El Presidente de Asturias insiste en la economía verde, digital y sostenible

El Presidente de Asturias insiste en la economía verde, digital y sostenible

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha señalado en la inauguración de la 23º Escuela de Verano Manuel Fernández López Lito de UGT que “tras más de 40 años podemos gritar que hay tierra a la vista: La nueva realidad existe, tiene un nombre y ya la acariciamos con los dedos. Se llama economía verde, digital y sostenible”.

El jefe del Ejecutivo, que ha repasado los avances y retos de una economía asturiana “que funciona” y que “con problemas, sigue el camino acertado”, ha pedido a las organizaciones sindicales “seguir trabajando juntos para que la izquierda política y social también lidere la década del cambio”.

“En mayo conseguimos que Asturias quedara a salvo de la ola de involución que afectó a otras comunidades y numerosos ayuntamientos en toda España” ha manifestado Barbón, que ha apelado al apoyo de la “izquierda sindical, para que Asturias siga progresando adecuadamente”.

 

A continuación reproducimos el discurso completo:

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN
 
Inauguración de la XXIII Escuela Internacional de Verano Manuel Fernández López Lito: Salud, empleo y nuevas oportunidades

Creo que todas las personas que estamos aquí relacionamos septiembre con el inicio del curso. La memoria de la niñez nos retrotrae a días de vuelta a clase, de preparar el maletín, de reencuentro y expectación ante las nuevas tareas. Si la inauguración de esta escuela de verano de la Unión General de Trabajadores me ha reavivado esos recuerdos es porque hoy asisto como un alumno más al estreno del curso sindical en Asturias. Muchas gracias por concederme el honor de volver a acompañarles. 

Por continuar con el símil escolar, lo apropiado para esta tarde sería una lección inaugural. No me atrevo a tanto: propongo que compartamos una especie de breve e incompleto repaso para conocer en qué materias hemos progresado adecuadamente, aunque todavía nos quede mucha labor pendiente, y en cuáles necesitamos seguir empeñándonos en mejorar. Siempre, aclaro, con un criterio exigente. Un gobierno que se da por satisfecho con su labor es un gobierno condenado al fracaso.  Por tanto, lejos de mí cualquier tentación de complacencia.
Empiezo con estos primeros apuntes del curso. Parto de que podemos estar de acuerdo en algunas consideraciones. Hay asuntos en los que Asturias ha evolucionado de forma notable y para bien en el último cuatrienio.

  • Por ejemplo, progresamos en empleo. Hoy mismo conocimos los datos de paro registrado de agosto. La cantidad, 54.417, es la más baja en 15 años. Desde 2008 no había un mes de agosto con un número tan reducido de personas desempleadas.  En el caso de las afiliaciones a la Seguridad Social viene a ocurrir algo parecido: con más de 385.000, es la cantidad más alta desde 2010.  Si echamos la vista cuatro años atrás, hay 11.073 personas menos en paro y 10.955 más con trabajo que en 2019.  Como el desempleo siempre es un drama, no cabe autobombo alguno, pero la trayectoria es francamente buena. 
     
  • También avanzamos en industria; desde luego, bastante más de lo que auguraban quienes anunciaban la hecatombe fabril de Asturias. Uno de los logros recientes es el nuevo contrato de la fábrica de armas de Trubia, que garantiza la carga de trabajo hasta 2037. Es de justicia reconocer el compromiso de la ministra Margarita Robles porque el resurgir de la industria de defensa en Asturias debe mucho a su apoyo. Subrayo que hablamos de una actividad que requiere los máximos estándares de calidad e innovación, con una notable capacidad de arrastre.

    El caso de Trubia no es una excepción. Tenemos otros ejemplos, como la revitalización de Duro Felguera, el funcionamiento de la regasificadora de El Musel, la planta de paneles fotovoltaicos de Langreo o los proyectos vinculados al hidrógeno verde. Eso, por no referirnos a la pujanza de la construcción naval, referencia en toda Europa. Pero, más que citar nombres concretos, que son muy importantes, lo más relevante es constatar la buena salud del corazón industrial de Asturias en plena transición ecológica.      
  • Sobre el turismo apenas hacen falta las palabras. Basta con salir de casa para comprobar que Asturias está de moda, repleta de visitantes. A tenor de los últimos números, 2023 va camino de marcar otro récord de viajeros y estancias. Las dos grandes aspiraciones históricas del sector, la desestacionalización y la internacionalización, están a punto de cumplirse gracias a la oferta de vuelos del aeropuerto y la apertura de la variante de Pajares.

    Ahora tenemos que anticiparnos, tomar las medidas adecuadas para no morir de éxito. Espero que se me entienda bien: el tirón espectacular del Principado es fruto de haber hecho los deberes con acierto a tiempo, desde algo en apariencia tan sencillo como la elección de un lema –el famoso Asturias paraíso natural- a haber sabido cuidar de nuestros recursos, incluida la costa. Ahora también estamos obligados a adelantarnos para que el Principado se distinga por el turismo de calidad.
     
  • En fin, por incluir otra anotación sobre la coyuntura económica, también hemos de reconocer el impulso tecnológico, el desarrollo de la ciencia y la investigación. Desde 2019 hemos pasado de dos a doce centros de I+D+i y somos la cuarta comunidad con mayor peso del sector tecnológico en el empleo. Casi sin darnos cuenta, las start up han pasado de ser una especie extraña a caracterizar el nuevo paisaje empresarial del Principado. 

Son cuatro trazos, a los que podríamos añadir las exportaciones, el grado de ejecución de los fondos europeos o el balance de migración empresarial, porque a Asturias vienen más sociedades de las que se van. Es uno de esos datos que sorprenden y descolocan a la cofradía de la decadencia: pues sí, por más que les descuadre, el Principado lleva tres años consecutivos con saldo favorable.

La economía asturiana funciona. Con problemas, pero sigue el camino acertado. Como sindicalistas, sabéis la importancia de la afirmación que voy a hacer. A lo largo de mucho tiempo, desde el último cuarto del siglo XX, Asturias ha peleado por dos grandes objetivos: aliviar el impacto de las sucesivas reconversiones y alumbrar un modelo económico alternativo. Esa ha sido una obsesión constante de todos los gobiernos autonómicos de izquierdas y de derechas, que también los ha habido, durante más de 40 años. Pues por fin después de tanto tiempo podemos gritar que hay tierra a la vista: la nueva realidad existe, tiene un nombre y ya la acariciamos con los dedos. Se llama economía verde, digital y sostenible. El turismo, la industria no contaminante, la innovación tecnológica, la revitalización del medio rural y la movilidad sostenible son piezas que ensamblan ese modelo. 

Seguro que cada una de las personas que está aquí es capaz de poner reparos a mis palabras, como la baja tasa de población activa, la brecha salarial, el elevado porcentaje de paro juvenil, la presión turística que sufren temporalmente algunos concejos o la inflación de micropymes. Lo acepto: estoy expresando líneas, susceptibles de muchos matices, pero válidas en el fondo.

Además, ya avisé de que soy refractario al conformismo.  Para demostrarlo, voy a enumerar cinco áreas donde también hemos mejorado, pero en las cuales es necesario multiplicar el esfuerzo. 

  • El impulso demográfico. La pasada legislatura aprovechamos todos y cada uno de los cuatro presupuestos para aplicar medidas contra la despoblación y a favor de la natalidad. Siempre advierto que estas políticas necesitan tiempo y estabilidad para dar resultado, pero también es verdad que deben adoptarse cuanto antes. Tan claro lo tenemos que la primera reunión del nuevo gobierno iba a aprobar el proyecto de Ley de Impulso Demográfico. Hemos aplazado esa decisión a solicitud del Partido Popular para atender alguna de sus propuestas y favorecer el consenso más amplio posible. Hemos accedido  porque estos cuatro años queremos dejar asentadas las políticas demográficas para las próximas décadas. Uno de los ejes será la atracción de personas emigradas, mediante la Estrategia de Retorno y el Plan Retorno Joven, con ayudas de hasta 3.000 euros.
     
  • La recuperación de las cercanías ferroviarias y el impulso al corredor atlántico. En Asturias se puede viajar sin límite en transporte público por 30 euros al mes con la tarjeta Conecta. Es un éxito de iniciativa y de gestión; de hecho, a día de hoy se han emitido más de 67.000 tarjetas. Podría dedicarme a presumir de este logro, pero me gusta ser sincero: para fomentar la movilidad sostenible necesitamos aprovechar la red de cercanías ferroviarias, que es la pieza clave. Por eso vamos a vigilar y exigir el cumplimiento del Acuerdo de la Castellana, que suscribí en febrero con la ministra Raquel Sánchez y el entonces presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. Ya hay un billete único para Renfe y Feve y ahora deben ejecutarse el resto de compromisos en el plazo previsto, incluida la renovación completa de la flota. En este asunto ocurre como con la variante de Pajares: su entrada en servicio será una buenísima noticia, pero mi gobierno mantendrá la presión y la colaboración con los Ejecutivos de Cantabria, Galicia y Castilla y León para apremiar a la  realización completa del Corredor Atlántico. 
     
  • También reforzaremos la atención al medio rural. Éste es uno de los desafíos más complejos y concierne también al sindicalismo. Es muy difícil luchar contra las sensaciones y en el campo está cuajando la idea de abandono, de que quienes gobiernan actúan con criterios elitistas y urbanitas, extraños a la realidad agraria y que confunden el medio rural con un documental de vida salvaje. Es un fenómeno generalizado en Europa: la derecha, y en particular la populista, quiere hacer de las comarcas rurales su caladero de votos. En España y en Asturias no les importa abogar por planteamientos suicidas como la negación del cambio climático, el rechazo a la Política Agraria Común o las trabas al saneamiento ganadero; lo que les importa son los votos. 

    Uno de los empeños de mi gobierno será lograr que el medio rural se sienta partícipe y protagonista de la década del cambio; hacer entender que el nuevo paradigma económico también beneficiará al campo. Serán necesarios tres requisitos: mucha gestión, mucha cercanía y mucha pedagogía política. La izquierda, incluida la izquierda sindical, no puede quedarse muda y cruzada de brazos frente a la ofensiva ideológica de la involución, tiene que pasar a la ofensiva en las zonas rurales.
     
  • Voy con la cuarta área, la atención a la salud mental. El Estado de bienestar está sometido a una doble presión. Por un lado, la de quienes consideran que debe recortarse y aligerarse de presupuesto. Ya conocéis la música  y hasta la letra, porque la canción siempre es la misma, sea sobre la sanidad, sobre las pensiones o sobre el salario mínimo: consume muchos recursos, es insostenible y hay que reducirlo. Por otra parte, estamos los que entendemos que debe reformarse, pero para blindarlo. En este punto también quiero hablar claro: que no nos den miedo las transformaciones. Si no nos encargamos nosotros de reformar con innovación y audacia la sanidad, la educación y los servicios sociales, serán otros los que asuman ese trabajo, pero con una diferencia fundamental: ellos cambiarán el Estado de bienestar para debilitarlo, para acabar con él.

    En este grupo de deberes otorgo prioridad a la salud mental. Como anuncié en el debate de investidura, mi intención es alcanzar un pacto autonómico que defina y preserve las políticas de salud mental, uno de los problemas crecientes de nuestra sociedad. Reflejo de esta preocupación, el gobierno ha incorporado una dirección general de Salud Pública y Atención a la Salud Mental y un servicio de Planificación de Salud Mental. Aparte, en marzo ya fue aprobado el Plan de Salud Mental 2023-2030, que permitirá contar con 38 psicólogos y 27 psiquiatras más.
     
  • La formación y el servicio de empleo.  Otra área en la que toca pisar el acelerador. La unificación en una consejería de las competencias sobre la planificación de FP y las políticas de empleo responde a un triple propósito: adaptar las enseñanzas a las exigencias profesionales que impondrá la economía verde; adecuar la formación a la demanda empresarial y reorientar a fondo el Servicio de Empleo para que sea más ágil y proactivo. Es, con las salvedades pertinentes, lo mismo que nos proponemos hacer en el ERA. Como bien ha dicho la consejera de Derechos Sociales, debe convertirse en el faro de la transformación del modelo de cuidados de larga duración. Es necesaria una reforma a fondo que, precisamente, recaerá sobre una persona bien conocida en esta casa: Nerea Monroy.


Finalizo los apuntes. En el primer día de clase, no está mal. Por supuesto, he hecho un listado incompleto: para entrar en detalles, tenemos todo un curso por delante. De mano lo afrontamos con un gobierno de unidad que facilitará la estabilidad institucional y garantizará la orientación progresista y reformista de todas nuestras políticas. La prueba del nueve será la elaboración del próximo presupuesto que, ya lo adelanto, reflejará los compromisos que he enunciado en esta intervención. Unos objetivos que queremos dialogar y acordar con los sindicatos y el empresariado en la próxima concertación social, que también planteamos iniciar en breve.  

En mayo conseguimos que Asturias quedara a salvo de la ola de involución que afectó a otras comunidades y numerosos ayuntamientos en toda España. Ahora nos toca seguir trabajando juntos para que la izquierda política y social también lidere la década del cambio. Esa ya no es tarea para un curso, sino para toda la legislatura. En este primer día de curso, os aseguro que contamos con vosotros, con la izquierda sindical, para que Asturias siga progresando adecuadamente.

Muchas gracias

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