Adráin Barbón ha marcado en su discurso de investidura las que v an a ser las líneas maestras por las que va a discurrir du mandato en ls cuatro años venideros. A continuación consignamos íntegro su discurso:
Un gobierno de progreso para toda Asturias
Señorías, me dispongo a solicitar su confianza para gobernar Asturias. Hace cuatro años aseguré que era el mayor honor al que podía aspirar. Hoy me reafirmo en aquellas palabras: me es imposible imaginar mayor y más honrosa responsabilidad que presidir la propia tierra, que consagrar cuatro años más a procurar el bienestar de mis compatriotas y el desarrollo económico, social y cultural del Principado.
He intentado estructurar los capítulos de esta intervención como peldaños: todos se apoyan sobre el anterior y nos elevan hacia un mismo destino. En eso consiste un programa de gobierno. No en encajar cuñas de aquí y de allá, en anudar remiendos para cubrir las carencias. Mi voluntad –ustedes evaluarán si lo he conseguido- es esbozar un proyecto sólido, progresista y audaz, pensado a medio y largo plazo para construir la mejor Asturias en la década del cambio.
Ya en el primer escalón, debo explicar por qué me presento. El voto de la ciudadanía decidió el 28 de mayo la composición de esta Junta General. La voluntad democrática resolvió que las candidaturas socialistas ganasen las elecciones con 195.999 sufragios y 19 escaños en la Cámara. El PSOE aumentó el número de votos respecto a 2019, fue el partido mayoritario en 59 de los 78 concejos y superó el 36,5% de los sufragios. Esa victoria rotunda sería, ya de por sí, aval suficiente para allegarme a este atril y defender mi investidura.
Es mi deuda con el pueblo asturiano, a él se lo debo. De ahí que ya en los prólogos de esta intervención exprese mi sentida gratitud a las personas que dentro y fuera de mi partido han respaldado la lista que encabezaba. Me empeñaré en no defraudarles, en hacerme digno del enorme caudal de confianza que me han concedido. Extiendo ese compromiso a la ciudadanía entera, fuese cual fuese su elección. Sólo asumiré la presidencia del Principado para gobernar para todos y todas.
Un caudal de confianza que, reitero, sobraría para justificar este discurso. No obstante, en un sistema parlamentario las mayorías de gobierno se obtienen en las Cámaras; en este caso, en la Junta General. Con el propósito de ampliar la primacía y de asegurar la estabilidad, el Partido Socialista ha entablado conversaciones con otras fuerzas parlamentarias. Confío sinceramente en que este diálogo, abierto y fluido, fructifique en un entendimiento de unidad progresista.
Ese acuerdo se sustentaría en la vecindad programática y una trayectoria de colaboración sedimentada legislatura tras legislatura. La historia reciente de nuestra comunidad ofrece varios precedentes de forja similar. No obstante, ni la costumbre ni la buena relación política, ni siquiera la estabilidad, prioritaria para cualquier gobierno, justifican por completo esa voluntad de pacto. En su raíz late también algo más hondo: el deseo de afianzar Asturias en el rumbo de progreso. Ese sería el latido vital del acuerdo: mantener Asturias a salvo de la involución.
Porque la nítida victoria del Partido Socialista en Asturias fue obtenida en circunstancias difíciles. En el Principado, la Federación Socialista mereció de nuevo la confianza mayoritaria y el voto revalidó el anclaje del PSOE en la centralidad política, confirmado como el partido de Asturias. Ofrezco a los grupos de la oposición disposición al diálogo y el consenso; una actitud que, si todos la compartimos, redundará en la práctica de la política útil, impedirá los daños del extremismo y facilitará los grandes acuerdos necesarios para abordar los desafíos de nuestra comunidad autónoma.
Conjugar el futuro
Avanzo otro escalón. Es inevitable que haya una traza de continuidad con mi anterior mandato, pero los discursos de investidura siempre se conjugan en futuro. No sólo tengo que explicarles por qué me presento, sino para qué, cuáles son las ambiciones y propuestas que me animan a gobernar Asturias el próximo cuatrienio.
Antes de adentrarme en el recorrido de los detalles, me detendré en dos estaciones, ambas lugares de paso obligados para conocer el Norte de mi gobierno. La primera serán los principios, los modos que definirán el modo de actuar del Ejecutivo. La segunda, los bloques prioritarios.
Voy con la primera parada. Tengan la certeza de que podrán reconocer a mi gobierno por varias señas:
ü La búsqueda de consensos. Asturias precisa tanto un gobierno fuerte, estable y de progreso como grandes acuerdos que desborden los límites partidistas. El entendimiento que buscamos con Convocatoria por Asturias, cimiento de esa estabilidad, es compatible con una permanente disposición al diálogo con otros grupos parlamentarios, los sindicatos, el empresariado, las cámaras de comercio, los ayuntamientos, la Universidad y, por extensión, la sociedad asturiana. De igual manera, fortaleceré las alianzas alcanzadas con los gobierno de otras comunidades para abordar asuntos de preocupación común, como el corredor del noroeste, la macrorregión atlántica, la financiación autonómica o el desafío demográfico.
Todos tenemos actitudes que nos caracterizan con tanta rotundidad como si fueran partes de nuestra propia anatomía. En mi caso, no concibo la vida ni la acción política sin diálogo. Por lo tanto, al igual que la legislatura pasada, ésta volverá a ser ejemplo de esa voluntad permanente de consenso. Espero que esta disposición sea correspondida por los grupos parlamentarios. De mano partimos con un buen bagaje de acuerdos. La Alianza de la Infraestructuras, el dictamen sobre las políticas demográficas, el criterio común sobre la reforma de la financiación autonómica o los sucesivos pactos de concertación tendrán continuidad.
ü La práctica de la política útil, ajena a la crispación. He demostrado que se pueden ganar unas elecciones sin insultar, sin faltar al adversario ni atizar el enfrentamiento. En la presidencia del Principado he procurado ejercer la política útil, la que resuelve problemas, y mantener Asturias a salvo de la envenenada atmósfera tóxica que se respira en otras partes, que exacerba los ánimos y atranca el diálogo. El Gobierno del Principado continuará trabajando con ese criterio: que Asturias, refugio climático, siga siendo también un refugio frente a la crispación, un oasis de diálogo.
ü La cercanía. Sería realmente difícil presidir Asturias ensimismado, sin que la realidad te despertase cada día. No obstante, eso no es suficiente. Si no concibo la política sin diálogo, tampoco la entiendo sin cercanía, sin proximidad. Eso vale tanto para mí como para cada una de las personas que formen parte de mi gobierno. Las quiero dispuestas a recorrer y visitar toda Asturias, a conocer los problemas cara a cara. Exijo que se embarren de realidad.
ü La audacia. La resignación nunca será mi compañera de viaje. Asturias ha iniciado otra etapa en su desarrollo de la mano de la transición hacia la economía verde y digital. Ante esta transformación en marcha toca pensar en grande, con osadía. Tenemos la obligación de imaginar el porvenir. A lo largo de toda la legislatura pasada he peleado una y otra vez contra el narcótico de la decadencia, el parapeto de quienes carecen de confianza en las posibilidades de nuestra tierra. Una sociedad encogida sobre sí misma nunca podrá hacerse dueña de su destino. Asumimos con atrevimiento la transición ecológica, la apuesta por la ciencia y la reforma de la Administración, una urgencia siempre aplazada. Con mayor empuje continuaremos esta legislatura desterrando tópicos y explorando nuevas fronteras. Como ejemplos, sirvan la ayuda que conseguimos para Arcelor o la salvación de Duro Felguera.
ü Sobre todo, la lealtad con Asturias. Acabo de hablar de tópicos. Uno de los más asentados era el sucursalismo. Según esta acusación, los gobiernos del Principado siempre se caracterizan por su docilidad ante el Ejecutivo central, sumisos y disciplinados, que marcan el paso a ritmo de consignas. Ese socorrido lugar común se ha hecho añicos contra un gobierno que antepuso su lealtad con Asturias en todas las ocasiones precisas, ya fuera la defensa de la industria, el rechazo a la protección excesiva del lobo o las exigencias para mejorar las comunicaciones. Sólo me vale ese comportamiento. Siempre, Asturias, lo primero. Ante el Gobierno central las reglas están claras: toda la lealtad institucional posible y toda la exigencia necesaria.
Por esos carriles avanzará la acción del gobierno, hacia una gavilla de prioridades bien precisas. En el discurso de investidura de 2019 enuncié cinco ejes. Los recuerdo:
- Creación de empleo de calidad.
- Impulso a una industria competitiva, con la ciencia como gran aliada.
- Refuerzo de los servicios públicos.
- Seguir en primera línea en defensa de la igualdad y en el reconocimiento de la diversidad.
- Y, finalmente, afrontar el reto demográfico.
En todos esos objetivos hemos progresado lo largo de los últimos cuatro años, los más duros de la historia autonómica. Los trechos recorridos permiten reformular esos fines, plenamente vigentes, ahora iluminados por las luces largas de la década del cambio.
ü Consolidar Asturias a la vanguardia de la economía verde. El mandato recién concluido forjó una triple alianza entre la ciencia, la industria y el trabajo de calidad. La transición ecológica está nutriendo un prometedor yacimiento de empleo asociado a la innovación tecnológica, plasmado en un creciente tejido empresarial de start ups. Es la nervatura de la nueva economía. Así que si anuncio que una de las grandes metas será la consolidación de Asturias a la vanguardia de la revolución verde, digital y sostenible, hablo también de más y mejor empleo, de fortaleza industrial, de desarrollo económico y de una decidida apuesta por la ciencia de la mano de Sekuens, la agencia llamada a ser la herramienta principal para esta tarea.
ü Hacer al medio rural protagonista del cambio. La economía verde beneficiará a todos los sectores y todos los territorios. Pienso sobremanera en las alas y el medio rural. Demostraremos que la transformación también revitalizará el campo. Tenemos que incardinarlo, que se sienta partícipe y protagonista, no un espacio ajeno a las fuerzas del cambio. Es indispensable superar la sensación de agravio y olvido que quiere calar en las zonas rurales, estimulada a menudo con falsedades y prejuicios. Si renunciamos a esa batalla, podemos encontrarnos a la vuelta de unos años con una Asturias escindida entre lo rural y lo urbano, como si no fuese posible compartir un proyecto común.
ü Mejorar el Estado de bienestar para atender nuevas necesidades. La mejora de los servicios públicos es una constante indeclinable de las políticas socialistas. La pandemia probó hasta qué punto es importante contar con robustos sistemas públicos de salud, educación y atención social. El Estado de bienestar jamás se puede dar por concluido, porque surgen necesidades de continuo. La mejora de la atención primaria, el refuerzo de los medios para cuidar la salud mental, otro modelo de atención a las personas mayores, la lucha contra la soledad no deseada, la expansión y gratuidad de las escuelas infantiles o el refuerzo de la FP marcan algunas de las sendas fundamentales que vamos a transitar.
ü Garantizar la defensa de la igualdad. La igualdad efectiva entre hombres y mujeres también ha de ser un rasgo distintivo de Asturias. Conviene subrayarlo cuando el feminismo es el primer objetivo de la ola reaccionaria. Mi gobierno no se va a conformar con resistir; seguirá con el mismo empuje que el pasado mandato. La Asturias que progresa se distinguirá por su apoyo a la igualdad y el respeto a la diversidad.
ü Lograr el impulso demográfico. El impulso demográfico, meta principal, dependerá, en buena medida, del buen desempeño de todas las políticas del Ejecutivo. No hay ni recetas mágicas ni soluciones inmediatas, sino la confluencia de decisiones que permitan responder a un reto de varias caras: el descenso de habitantes, el envejecimiento y el despoblamiento son manifestaciones distintas del desafío demográfico. Por su importancia y dimensión, este objetivo subsume los anteriores. Un apunte: en los países donde han dado mejores resultados estas políticas, como Francia o Escocia, han sido necesarias décadas de constancia.
La consolidación de un cambio histórico: prioridades de un proyecto
Señorías, hasta ahora me he limitado a componer el escenario. He explicado por qué me presento a la investidura, cuáles serán las señas de mi gobierno y sus principales propósitos. Con el terreno marcado por esas balizas, ahora toca entrar en las concreciones. Entiendan que un discurso de investidura nunca es un vademécum, sino un resumen. Atribuyan las lagunas y omisiones a la voluntad de síntesis, no al olvido.
Empiezo ya con el primer objetivo.
- A la vanguardia de la revolución verde
Los políticos y los medios de comunicación acabamos devaluando los adjetivos por exceso de uso. Aludo al término histórico, que se regala con demasiada facilidad: cualquier persona que lleve décadas en una actividad pasa a ser un histórico, al igual que cualquier triunfo deportivo es la victoria histórica de la semana, al menos hasta el partido siguiente.
En cambio, su empleo está justificado para calificar la metamorfosis de nuestro modelo económico. Sobre la explotación de los combustibles fósiles se construyó la estructura fabril de la Asturias contemporánea, labrada en la piedra y el metal de la minería y la siderurgia. Después, fue ese mismo conglomerado industrial el que sufrió el impacto de las sucesivas reconversiones que alimentaron el pesimismo y el recurrente discurso del declive que envuelve la política autonómica desde hace más de 40 años.
La transformación iniciada el pasado mandato nos está llevando a otra fase distinta. Si repasamos los proyectos inversores en marcha comprobaremos hasta qué punto están vinculados a la reducción de emisiones, a la producción, distribución y consumo de energía verde. La expectativa de las empresas no es resistir, sino crecer. Si lo analizamos con un punto de perspectiva, encontramos una importante diferencia con respecto a otros períodos: esta vez no vamos con retraso, desfasados respecto a regiones españolas o europeas, sino en cabeza. Esa es la ventaja comparativa que debemos explotar.
Permítanme una breve crónica de sucesos recientes. Hace un mes, Arcelor solicitó la ayuda de 450 millones para su plan de descarbonización. Una quincena más tarde, el 30 de junio, la ministra de Defensa, Margarita Robles, confirmó que la fábrica de armas de Trubia construirá, con un contrato de 2.000 millones, un nuevo vehículo blindado para el ejército que garantizará actividad industrial durante los próximos 15 años. Al día siguiente, el primer buque metanero atracó en el muelle de la planta regasificadora de El Musel. El 4 de julio conocimos que el desempleo registrado se ha reducido hasta 55.817personas, la cantidad más baja desde octubre de 2008. El número de afiliaciones se ha elevado a 380.198, el más alto en 12 años. Por fijar una referencia, Asturias tiene hoy 11.709 personas en paro menos y 11.926 trabajando más que hace cuatro años. Es decir, más empleo y menos paro. En fin, por esas mismas fechas Arcelor inició el arranque del horno alto A en Veriña, incendiado en marzo y que ayudará a recuperar los niveles de producción industrial.
Son datos, apiñados en unas semanas, de nuestra realidad económica. Que conviven, ciertamente, con problemas importantes como la baja tasa de población activa, el pequeño tamaño de muchas empresas o la falta de adecuación entre oferta y demanda laboral. Con esas dificultades por delante, no seamos negacionistas del resurgir industrial y las buenas perspectivas económicas de Asturias. Las evidencias no se cuestionan.
El exceso de números y porcentajes endurece las intervenciones, las hace ásperas a los oídos. Pero aunque alivie la carga no puedo dejar de recordar el récord histórico de exportaciones alcanzado en 2022 (6.177 millones), la superación sucesiva de las marcas turísticas (más de 2,4 millones el último ejercicio) o el dato objetivo de que, por tercer año consecutivo, el Principado haya atraído más empresas de las que se fueron.
Insisto: flaco favor hacemos a Asturias si nos obcecamos en empañar su presente, en oscurecerlo de pesimismo. La transición ecológica, que en 2019 se nos presentaba como una amenaza letal para nuestra industria, se ha convertido en un revulsivo inversor, en una plataforma de renovación y despegue económico.
El objetivo de mi gobierno será afianzar Asturias en el buen camino que ya recorre. Lo haremos con, entre otras, las siguientes iniciativas:
Un impulso decidido a la ciencia y la innovación, con Sekuens como agente protagonista.
A estas alturas, nadie dudará que la creación de la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad fue uno de los aciertos, de los mejores aciertos de la legislatura conclusa. El horizonte económico del Principado depende en muy buena medida de nuestra capacidad tecnológica e innovadora. No olvidemos que el 50% de los 6.000 empleos netos creados en los últimos tres años está vinculado a sectores tecnológicos. Por ello, seguir trabajando de la mano de la Universidad y los centros de I+D+i es más que un compromiso: es una obligación para asegurar el futuro de nuestra comunidad autónoma.
De hecho, buena parte del éxito del próximo mandato pasa por reforzar la apuesta por la ciencia y el talento porque Asturias se juega mucho en ese envite: nada menos que quedarse en la medianía o situarse en la excelencia. Industria y ciencia, ciencia e industria tienen que ir de la mano para bombear crecimiento, empleo e iniciativa empresarial.
La creación de un cuerpo superior de investigadores, embrión de un CSIC asturiano, nos ayudará a avanzar en ese propósito. Junto con la aprobación de la Ley de Ciencia, promoveremos varios polos tecnológicos que compondrán una auténtica geografía de la innovación. Algunos de sus hitos de referencia serán:
- El refuerzo de la milla del conocimiento de Gijón
- El desarrollo de investigación biosanitaria en Oviedo; en concreto, en los terrenos de La Vega.
- Un hub para emprendedores en Valliniello, en Avilés.
- Un centro de supercomputación en el pozo Santiago, en Aller.
- Y los polos de investigación agroalimentaria en Laviana y Villaviciosa, entre otros proyectos.
La innovación también incumbe a las empresas estatales enraizadas en Asturias. El Gobierno del Principado intentará alcanzar una alianza tecnológica e investigadora con Hunosa que exprima el potencial de esta compañía para el desarrollo de energías renovables, de una importancia económica en aumento.
El aprovechamiento de los recursos europeos y, en concreto, de los vinculados al programa Next Generation y el Fondo de Transición Justa
El Gobierno de Asturias ha acreditado hasta ahora capacidad y diligencia en el manejo de los fondos Next Generation, virtudes reconocidas o elogiadas por autoridades comunitarias, el Tribunal de Cuentas y el gobierno central. De los 585,2 millones efectivamente cobrados ha movilizado 367, una cantidad equivalente al 62,71%. La próxima legislatura mantendremos esa tenacidad gestora, extendida a los 263 millones que aportará el Fondo de Transición Justa, con la voluntad de que también favorezcan a las pequeñas y medianas empresas.
El refuerzo de la estrategia de captación de inversiones
Desde su puesta en marcha, la Estrategia de Atracción de Inversiones ha captado 13 proyectos, con una inversión estimada de 235 millones y un cálculo de 868 puestos de trabajo. Los datos son muy buenos por sí mismos y porque prueban que Asturias es un buen destino para invertir. Otro dato que echa por tierra la especie de que el Principado es un lugar inhóspito para emprender y desarrollar la labor empresarial. A partir de la experiencia acumulada, reforzaremos la promoción nacional e internacional. La calidad de vida, la cobertura digital, el desarrollo logístico y la tradición industrial soplan a favor.
Una Administración ágil, digital y proactiva
Pese a las enormes dificultades que planteaba la pandemia, mi gobierno se atrevió con la reforma de la Administración. Era una necesidad clamorosa pospuesta una y otra vez por su complejidad. Para ello trabajamos en tres frentes: la mejora de las condiciones laborales y organizativas (por ejemplo, con la reducción de la temporalidad), la renovación digital y la disminución de cargas burocráticas. Vamos a seguir avanzando en todos ellos, sin retroceder en ninguno.
Es habitual presentar a la Administración como un fardo, un lastre. Los recursos que se dedican a la función pública, incluidos los empleos, son fondos perdidos, gastos inútiles que en nada ayudan. Rechazo ese planteamiento. Una Administración ágil y proactiva mejora atención a la ciudadanía y estimula la actividad. Por eso nos proponemos convertirla en una plataforma integral de servicios digitales mediante la capacitación permanente de los trabajadores públicos. Tenemos que ser capaces de desplegar el amplísimo abanico de posibilidades telemáticas sin que eso suponga, en modo alguno, la exclusión de las personas sin conocimientos o medios digitales.
La sencillez administrativa, con la supresión de trámites redundantes –o, directamente, innecesarios-, es clave en este propósito, tanto para favorecer la iniciativa empresarial como para facilitar la atención social. En la medida en la que esté en nuestra mano –es decir, que no esté sujeta por la normativa estatal- la tramitación de ayudas y beneficios sociales será lo más sencilla y rápida posible. También presentaremos un proyecto de Ley de Proyectos Estratégicos para agilizar iniciativas con alta repercusión socieconómica y territorial.
La culminación de la Asturias hiperconectada
A finales de junio, el empresario mexicano José Antonio Fernández Carbajal recibió el premio Álvarez Margaride. En una charla previa, aseguró que “una buena y rápida conexión a Internet es incluso más importante que a Asturias llegue el AVE”. Puedo permitirme el lujo de doblar la apuesta, porque Asturias no sólo dispondrá de alta velocidad ferroviaria en breve plazo, sino que también cuenta con una buena cobertura telemática. Recurriremos a la fibra óptica, la red 5G y, en las zonas más difíciles, incluso a la banda ancha vía satélite para ofrecer el mejor servicio posible.
El concepto de buenas comunicaciones ha cambiado. Antes, sólo se ponía el acento en las físicas. Siempre se argumentaba que la ausencia de determinadas infraestructuras era uno de hándicaps que impedía el desarrollo de Asturias, fuese la autovía del cantábrico, el déficit de conexiones aéreas o el retraso de la variante de Pajares.
Es necesaria una visión más amplia. Una región con grandes infraestructuras pero sin buena conectividad es una región con malas comunicaciones, del mismo modo que una región que dé la espalda a la movilidad sostenible estará quedándose en el ayer. Con este criterio, las decisiones de mi gobierno buscarán:
- Obtener el mayor rendimiento económico, turístico y logístico de la puesta en servicio del AVE. Para ello será fundamental el desarrollo, por fin desbloqueado, de la ZALIA, y la colaboración con los puertos de Gijón y Avilés. Asturias está a tiro de piedra de convertirse en el gran polo logístico del Cantábrico.
- La exigencia del cumplimiento de los planes para mejorar las cercanías ferroviarias, incluida la renovación completa de la flota de ancho métrico. A estos efectos, la vigilancia del Acuerdo de la Castellana será permanente. Por cierto, ayer mismo entró en vigor la integración tarifaria de Renfe y Feve, fruto de ese pacto. La misma exigencia aplicaré para los proyectos ferroviarios de Langreo, Gijón y Avilés y para el peaje del Huerna: seguiremos trabajando para reducirlo progresivamente hasta su eliminación.
- La colaboración con otras comunidades para agilizar el Corredor Atlántico, incluida la conexión con Francia. El Principado va a poner todo de su parte para que el Noroeste sea un vector de desarrollo en igualdad de condiciones con el Mediterráneo, no una simple esquina geográfica de la península.
- La finalización de las infraestructuras pendientes, con la autovía del suroccidente (A-63) a la cabeza, será otra preocupación constante. Además, el Gobierno de Asturias abordará la renovación integral de nuestra red de carreteras. Para ello, aseguraremos la planificación plurianual del mantenimiento y la conservación, con especial atención al medio rural y mejoras en el corredor del Navia, Los Oscos, los concejos de los Picos de Europa o el eje de Infiesto a Campo de Caso, entre otras actuaciones. A este respecto, enfatizo mi compromiso con el cumplimiento del plan de inversiones para el suroccidente. Recuerdo que el viernes pasado, sin ir más lejos, el Consejo de Gobierno acordó destinar 10 millones a obras en siete carreteras en Cangas del Narcea, Tineo, Allande e Ibias.
- La consolidación de la espectacular mejora de las conexiones aéreas lograda desde 2019 –hemos pasado de 15 a 29 destinos, 13 de ellos en otros países- con nuevos enlaces.
- Y, para cerrar este apartado, aseguro la permanencia de la tarifa plana Conecta, el mayor espaldarazo dado en la Asturias autonómica al uso del transporte público. Para que valoremos con justeza su importancia, ya hemos superado las 35.000 tarjetas. La apuesta por la movilidad sostenible concederá especial atención al medio rural durante los próximos cuatro años para facilitar los desplazamientos y la cohesión territorial.
La conversión de Asturias en un destino turístico permanente
En un capítulo dedicado al cambio de paradigma económico tienen cabida todos los sectores. Reparemos, por ejemplo, en la importancia de los recursos digitales para el comercio y las pyme. Si concedo un apartado específico al turismo es porque es un buen espejo de la transformación de Asturias. Ya no es un añadido económico, un complemento a las grandes áreas de actividad, sino un sector potente y dinámico llamado a alcanzar aún más vigor los próximos años.
Un inciso. El turismo identifica Asturias con el paraíso natural. Sin la protección de nuestros recursos –pongo el caso de la costa-, el atractivo del Principado sería hoy mucho menor. Conviene tenerlo en cuenta. Si los socialistas presumimos de tener un proyecto sólido para el Principado es porque sus piezas engranan, cuadran en una misma ambición.
La puesta en servicio de la variante de Pajares propiciará el gran salto adelante en la desestacionalización. Si la oferta de vuelos ha multiplicado la afluencia internacional –uno de cada tres viajeros de mayo ya fue extranjero-, el AVE hará de Asturias un destino permanente los 365 días del año. En coherencia, dedicaremos como mínimo 3 millones anuales a la promoción del Principado en el mercado nacional y diseñaremos una tarjeta (Asturias card) que permita usar todos los transportes públicos a quienes nos visiten.
Ese apoyo irá acompañado de otras medidas, como la ejecución de los planes de acción turística o el fortalecimiento de los itinerarios culturales: el del Camín de los Santuarios, los ligados al patrimonio minero y los caminos de Santiago del Norte, con especial referencia al Camino Primitivo, ya con la celebración del Xacobéu 2027 en el punto de mira.
Mejor formación para mejor empleo
He resumido algunos impulsos que ayudarán a que Asturias culmine con éxito su tránsito hacia la revolución verde. En ese afán, entiendo que es necesario reforzar y adecuar las políticas activas de empleo y, en especial, poner un empeño fortísimo en la formación profesional.
Asturias no puede permitirse la paradoja de que coincida un alto número de demandantes de empleo con quejas empresariales por ausencia de personal. Seguramente caben varias explicaciones, incluidas las condiciones laborales que se ofrecen. Todo habrá que sopesarlo. Pero, aun así, no vale resignarse. Para ello, modernizaremos el Servicio Público de Empleo, promoveremos la formación a la carta para las empresas (siempre que haya compromiso de contratación mediante) y adaptaremos la oferta de FP, ya de las más completas de España, a las necesidades que impondrá la transición económica. Con ese fin, Avilés contará con un centro de formación vinculado al hidrógeno verde.
Un añadido: el pleno desarrollo de la FP dual, que se ha prestigiado como una de las mejores vías de acceso al mercado laboral, exige más implicación de la iniciativa privada. Esta es otra verdad que conviene poner sobre la mesa. Educación contribuirá con un incremento de la compensación a las empresas colaboradoras en la FP.
Todo, con diálogo y concertación
Anticipé que el diálogo y el acuerdo marcarán la impronta de mi gobierno. Así será en todos los ámbitos y, en particular, el socioeconómico. En las próximas semanas, el gobierno iniciará ya las conversaciones para entablar otro pacto de concertación, orientado hacia las necesidades del cambio económico y social.
Los últimos años, la colaboración con los sindicatos, el empresariado y las cámaras de comercio, entre otros interlocutores, ha sido fecunda. La cooperación para atraer inversiones o la constitución de una mesa específica de igualdad el diálogo social lo demuestran. Esa tradición de entendimiento y apoyo mutuo es un patrimonio que enriqueceremos el próximo mandato.
- El protagonismo del medio rural en las fuerzas del cambio
Inicio otro de los bloques de prioridades, concebido para revitalizar el medio rural. Dejado claro el papel angular de la ciencia, ahora corresponde el protagonismo al medio rural.
En España y en toda Europa la involución explota la sensación del extrañamiento del medio rural. Hay un extremismo populista que alienta la tesis de la marginación y el maltrato al campo para ganar implantación.
Mi preocupación, sin embargo, no es partidista. Me alarma que se enfrenten territorios, que dentro de Asturias se recurra al agravio comparativo y, sobremanera, que cale la desesperanza en el medio rural.
Un análisis sosegado de lo que está ocurriendo y por qué está sucediendo nos llevaría demasiado tiempo. Este discurso está pensado, en cambio, para desgranar propuestas, lo más concretas posible. Intentaré, en paralelo, responder a algunas inquietudes. Estructuro las políticas para el campo en cuatro apartados:
La atención a las actividades tradicionales
Dirijo el primero a la ganadería y la agricultura, intrínsecas al medio rural, al modelo de poblamiento y al propio ser de Asturias. Con la verdad por delante, la rentabilidad e incluso la supervivencia de la ganadería dependen en buena medida de la Política Agraria Común. Con los últimos datos, el Ejecutivo del Principado destinará este año una media de 11.000 euros por explotación. Es incongruente que fuerzas antieuropeístas ganen predicamento en las zonas rurales por la simple y poderosa razón de que sus propuestas conllevarían el cierre irreversible, la cancelación del campo.
Para Asturias, al contrario, es muy buena noticia que las ayudas de la PAC se eleven a 600 millones hasta 2027. Ese es el mejor aval para la continuidad. Para asegurar esa permanencia, mi gobierno incrementará hasta 100.000 euros las ayudas para la incorporación de jóvenes agricultores y ganaderos.
Lo subrayé a propósito del turismo: Asturias es el nombre de la calidad natural. Esa es una etiqueta de lujo para Alimentos del Paraíso, que reforzaremos con más presupuesto, más promoción y más productos, incluidos –una novedad apreciable- los recursos pesqueros de nuestra flota artesanal. La declaración de la cultura de la sidra como patrimonio de la humanidad, otra de las metas para este mandato, multiplicará el valor de la marca Asturias.
Son medidas que, como las ayudas a la modernización de explotaciones o la exigencia de aplicación de la Ley de Cadena Alimentaria, acreditan certeza y confianza, contrarias a la incertidumbre y el miedo. Para galvanizar esa confianza también es necesario recuperar la aplicación del plan de gestión del lobo: la protección excesiva de esa especie, rechazada desde el primer momento por el Principado, es un error que sólo da bazas a quienes utilizan el campo como espacio de ensayo político. Mi Ejecutivo solicitará de nuevo al Gobierno de España que revierta esta decisión.
La diversificación
Empiezo el segundo. El porvenir del medio rural no pasa en exclusiva por la ganadería y la agricultura. Por citar el caso más notorio, hace décadas que el turismo es una relevante fuente de rentas, y sus expectativas de crecimiento son muy optimistas. En mis visitas he tenido la oportunidad de conocer a muchas personas que han hecho realidad su vocación empresarial en el medio rural. De la pastelería a laboratorios de innovación, la pujanza de eso que hemos venido a llamar la Asturias que funciona es fortísimo. Vamos a estimular esa necesaria diversificación con el aumento de la cuantía del tique rural hasta 50.000 euros.
Asturias sobresale por su apoyo al emprendimiento en el campo. El mismo tique que acabo de citar ha sido emulado por otras comunidades. Para este fin, dedicaremos el 25% de los fondos europeos para el desarrollo rural al programa Leader, el porcentaje más elevado de toda España. En ese objetivo, las mujeres tendrán un papel muy destacado, en consonancia con su protagonismo histórico. La aprobación del Estatuto de la Mujer Rural conjugará el fomento de la igualdad con el apoyo al talento emprendedor.
La mejora de la cobertura digital será otro catalizador de la actividad en las alas. Si la red ya es imprescindible para los alojamientos turísticos y cualquier otra actividad empresarial, es la condición sine qua non para la atracción de nómadas digitales, otro de los empeños de mi Ejecutivo. Internet es la red de oportunidades para el medio rural.
Un lugar para trabajar, un lugar para vivir
El tercer apartado tiene que ver con las condiciones de vida. El Gobierno de Asturias mantiene escuelas rurales con cuatro o incluso tres alumnos. Es una muestra de su compromiso real con la Asturias real.
El nuevo mandato no va a ser una excepción. Aunque muchas de las medidas las desarrollaré al referirme al reto demográfico, adelanto algunas. Las escuelas y los consultorios seguirán con las puertas abiertas. Habrá mejoras e importantes reformas en los hospitales de Jarrio, Cangas del Narcea y Arriondas y dispondremos mayores recursos para afrontar la soledad no deseada a través de las políticas sociales y sanitarias.
Mi gobierno garantizará la calidad de los servicios públicos y avanzará en la mejora de las comunicaciones, como ya señalé. También hará algo más: aligerar el enramado normativo y burocrático que entorpece la actividad en los pueblos. Si esto es necesario en toda Asturias, en el medio rural resulta imprescindible.
La cohesión territorial precisa además de un modelo normativo. La Ley de Ordenación Integral del Territorio de Asturias (LOITA) ofrecerá esa visión integradora, no enfrentada, de las fortalezas del medio rural y urbano. Con ella, la Agenda Urbana y Rural (AURA) impulsará un modelo de gobernanza comarcal en el que el área metropolitana servirá de motor para toda Asturias. Recalco, para todo el territorio, no sólo para la zona central.
La vocación municipalista, con tanta raigambre en el Partido Socialista, se traducirá en la colaboración permanente con los ayuntamientos, con mayor atención a los más pequeños. Así, el Fondo de Cooperación Municipal ya contará en 2024 con 10 millones de euros. Al tiempo, el gobierno estudiará nuevas líneas de apoyo, como la financiación plurianual de proyectos comarcales o la prestación de asesoramiento y asistencia jurídica a las entidades locales que lo necesiten. Soy muy consciente de que Asturias no puede afrontar la década del cambio sin la implicación de sus ayuntamientos. En consecuencia, tal como el anterior mandato, mi gobierno estará dispuesto desde el primer minuto a dialogar y cooperar con todos los consistorios, sin distinciones. El respaldo al Museo de los Premios Princesa en La Vega, en Oviedo, es un ejemplo.
Una riqueza común
El cuarto apartado me retrotrae a marzo, cuando una oleada de incendios intencionados calcinó miles de hectáreas. En aquellos días aciagos decidí paralizar la tramitación del plan forestal y me comprometí a presentar una modificación de la Ley de Montes y Prevención de Incendios Forestales al principio de la legislatura. Me reafirmo en ese anuncio, al igual que en la renovación del plan forestal, la ampliación del fondo municipal para la prevención de incendios o el aumento en 123 efectivos de Bomberos de Asturias en los dos próximos años.
Lo apremiante no concede plazo, y para la protección nuestros montes no existe prórroga. Hay que afanarse en ello, al igual que en mejorar su aprovechamiento mediante un programa de movilización de recursos forestales. Ambas políticas han de ir de la mano, haz y envés del mismo fin: el bosque rentable será también el bosque mejor protegido.
Asturias, y regreso por tercera vez a este argumento, es emblema de calidad natural, con sus siete reservas de la biosfera. Nos lo hemos ganado a pulso. Hace años supimos anticiparnos, actuar con rapidez para salvar especies en peligro y conservar tesoros medioambientales para las siguientes generaciones.
Este mandato también nos hemos adelantado a los acontecimientos. En este momento no me ciño sólo al medio rural. Hoy, Asturias ya se publicita como un refugio climático, uno de esos destinos a salvo –digamos que parcialmente a salvo- de los rigores del calentamiento global. Como, por el contrario, la reacción blasona de su negacionismo, resalto las diferencias. El futuro a medio y largo plazo del medio rural, de la pesca e, incluso, del crecimiento turístico depende de que ahora sepamos actuar para prevenir el cambio climático. Dicho con humildad, consciente de la mínima capacidad de una comunidad autónoma para encarar esta amenaza global, el desarrollo de la Estrategia de Acción por el Clima aprobada esta primavera nos ayudará a reducir emisiones, del mismo modo que la ejecución del Plan de Abastecimiento garantizará el suministro de agua incluso en sequías prolongadas. Esas decisiones –al igual que la Estrategia de Economía Circular- son pasos hacia el porvenir.
La calidad natural de Asturias es innegociable. Mi gobierno aplicará esa premisa a todas sus políticas, ya sea en la lucha contra los incendios forestales o en la puesta de límites a actividades que pongan en peligro esa riqueza. Para ser más preciso, aludo a la instalación de parques eólicos y, en particular, a los marinos: cualquier proyecto que se autorice será, por fuerza, compatible con la pesca.
Me queda un último apunte. A buen seguro, habrán echado de menos alguna referencia al potencial de la industria agroalimentaria, una de nuestras fortalezas. No es un descuido: la transición ecológica también atañe al campo. Lo estamos comprobando con la expansión de las energías renovables, la utilización de bosques como sumideros de CO2 o en la aplicación de los fondos Next Generation. Contra la plaga de calamidades que auguran los profetas de la involución, el medio rural saldrá ganando con la economía verde. Darle la espalda es pan para hoy y hambre para mañana.
- La renovación del Estado de bienestar
Hace unas semanas, un dirigente empresarial propuso reducir las partidas de educación y sanidad para invertir más en obra pública. Personalmente, no conozco a un solo gobernante que no aspire a elevar la inversión. Ni a uno, sin diferencia de siglas. Todos ejercen el cargo con la mochila repleta de ganas e iniciativas, todos entienden que el desembolso dinamiza la economía y todos saben, además, que la obra pública destella en las campañas electorales.
El matiz ideológico se advierte en el orden de prioridades. Como los recursos presupuestarios son limitados, hay que elegir. Para que no quepan dudas, en mi gobierno la preservación y mejora del estado de bienestar siempre se impondrá. Para mí no un desdoro, sino un orgullo, que Asturias esté a la cabeza de las comunidades con más inversión sanitaria por habitante. Los sistemas públicos de sanidad, servicios sociales y educación son el patrimonio más preciado de nuestra sociedad. No son gasto corriente, son inversión en futuro e igualdad. Al que piense lo contrario le aconsejo que vuelva la vista a la pandemia, para que compruebe hasta qué punto es importante un buen sistema sanitario.
Sigo hablando con las cartas boca arriba. Para quienes compartimos un firme planteamiento de izquierda, el problema no es optar, que lo tenemos claro, sino contar con los fondos suficientes. El enésimo aplazamiento -ya he perdido la cuenta- de la reforma de la financiación autonómica empeoraría la situación. Como la legislatura pasada, mi gobierno trabará alianzas con las comunidades autónomas que compartan nuestros planteamientos para urgir esa revisión y asegurar la equidad en la prestación de servicios públicos. Con total franqueza, Asturias necesita más recursos. Esa es otra meta de esta legislatura.
Sanidad
Más recursos porque nuestros planes son muy ambiciosos. Sintetizo en primer lugar los referidos a la sanidad.
Los años de pandemia siguen pasándonos factura. Ese borrado de la historia que pretenden algunos grupos políticos es un ejercicio de cinismo: no se pueden pedir cuentas al sistema de salud como si no hubiera entregado sus fuerzas hasta la extenuación para afrontar el coronavirus (y, para evitar otro olvido interesado, sin recordar las dañinas secuelas del tope impuesto por el gobierno de Rajoy a la formación de médicos, una de las causas de la falta de profesionales en España entera; fue una ministra socialista asturiana, María Luisa Carcedo, quien revirtió esa decisión).
Con ese punto de partida, estamos obligados a pechar con serios problemas. Es difícil jerarquizarlos. Sin recurrir al dramatismo, vienen tiempos decisivos para la sanidad pública en toda España. Será necesario echar el resto, arriesgar hasta el límite e innovar de continuo, pero en Asturias vamos a lograrlo con medidas como las siguientes:
Esta será la legislatura de la nueva atención primaria. Nueva por reforzada y nueva por su enfoque. El despliegue del Plan de Acción de Atención Primaria fructificará en mejores condiciones para los profesionales y más calidad en la atención al paciente. El refuerzo del papel de la enfermería y el aumento de la capacidad diagnóstica serán bazas importantes en esa renovación. También recurriremos a todos los canales técnicos posibles para facilitar las citas médicas y garantizar la asistencia sanitaria.
La reducción de las listas de espera tampoco admite tregua. El plan de choque puesto en marcha está dando resultado. Recuerdo que en mayo se registró el mayor nivel de actividad para ese mes de los últimos seis años y volvieron a reducirse los tiempos para consultas, pruebas y operaciones. Asturias es, además, la segunda comunidad, sólo superada por Navarra, donde más porcentaje de pacientes obtienen cita con su médico el día que la piden o al siguiente. Como no es suficiente, mi gobierno continuará aplicando planes especiales para acortar los tiempos. Nos empeñaremos en ello porque pocas situaciones hay más angustiosas que estar aguardando un diagnóstico o una intervención.
La atención a la salud mental es otra urgencia. Desde este instante les invito a negociar y acordar cuanto antes un pacto para afrontar este problema, que está adquiriendo dimensiones impensables. Ese consenso aseguraría la atención prioritaria a la salud mental con recursos y políticas estables, con independencia de quien gobierne y contribuiría a darle la relevancia social necesaria. Conste que la iniciativa no es propia. Fue una propuesta del entonces candidato de Ciudadanos, Manuel Iñarra, que hice mía en cuanto la escuché.
Entre tanto, hay que tomar decisiones. El Plan de Salud Mental aprobado en marzo prevé la contratación de 38 psicólogos y 27 psiquiatras más. Este mismo año ha arrancado en Asturias la especialidad de psiquiatría infantil y de la adolescencia. En colaboración con Educación, trabajaremos para promover el bienestar emocional y prevenir el suicidio de niños y jóvenes, ese suceso desolador que sólo nos espanta cuando salta a los medios de comunicación. En el mismo ámbito, Educación dedicará una atención preferente a la erradicación del acoso escolar, sea físico o telemático o de cualquier otro tipo: frente al acoso, tolerancia cero.
Anotaba antes que no conozco un solo gobernante reacio a la inversión. Ahora, cuando toca invertir también debe haber una escala de prioridades. Si obtengo el respaldo de esta Cámara, las sanitarias, educativas y sociales tendrán preferencia. En el caso de la salud me refiero a la culminación de la ampliación de Cabueñes y los planes para modernizar los hospitales comarcales, centros de salud y consultorios.
Asturias cuenta con una red envidiable de equipamientos y, aunque se destaque poco, con una altísima calidad asistencial, de primera línea. La renovación tecnológica, el uso de la cirugía robótica o la autorización de la terapia génica CAR-T –todos logros del pasado mandato- se reforzarán con la ampliación de los cribados de cáncer de mama, colon y cuello de útero o la aplicación de las vacunas del meningococo tetravalente y el rotavirus en los bebés. Destaco otro compromiso por su valor humanitario: una ayuda anual de 15.000 euros para las personas con ELA para que puedan afrontar los gastos derivados de su enfermedad en tanto no se aprueba la legislación nacional.
Política social
Enlazo el sistema de salud con la política social para hacer manifiesto que no forman compartimentos estancos. Sería absurdo que en una comunidad envejecida no concediésemos mayor atención a la coordinación sociosanitaria. Otro desafío de envergadura que asume mi gobierno. Ya son estructuras permeables, pero deben serlo mucho más, actuar interconectadas como un todo integral.
El abordaje de este reto –sin magnificarlo, de los que justifican una legislatura- irá ligado a la lucha contra la soledad no deseada y la promoción de un nuevo modelo de atención residencial más humanizado. Este mismo mes se ha puesto en marcha en Arriondas la primera unidad de convivencia de Asturias y el Consejo de Gobierno ha acordado destinar 8.5 millones, con cargo a los fondos Next Generation, para la transformación de residencias y centros de días privados. Este proceso consumirá varios años, pero es imprescindible. Entre otras decisiones alineadas con este objetivo, aumentaremos el presupuesto para actividades y programas dirigidos a personas mayores, que pasarán de 4 a 16 millones anuales.
La guerra a la burocracia, el estandarte que izamos el pasado mandato, también beneficiará al ámbito social. Si fuimos capaces de acabar con las listas de espera para el salario social o la dependencia, ahora nos empeñaremos con la valoración de la discapacidad. La situación actual es inasumible para cualquier gobierno con sensibilidad. Agilizar las prestaciones será, precisamente, uno de los objetivos de la Ley de Servicios Sociales.
La misma sensibilidad que demostraremos con las personas más vulnerables o en riesgo de exclusión. Cuando sellamos acuerdos de colaboración público-privada para favorecer su acceso o, en la mayoría de los casos, su retorno al mundo laboral. Lo hacemos porque sabemos que es la mejor fórmula para salir de la exclusión.
La prevención de la pobreza y la protección de la infancia y la adolescencia forman parte de la misma sensibilidad. La elaboración y aprobación, siempre en consenso con el tercer sector, de la Ley de Infancia y Adolescencia persigue el mismo propósito.
Educación y Universidad
La infancia y la adolescencia me llevan ahora a la educación. En lo que llevo de intervención ya he citado varios compromisos, como el mantenimiento de las escuelas rurales, la lucha contra el acoso y el impulso decisivo a la FP. Los reitero y me detengo en la expansión de la red de 0 a 3 años. Esta legislatura se integrará en el sistema público y a partir de septiembre de 2024 será gratuita para todas las familias. Hoy estoy en condiciones de solemnizar este anuncio, tan relevante para mejorar la educación, facilitar la conciliación y fijar población.
En el resumen de propuestas para la sanidad y los servicios sociales hice un subrayado sobre su calidad. También es de justicia con la educación: ahí están los datos comparativos sobre abandono escolar, titulación o, recientes, comprensión lectora y detección del alumnado con altas capacidades. Es un ejercicio bastante recomendable: cuando se pongan en solfa la calidad de la sanidad, los servicios sociales o la educación, dediquemos unos minutos a fijarnos en las demás comunidades o, ya puestos, otros países.
Tenemos un buen sistema educativo público que reforzaremos con más atención al aprendizaje de idiomas con el programa HABLE. Cualquier alumno sabe valorar lo que significará finalizar la ESO con una certificación B1 y terminar bachillerato con B2. Son acreditaciones que mejoran el currículo y facilitarán la incorporación laboral. La Ley de Educación del Principado también nos permitirá actualizar la normativa de funcionamiento de los centros, una necesidad pendiente.
Al igual que aludí a los equipamientos sanitarios, hago lo propio con los educativos. La lista incluye los institutos de La Corredoria y La Florida, ambos en Oviedo; el Rey Pelayo, en Cangas de Onís; el colegio Nuevo Roces, de Gijón; la escuela rural de Villoria, en Laviana; el centro de FP de La Grandiella, en Avilés; la segunda fase de la Escuela de Arte, en Avilés, o el centro de educación especial de Montecerrao-Latores, en Oviedo.
El desembolso que suman esas infraestructuras, que también cuentan a efectos de inversiones, es muy elevado. Ocurre como con la sanidad y los servicios sociales: mejorar la calidad educativa no admite el regateo. Es, en el fondo, el mismo planteamiento que sustenta el contrato programa con la Universidad, y que asegura su suficiencia económica hasta 2028. Hace un mes, el Consejo de Gobierno acordó congelar las tasas universitarias por cuarto año consecutivo. Asturias es una de las comunidades donde es más barato cursar estudios superiores. En los próximos cuatro años mantendremos esa doble línea de actuación: certeza presupuestaria para la Universidad y, al tiempo, facilidades para el acceso, de modo que el nivel de renta jamás se convierta en un listón infranqueable. Con ese criterio crearemos una beca-salario para jóvenes con buen desempeño académico y familias con pocos recursos.
El apoyo sin ambages a la Universidad engrana con la apuesta por la ciencia y la investigación, es parte del proyecto de Asturias que presento ante ustedes. Ese respaldo incluye el desarrollo de los diversos campus, como el de Mieres, llamado a acoger más titulaciones y merecedor de tanto respeto como cualquier otro ámbito universitario. En el caso de El Cristo, el derribo de edificios del viejo complejo hospitalario de Oviedo permitirá la expansión universitaria y la agrupación de sedes judiciales en la capital del Principado, otro firme compromiso que ya había adelantado en esta misma Cámara.
La digitalización y la mejora de las sedes judiciales –por ejemplo, con la habilitación de más salas Gesell o la creación de un juzgado de violencia contra la infancia y la adolescencia- seguirán siendo, por demás, líneas prioritarias para el Ejecutivo. Hasta donde llegan las competencias del Gobierno de Asturias, aprovecho esta alusión para desear la pronta solución de las demandas de los funcionarios de justicia.
Vivienda y juventud
La vivienda es otro pilar de las políticas sociales. El derecho a una vivienda es consustancial a la dignidad humana. No hay que tener recato a pronunciar estas palabras ni a reconocer que quedan muchas etapas en el cumplimiento efectivo del artículo 47 de la Constitución. Aquí mismo, en Asturias, el abono de las ayudas al alquiler fue un ejemplo de esa demora social de la que antes hablaba y que hemos de combatir por todos los medios. Por cierto, las ayudas para la nueva convocatoria, más sencilla y ampliada hasta 16,1 millones, pueden solicitarse hasta fin de año.
Contar con el segundo parque de vivienda pública por habitante del país es un buen dato, pero vamos a ir a más. En primer lugar hay que atender a quienes carecen de techo. En colaboración con los ayuntamientos, trazaremos una hoja de ruta para acabar con esta situación, que avergüenza a cualquier sociedad. A la par, aumentaremos el número de pisos de alquiler para familias de clases medias y trabajadoras y aprovecharemos tanto inmuebles públicos sin uso como suelos dotacionales para construir viviendas de promoción. De igual manera, colaboraremos con la iniciativa privada para colocar en el mercado vivienda protegida en alquiler a precio tasado. Como ven, se trata de exprimir todas las posibilidades.
Esta legislatura tiene que ser audaz, repito. Sin adoptar soluciones disruptivas habrá problemas que se enquisten, que queden embalsados. Pienso ahora en la juventud. La precariedad laboral y los precios del mercado componen una tenaza que les hace casi imposible acceder a una vivienda, sea propia o en alquiler. La emancipación se posterga, igual que el desarrollo de una vida autónoma.
Para paliar este problema, al menos el 30% de las viviendas de nuevas promociones se destinarán a jóvenes. En los terrenos de La Vega, en Oviedo, defendemos que se edifique un millar de viviendas de promoción pública, con prioridad para la destinada a la juventud. Ese es el compromiso asumido por el gobierno estatal.
También dispondremos un sistema de avales para menores de 35 años que compren pisos protegidos (o no protegidos en zonas donde no exista esta oferta). Con la deducción tributaria aplicada este año en el IRPF, 1.000 euros para jóvenes emancipados, iniciamos una senda que ensancharemos todo el cuatrienio.
- La igualdad, blindaje contra la involución
Habrán notado que esta intervención está atravesada por varias constantes. Una es la referencia al proyecto de Asturias. Es un discurso que responde a una visión global de nuestra tierra a medio y largo plazo, más allá del límite estricto de un cuatrienio. La otra es una especie