El escenario de Asturias en materia de vivienda es complicado, tanto para propietarios como para inquilinos. La oferta de viviendas en alquiler en el Principado difiere mucho de la demanda. Hay pocos pisos disponibles y son muchos los interesados en alquilar un inmueble. Esto provoca una situación en la que los arrendadores pueden ver cumplidas sus exigencias, ya que sobre la mesa se encuentran un gran número de arrendatarios interesados. Ni perros, ni extranjeros, ni niños. Son algunas de las peticiones de los caseros para poner en alquiler su propiedad. «Somos meros mediadores entre las exigencias de los propietarios y las de los inquilinos», defiende Katia Domingo, presidenta de la Asociación de Inmobiliarias de Asturias.
Explica Domingo que «el inquilino lo tiene complicado» a la hora de ponerse a buscar piso. En Oviedo, Gijón y Avilés no hay pisos suficientes para cubrir la demanda del mercado, lo que provoca desde un aumento de los precios hasta una selección exhaustiva de los inquilinos por parte de los propietarios. «Muchos no quieren alquilar por miedo y hay muchos pisos vacíos», asegura Domingo. Y es que alquilar un piso en Asturias a día de hoy es hasta un 10% más caro que hace un año, precisamente por el desajuste entre la oferta y la demanda. Los arrendadores asturianos prefieren que no alquilar su vivienda a personas que tengan perros o niños que puedan causar desperfectos en su vivienda. Son reacios también a los extranjeros, en especial a aquellas familias que padezcan una situación de vulnerabilidad. «Hay un rechazo por parte de los propietarios, que no por parte de las inmobiliarias», matiza Katia Domingo.
Una persona soltera con solvencia económica o un pareja sin hijos ni mascotas. Serían los perfiles de inquilino favoritos por parte de los propietarios asturianos. «Se ven con la capacidad de escoger a quien alquilar la vivienda porque siempre hay, al menos, tres o cuatro interesados. Todo a causa de la oferta», explica Domingo, quien desarrolla los vetos a mascotas y menores: «Cuando es responsable no tiene por qué pasar nada. No tiene por qué haber desperfectos por tener mascotas en casa o niños pequeños. Nosotros siempre intentamos mediar con los propietarios para facilitar el exceso, pero muchos cuentan con malas experiencias y son reacios. Sobre todo porque se encuentran con la capacidad de elegir entre varios perfiles».
Respecto al veto a los extranjeros la situación es diferente. Explica Domingo, a través de su experiencia en lidiar con las peticiones expresas de los arrendadores, que «el rechazo que existe es más hacia familias en situación de vulnerabilidad, por miedo a impagos. Comentan los propietarios que tienen una inseguridad jurídica a raíz de la nueva Ley de Vivienda». «Existe una paralización de los desahucios hacia personas en situación de vulnerabilidad, por lo que no quieren inquilinos que tengan unas garantías de solvencia», señala la presidenta de la Asociación de Inmobiliarias de Asturias.
Unas garantías de solvencia para las que suelen pedir un contrato de trabajo indefinido; que el importe del alquiler no supere el 30% de los ingresos mensuales, demostrándolo con las tres últimas nóminas; y proporción de avales para evitar el riesgo de impagos. Todo ello sumado a que en la mayoría de los casos se pide una fianza de un mes de alquiler y un depósito de otras dos mensualidades. Pagos que se reembolsarán al inquilino una vez abandone el piso, dejándolo siempre en buenas condiciones y sin cargas económicas.
Las exigencias de los inquilinos
No todo son exigencias por parte de los propietarios, los inquilinos también tienen algunas. Desde pisos en centro a bajo coste hasta la antigüedad de la vivienda. «En el caso de Gijón buscan alquileres en el centro por 500 o 550 euros mensuales, cuando en muchos casos superan los 650 euros», explica Verónica Álvarez, gerente de la Agencia Asturias, quien comparte con Domingo la descompensación que existe entre la oferta y la demanda: «Cuando un piso está bien se suele alquilar muy rápido, pero muchas personas solo buscan zonas concretas». Lo mismo ocurre en Oviedo y Avilés.
Unas exigencias que en muchas ocasiones obliga a los inquilinos a tener que buscar inmuebles hacia las zonas periféricas. Según coinciden tanto Álvarez como Domingo, esto no supone grandes inconvenientes. «Hoy casi todo el mundo tiene coche y los edificios cuentan con garaje. Además, muchas personas viven en una ciudad trabajando en otra, por lo que también valoran mucho la accesibilidad hacia las salidas de la autopista», explica Verónica Álvarez. Por su parte, Katia Domingo señala que «ciudades como Oviedo, Gijón o Avilés no tienen nada que ver con grandes urbes como Madrid o Barcelona. Son zonas muy accesibles si vives un poco alejado del centro en 10 minutos puedes llegar en transporte público. En Asturias podemos alardear de que en las zonas que no son céntricas se vive muy bien y con buenas comunicaciones».