José Sandoval.- Con ‘La banda del bótox’, el nuevo y complicado caso de la inspectora Sara Ocaña que inquieta a la opinión pública y publicada gijonesa,  la escritora coterránea Pilar Sánchez Vicente nos ofrece una novela ciertamente paradójica. Y ello, porque si bien se trata de una compleja trama con todos los aderezos de la mejor novela negra, o novela policíaca, su lectura resultará al lector agobiado por los calores veraniegos ciertamente refrescante.

En esta novela, cuya protagonista se revela desde el inicio como un personaje evolucionado, maduro, psicológicamente bien definido y, en definitiva, verosímil, los lectores disfrutarán de buenas dosis de intriga, crímenes de enjundia, trama bien urdida y entretejida y final sorprendente, conforma a los más afamados cánones de la novela negra.

La lectura se ve facilitada por el evidente oficio de Pilar en eso de la arquitectura literaria, oficio que se consigue precisamente escribiendo y que permite la agilidad, el estilo directo y el predominio del ‘grano’ sobre la ‘paja’ que tanto facilitan la navegación por el texto novelesco.

Es evidente que la escritora ha leído mucho, pero que mucho-mucho, y que de esas lecturas a lo largo de su vida ha sabido destilar todos los trucos del oficio para ofrecer a lectores y lectoras un producto digno de ascender directamente al olimpo de la novela ‘criminal’.

Sinopsis

Todavía convaleciente de las heridas recibidas en la Cuenca, Sara Ocaña se enfrenta a uno de los casos más sorprendentes de su carrera. Lola, la bibliotecaria del Natahoyo, denuncia la desaparición de su marido. A partir de ese momento, una oleada de crímenes se sucede en la ciudad de Gijón, sembrando el desconcierto. ¿Tienen relación con el pasado de la inspectora? Alguien está muy interesado en que así parezca…

Publicado por Orpheus Ediciones Clandestinas. A la venta en librerías y Amazon.