cristo. Como toda gran iniciativa, requiere tiempo y planificación. Pero como me consta que todos estamos remando en la misma dirección, será una realidad, y espero que más pronto que tarde.
El refuerzo de los demás campus, con especial atención al de Mieres. En la cuenca del Caudal implantaremos un polo de innovación sobre la ingeniería del dato y la inteligencia artificial que permitirá aprovechar antiguas explotaciones mineras y, al tiempo, supondrá nuevas oportunidades para el campus mierense. De hecho, queremos que la academia se involucre en el desarrollo de los polos de innovación, claves para el futuro científico y tecnológico de Asturias.
La retención y captación de talento continuará siendo un objetivo principal de mi gobierno. Para aspirar a la excelencia necesitamos ofrecer un porvenir atractivo al personal investigador. Con ese propósito retomaremos de forma inminente la Ley de Ciencia y Tecnología, que, junto con la Ley de Función Pública, permitirá crear el cuerpo superior de investigadores e investigadoras del Principado, lo que hemos llamado el CSIC asturiano.
Más tareas principales. La Ley del Sistema Universitario fortalecerá el papel de la institución académica y, de paso, permitirá reformar la Ley del Consejo Social, ya obsoleta. Es preciso dotar al consejo de un marco jurídico más moderno, adaptado a la normativa nacional y a las necesidades académicas e investigadoras de la Universidad. Con claridad: esa adecuación permitirá que el Consejo Social cumpla con su fin primigenio, servir de enlace entre la sociedad y la Universidad; queremos un consejo activo, capaz de allegar fondos privados y movilizar el mecenazgo.
No sé si el consejero de Ciencia acabará echándome un mal de ojo, pero voy a imponerle otro deber: profundizar en la conexión entre conocimiento, formación y empleo. Ojo, que esta asignatura es troncal y de aprobado obligatorio. Para ello debe impulsar la construcción de un sólido puente para la colaboración público privada. Por ejemplo, la Universidad puede ejercer un papel fundamental en la formación permanente. Me refiero al desarrollo de las microcredenciales, esas certificaciones que validan formaciones de corta duración pensadas como instrumentos de aprendizaje continuo.
Concluyo. Como han comprobado, el cuaderno del gobierno está cargado de proyectos, compromisos y retos compartidos con la Universidad de Oviedo. Tenemos la confianza plena de que podremos superarlos con la colaboración y lealtad institucional que distingue al equipo liderado por el rector Ignacio Villaverde. La magnífica lección inaugural de José Ramón Obeso nos ha recordado que la excelencia no es una meta lejana: ya es una realidad incrustada en la Universidad de Oviedo.