Hoy hemos conocido la historia de una familia en China que adoptó un "perro gigante" que resultó ser un oso negro asiático en peligro de extinción. La persona que lo adoptó, Su Yun, lo adquirió durante unas vacaciones y pensó que estaba recibiendo un cachorro de mastín tibetano. La familia se dio cuenta de que algo estaba mal cuando el animal comenzó a tener un voraz apetito y a caminar sobre dos patas. Finalmente, descubrieron que era un oso negro asiático y lo llevaron al Centro de Rescate de Vida Silvestre de Yunnan. A pesar de que el oso ya estaba actuando como una criatura salvaje, la familia le había cogido cariño y todavía lo visita en su nuevo hogar. Esta historia es similar a otra ocurrida en Perú, donde una familia compró un "cachorro" que resultó ser un zorro y también les causó problemas debido a su instinto animal.