PRINCIPALES CONCLUSIONES
[Resultados europeos en negro / Resultados de España en azul y cursiva]
Las conversaciones telefónicas y la utilización del smartphone al volante, generalizadas El 76 % de los conductores europeos utiliza el smartphone o programa el GPS mientras conduce (66 % de los españoles) El 66 % hace llamadas telefónicas mientras conduce (60 %), 42 % de forma habitual (34 %), lo que supone 5 puntos más que en 2018 Esto afecta a todas las franjas de edad: el 77 % de los menores de 35 años (8 %) y el 55 % de los mayores de 55 años (46 %) utiliza el teléfono mientras conduce. El uso del smartphone en el coche es mayoritariamente de carácter privado: es así para el 82 % de los conductores en general (82 %) y para el 69 % de los directivos (79 %). El uso del Bluetooth es habitual y se subestima su peligrosidad: el 56 % (53 %) de los conductores hace llamadas telefónicas mediante un sistema Bluetooth. De ellos, el 71 % (61 %) no lo considera peligroso, aunque el 18 % (21 %) ha tenido o ha estado a punto de tener un accidente por utilizar el teléfono. El 22 % de los conductores en activo participa en reuniones telefónicas de trabajo (25 %) mientras conduce. De ellos, el 40 % no lo considera peligroso (46 %), mientras que el 44 % (50 %) ha tenido o ha estado a punto de tener un accidente por utilizar el teléfono al volante. Alcohol, drogas, medicamentos: conductas menos infrecuentes de lo que parece y que afectan sobre todo a los hombres jóvenes El 7 % de los conductores europeos (6 %) –e incluso el 17 % de los hombres menores de 35 años (17 %)– admiten que conducen en estado de embriaguez. El 11 % de los conductores declara haber tenido o haber estado a punto de tener un accidente a causa de un consumo excesivo de alcohol (13 %). Esta cifra se eleva al 25 % de los hombres menores de 35 años (37 %). El 10 % (10 %) –y el 20 % (22 %) de los hombres menores de 35 años– conduce habiendo consumido medicamentos que pueden alterar su estado de alerta. El 5 % (5 %) –y el 17 % (21 %) de los hombres menores de 35 años– conduce habiendo fumado cannabis o consumido drogas. Somnolencia: conciencia del riesgo detectada principalmente en autopista y medidas de prevención aún insuficientemente adoptadas El 7 % (5 %) de los conductores europeos identifica la somnolencia como una de las principales causas de los accidentes mortales en carretera en general y el 20 % (15 %) en autopista. El 26 % (22 %) ha tenido alguna vez la impresión de haberse dormido durante unos segundos al volante. Más de uno de cada seis conductores (15 %, 17 %) ha tenido o ha estado a punto de tener un accidente por somnolencia. 3 h 12 min. (2 h 40 min.) es el tiempo medio antes de pararse en un viaje largo, muy por encima de las 2 horas recomendadas. Conductas incívicas al volante: los propios conductores, víctimas de su desinhibición El 52 % admite que a veces insulta a otros conductores (51 %). El 50 % toca el claxon de forma intempestiva a los conductores que le irritan (62 %). El 22 % se baja del vehículo para discutir con otros conductores (26 %). El 84 % de los conductores europeos ha tenido miedo alguna vez del comportamiento agresivo de otros conductores (88 %). Un nivel muy alto que no baja desde 2019. Incumplimiento de las normas de tráfico: amparándose en los despistes, infracciones tipificadas El 22 % de los conductores europeos declaran que a veces no llevan puesto el cinturón de seguridad (16 %). 30 % de los menores de 35 años (30 %) y hasta un 32 % de los jóvenes de 16 a 24 años (38 %). Más de 8 de cada 10 conductores (84 %) supera en unos kilómetros/hora los límites de velocidad (76 %) y el 18 % ya ha sufrido o ha estado a punto de sufrir un accidente por conducir a velocidad excesiva o inadecuada (18 %). Seguridad de los trabajadores en las autopistas: la negligencia de los conductores puede ser fatal para ellos El 51 % de los conductores se olvida de reducir la velocidad al acercarse a una zona de obras (52 %). El 57 % no respeta la distancia de seguridad (49 %). «Aunque los conductores sean conscientes de los peligros de utilizar un smartphone mientras conducen, de la falta de sueño o del consumo de alcohol y drogas, cada vez les resulta más difícil aceptar los condicionantes obligatorios para conducir un vehículo. Los jóvenes en especial intentan compaginar las demandas de la vida social con la conducción segura, aunque ello implique correr riesgos» .
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