La utilización de la inteligencia artificial (IA) por parte de las empresas plantea cuestiones éticas que requieren una cuidadosa reflexión. Recientemente, el anuncio del músico Paul McCartney de lanzar una canción inédita de los Beatles con la voz de John Lennon, el compositor fallecido en 1980, utilizando IA para aislar su voz y añadir nuevas pistas instrumentales, suscitó el debate sobre los límites éticos de esta tecnología.
En Brasil, el fabricante de automóviles Volkswagen se vio envuelto en un caso de ética interpuesto por el CONAR - Consejo Nacional de Autorregulación Publicitaria del país - por crear una campaña publicitaria en la que aparecía una de las más grandes cantantes brasileñas, Elis Regina, fallecida hace más de 40 años. Ambas situaciones plantearon cuestiones sobre la utilización de la imagen y el legado de artistas fallecidos, la titularidad de los derechos de imagen y el respeto a la memoria de estas personas.
“Aunque fascinante desde el punto de vista técnico, utilizar la voz de un artista fallecido sin su consentimiento directo crea dudas sobre la preservación de la integridad artística y la autenticidad de la obra. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de considerar los límites éticos de la utilización, no únicamente por cuestiones mediáticas, sino para establecer hasta qué punto una empresa puede emplear la tecnología sin comprometer sus operaciones”, afirma Flavio Liberal, CEO de WorldEd School, red educativa estadounidense global y futurista.
En junio de este año, España se puso a la frente de la búsqueda de una regulación global sobre IA, con el objetivo de garantizar la ética y los derechos de los ciudadanos, la agenda fue presidida en la reunión del Consejo Europeo. La regulación era crucial para guiar el uso responsable de la IA y prevenir posibles abusos, protegiendo los derechos y la privacidad de las personas.
Según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), España ha avanzado en la integración de la IA y el big data en su tejido productivo. En este sentido, se registró un aumento significativo de 4 puntos porcentuales, con un 11,8% de las empresas con más de diez personas optando por utilizar la IA en 2023. Este crecimiento demuestra el potencial y la relevancia de la IA en el entorno empresarial, pero también requiere un enfoque ético que garantice la transparencia, la equidad y el respeto de los derechos humanos, que prevé con la normativa debatida en la reunión.