Se impone en la final al neerlandés Nijboer por 6-1, 3-6 y 6-4
El español Carlos López Montagud se proclamó ayer campeón de la Riesco Cup – 88 Trofeo Real Club de Tenis de Oviedo, tras vencer en la final al holandés Ryan Nijboer por 6-1, 3-6 y 6-4 en una hora y 52 minutos. Completa así su historial de podios del torneo, ya que hace dos años fue campeón en dobles formando pareja con el brasileño Óscar José Gutiérrez.
La lluvia dio el respiro justo para la disputa del partido, volviendo a hacer acto de presencia en el final de la entrega de trofeos. Mientras tanto, el numeroso público asistente pudo disfrutar de un partido que fue una auténtica montaña rusa. Tras un primer juego en el que Nijboer rompió el saque de su rival, López mostró su cara más sólida y pasó por encima del holandés, sumando juego a juego hasta seis en total, sin dar opción alguna a su rival.
Quien pensase que el partido se resolvería rápido en el segundo set, se llevó una sorpresa. Nijboer volvió a empezar ganando, con un juego en blanco, pero esta vez no se despistó. Aunque López le respondió de la misma manera, el holandés consiguió avanzar al 2-3 para romper el saque en el siguiente juego y ponerse con un 2-4 que a López comenzó a pesarle como una losa. Nijboer sumó los dos restantes y el partido volvió a su inicio en el tercer set.
Y empezó tanto en resultado como en juego, porque Carlos López volvió a tomar el mando y se puso con tres juegos por delante y a un punto de sumar el cuarto, pero ahí le volvieron a asaltar las dudas y Nijboer aprovechó el agujero para empatar a tres juegos. La montaña rusa se volvió a inclinar favorable a López, con un 5-3 y la posibilidad de cerrar el torneo, pero cedió el saque y volvió a meter a Nijboer en la pomada. Sin embargo, López consiguió mantener la cabeza fría y hacerse con el definitivo juego para inscribir su nombre en la Copa del Real Club de Tenis de Oviedo por segunda vez, esta vez en individuales.
“Fue una montaña rusa rotal”, decía Carlos López al final del partido. “Empezamos los dos bastante nerviosos. Es una final y en las finales, es innegable que estás nervioso. Intenté calmarme un poco más y jugar más sólido, asumiendo que no era el día que mejor me encontraba de la semana y no podía desplegar un tenis súper espectacular, pero las empecé a meter dentro y a estar en cada punto, mientras él estaba más fallón”.
Las cosas cambiaron en el segundo set porque “bajé la intensidad, fruto de los nervios, y él subió el nivel”, aseguró López. Y el tercero, “más de lo mismo. Tuve la bola para el 4-0. Son detallitos, que si haces ese punto, te pones 4-0 y tienes el saque, cambia todo. Al final me tocó sufrir, pero es lo bonito de este deporte, que ganas sufriendo”. Esa situación de perder la opción de ponerse con 4-0 “fue un momento de decepción, que te ves por delante con dos breaks, sentenciando el partido, y en dos minutos te vas al 3-2 y estás parejo. No es fácil que no te afecte”.
Carlos López calificó su estancia en el torneo como “una maravilla. He jugado varios años este torneo y gané el dobles hace dos. Es el mejor 25.000 que he jugado en mi vida. El club, la ciudad, el trato, los recogepelotas, la organización… Estoy totalmente agradecido a la organización por hacerlo posible”. Eso sí, el próximo año espera no volver “porque esté jugando por arriba, pero si no, seguro que vendré”.