Durban: la incertidumbre de un nuevo acuerdo global

Durban: la incertidumbre de un nuevo acuerdo global

Desde hoy y hasta el próximo nueve de diciembre representantes de los gobiernos, organizaciones internacionales y la sociedad civil de más de 190 países se reúnen en Durban (Sudáfrica) en la 17ª Conferencia de las partes (COP17) para acabar de perfilar la evolución del Protocolo de Kioto. Las expectativas de alcanzar en esta cumbre compromisos vinculantes para la limitación de reducción de emisiones de efecto invernadero son escasas

 

“Entendemos que estamos en un período de transición, donde los países emergentes tienen que acabar de avanzar para tener una hoja de ruta común en la que todos estemos retratados”, explicó Teresa Ribera, secretaria de Estado de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), la semana pasada en un encuentro con periodistas.

Uno de los grandes temas que se debatirán en esta cumbre es decidir qué ocurrirá con el Protocolo de Kioto y con aquellos países, que como Canadá, Rusia o Japón, mantienen una postura clara de no ratificar un segundo periodo de compromiso.

Por su parte, la Unión Europea afronta esta cumbre con la idea de ratificar este segundo periodo, siempre y cuando los demás países cumplan con su obligación de respaldar un mandato que fije compromisos cuantificados de limitación de emisiones de CO2 antes de 2020. “Dejar este debate para más adelante [2015 o 2020] es inaceptable”, apuntó Ribera.

En referencia a este compromiso, Aida Vila, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace España, aboga por la creación de un mecanismo que verifique el cumplimiento de reducción de emisiones para aquellas partes que se salgan del proceso de Evaluación y Revisión Internacional (IAR, por sus siglas en inglés), procedimiento que también está previsto para los países emergentes.

Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ha explicado que “ya existe un acuerdo firme de ampliar y profundizar la forma en que los países rinden cuentas unos a otros por sus acciones. Lo que hay que conseguir ahora es un apoyo institucional completo y global para asegurar que los países en desarrollo cuenten con financiación, tecnología y capacidad de construir sus propias economías basadas en energías limpias, y que en el futuro sean capaces de recuperarse rápidamente del cambio climático”.

De la delegación española desplazada a Durban, está confirmada la presencia de Alicia Montalvo, directora de la Oficina Española de Cambio Climático del MARM, a la espera de lo que se decida esta semana en una reunión que celebrarán el actual gobierno en funciones y el Partido Popular, para buscar “un escenario compartido donde todos nos sintamos cómodos”, explicó Ribera.

 

 

 

África, un continente vulnerable

En el arranque de la cumbre, Jacob Zuma, presidente sudafricano, declaró que los impactos climáticos en África son una razón para que todos los gobiernos tomen medidas."Hemos experimentado inundaciones inusuales y graves en las zonas costeras que afectan directamente a las personas, que pierden sus hogares, trabajos y medios de subsistencia. Dada la urgencia, los gobiernos deben esforzarse por encontrar soluciones aquí, en Durban. El cambio y las soluciones siempre son posibles y Durban nos debe marcar los pasos hacia una solución que salve hoy el mañana".

Para Edna Molewa, ministra de Medio Ambiente sudafricana, “debido a la vulnerabilidad de África ante el cambio climático, fracasar en la contención del aumento de temperatura media global a 2 grados sería un resultado inaceptable para el esfuerzo de mitigación global”.

 

África es un continente que depende en gran medida de sectores muy sensibles al clima, como la agricultura de secano. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) prevé que el rendimiento de la agricultura de secano se reducirá en un 50% en 2020. “Esto significará el hambre para muchos”, añade Molewa. Asimismo, en zonas como Kenia, con grandes comunidades de pastores, la reducción de la producción de alimentos estará cada vez más limitada, al igual que el agua para el ganado.

Por otro lado, energías renovables como la hidroeléctrica están infrautilizadas puesto que actualmente se explota menos del 10% del potencial hidroeléctrico. “Un esfuerzo nacional, regional e internacional para liberar este potencial es un ejemplo de cómo las sociedades africanas podrían pasar de ser uno de los continentes más vulnerables a convertirse en uno de los más resistentes al clima”, aseguró la titular de medioambiente sudafricana. 

 

En este sentido, Figueres anuncia la creación en Durban de una nueva iniciativa denominada “impulso para el cambio” que busca presentar ejemplos de colaboración entre el sector público y el privado que beneficia a las poblaciones marginadas en las zonas urbanas, “ayudándoles a acceder a su propia energía limpia o a fortalecer su capacidad de adaptación al cambio climático”.

Sudáfrica es el principal contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero en el continente –el 38% de las emisiones totales de África –. El Libro Blanco de Estrategia Nacional de Cambio Climático (CCR, por sus siglas en inglés) establece el compromiso de reducir las emisiones de CO2 un 34% por debajo de las proyecciones actuales en 2020, un 40% en 2025.

 

FOTO: Acto de la cuenta a atrás del inicio de Durban (50 días antes). En la foto la política sudafricana Maite Nkoana-Mashabane y la cantante Winnie Mashaba. Imagen: Jacoline Prinsloo (COP 17)

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