El espectáculo de Pirotecnia Zaragozana, exclusivo para Gijón, se basa en el ritmo y en la altura que alcanzan las figuras de colores

La ciudad se encuentra disfrutando de su Semana Grande. El próximo lunes será la Noche de los Fuegos y este año se estrenará en la ciudad una empresa fundada en 1860, una de las más históricas del país, como es Pirotecnia Zaragozana, que presenta sus espectáculos en ciudades de prácticamente todo el mundo.

Aunque sea primeriza en esta plaza, su responsable del departamento creativo y encargado del montaje, Luis Brunchú, conoce bien el emplazamiento de disparo, el cerro de Santa Catalina, ya que asesoró a otras empresas que sí presentaron sus espectáculos en la ciudad.

El montaje de toda la pirotecnia comenzará a las ocho de la mañana del domingo.

«Será un espectáculo con variado, con unos 23 minutos de duración y una carga explosiva de unos mil kilos», explicó Brunchú a EL COMERCIO. Una de las cuestiones que ha tenido en cuenta al diseñar este espectáculo exclusivo para la ciudad es que «las distancias hasta el Cerro son considerables. La zona de disparo es muy bonita para verlo, pero las distancias son largas». Por ello, la clave está en «utilizar mucho calibre y fuego de altura». Eso sí, este especialista asegura que los espectadores podrán ver «todo tipo de colores, formas, palmeras y efectos».

La principal novedad de Pirotecnia Zaragozana no serán las figuras, sino «el ritmo. Casi todo se ha visto ya, pero la novedad será la forma de disparo, la variedad y el ritmo alto. También se verán sonrisas, corazones, medusas, palmeras con troncos, azules, amarillos, púrpuras, naranjas y mucho dorado. Destacará principalmente por el ritmo y la potencia». Eso sí, ese ritmo tendrá algunos pequeños respiros para permitir que la brisa disipe el humo que se pueda generar entre una visualización y la siguiente.

Además, el sonido tendrá un papel fundamental tanto al inicio como al final del espectáculo. «Al principio, para llamar la atención del público y que suelte el móvil, y también en la parte final. Durante el resto, lo mezclamos como elemento combinativo», apunta Brunchú.

También hay guiños específicos a la ciudad, como un conjunto de juegos en «rojo y blanco, en honor a la ciudad, y también en azul y blanco como elemento marítimo, por estar la lado del mar. Es una diseño exclusivo para Gijón y no se verá en ningún lugar más de España». Sí han descartado formar cualquier tipo de letra, ya que, dependiendo del lugar desde donde se mire, no se verían.