La Universidad de Oviedo participa en una investigación internacional sobre enfermedades reumáticas e inflamatorias

La Universidad de Oviedo participa en una investigación internacional sobre enfermedades reumáticas e inflamatorias

El estudio descubre posibles aplicaciones clínicas de los interferones, unas sustancias producidas por nuestro sistema inmunitario, en diversas patologías reumáticas e inflamatorias

 

El trabajo sentará las bases también para establecer unas pautas protocolizadas de seguimiento y control de los pacientes que sufren estas patologías crónicas

 

La investigación, en la que participa el área de Inmunología de la Universidad de Oviedo, ha sido publicada en ‘Annals of the Rheumatic Diseases’, la primera revista mundial en su categoría

 

 

Oviedo/Uviéu, 20 de marzo de 2023.–  Un proyecto de investigación internacional, en el que participa la Universidad de Oviedo, ha permitido identificar posibles aplicaciones clínicas de los interferones en diversas patologías reumáticas e inflamatorias, así como sentar las bases para el desarrollo de unos ensayos más comparables y una evidencia científica más robusta en este campo. El trabajo ha sido publicado en la revista Annals of the Rheumatic Diseases, de máximo impacto en su área del conocimiento.

 

Javier Rodríguez Carrio, profesor del área de Inmunología de la Universidad de Oviedo y primer firmante del artículo, explica que los interferones son moléculas producidas por nuestro sistema inmunitario en respuesta a infecciones frente a los virus. Rodríguez Carrio subraya que estas moléculas se pueden generar también en grandes cantidades de forma patológica en otras situaciones. Una de ellas son las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas, un grupo de patologías muy diversas que afectan a diferentes tejidos de nuestro organismo como huesos, músculos, piel, glándulas o sistema vascular.

 

Algunas de estas enfermedades como el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoide, la esclerosis sistémica o el síndrome de Sjögren son bien conocidas. Estas patologías, según el investigador de la Universidad de Oviedo, pueden desencadenar una afectación importante en la calidad de vida de los pacientes, así como elevados costes sanitarios. Por ello, el manejo adecuado con un diagnóstico temprano, seguimiento, valoración del riesgo, análisis del pronóstico, y predicción de la respuesta a fármacos reviste gran importancia.

 

El firmante del trabajo añade que, aunque había numerosos estudios que señalaban la implicación de los interferones en estas patologías, hasta la fecha no quedaba claro si podrían tener también alguna utilidad como marcador clínico. Para dar respuesta a este interrogante, un grupo internacional de investigadores desarrolló un proyecto al amparo de la Alianza Europea de Asociaciones de Reumatología (EULAR), organismo de referencia en reumatología a nivel europeo, y que ha sido coordinado desde la Universidad de Leeds (Reino Unido), el centro médico Erasmus (Países Bajos) y con participación de la Universidad de Oviedo. Este proyecto se desarrolló en dos fases: inicialmente se realizó una revisión sistemática de toda la literatura científica al respecto y, a continuación, el grupo de investigadores desarrolló un trabajo de consenso y elaboración de recomendaciones siguiendo una metodología definida.

 

Revisión de 10000 trabajos científicos

En la primera fase, se identificaron más de 10000 posibles trabajos científicos, que abarcaban diferentes posibles aplicaciones en 11 enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas diferentes, aunque únicamente algo más de 400 cumplieron los criterios de calidad necesarios. “El primer resultado que nos sorprendió fue la enorme cantidad de ensayos propuestos para analizar los interferones. Esto es debido en parte a que estos mediadores pueden no solo ser analizados por sus niveles, es decir, la cantidad de moléculas, sino también por sus efectos a nivel molecular y celular, o lo que es lo mismo por el tipo de respuesta que inducen sobre diversos sistemas biológicos. Este hecho limita enormemente la comparación entre diferentes tipos de ensayos y dificulta su estandarización” apunta Javier Rodríguez-Carrio. Esta fase permitió además señalar los posibles usos clínicos para los que existe un mayor respaldo científico, así como apuntar aquellas aplicaciones para las que se requiere más investigación. “Uno de los objetivos de este trabajo era señalar específicamente qué huecos encontrábamos en la literatura científica y qué necesidades clínicas no cubiertas requerían más investigación y para qué patologías en concreto” señala el investigador. En esta fase, los investigadores concluyeron que los ensayos para medir interferones pueden tener un uso válido sobre todo en pacientes de lupus eritematoso sistémico para ciertas decisiones clínicas, así como en pacientes con miositis para algunos usos más concretos. La evidencia en otras patologías, como la artritis reumatoide, era menor pero enormemente prometedora.

 

En la segunda fase, el grupo de trabajo elaboró una lista de recomendaciones que permiten guiar desde el uso y elección racional de estos ensayos, hasta la publicación y análisis de los resultados, pasando por la recomendación de qué aplicaciones pueden ser aconsejables y cuáles no están avaladas por la literatura científica. Estas conclusiones han sido recientemente publicadas en Annals of the Rheumatic Diseases, la primera revista de su categoría a nivel mundial. Asimismo, los investigadores propusieron una nomenclatura de consenso para este campo. “Más allá de establecer una serie de normas para elegir e interpretar estos ensayos como marcadores clínicos, consideramos que este proyecto debería sentar las bases para homogeneizar las prácticas, tanto de laboratorio como clínicas, en este campo. Esto facilitará la investigación futura y, sobre todo, permite el establecimiento de colaboraciones internacionales, lo que ayudará a resolver preguntas más complejas y redundará en una mejor calidad de vida de nuestros pacientes” afirma el investigador.

 

“El resultado de estas publicaciones es muy ilusionante en dos sentidos. Por un lado, apoyan el papel emergente de los interferones como posibles marcadores clínicos de aplicación en un conjunto amplio de patologías, lo cual facilita la logística. Además, permite abordar necesidades que no están cubiertas en la actualidad con las guías de práctica clínica existentes, en cierto modo por lo complejo de estas patologías”, subraya. Por otro lado, la implementación de estos ensayos supone “un hito en el campo de las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas, donde apenas se han propuesto nuevos marcadores en los últimos 15-20 años y, sobre todo, han sido aplicados al diagnóstico, y no tanto al seguimiento de la enfermedad. Este hecho es especialmente notable si tenemos en cuenta que estas patologías son crónicas, por lo que su seguimiento y control es prioritario y abarca una ventana temporal muy amplia, que afecta a muchas fases de la vida de los pacientes”, justifica Javier Rodríguez Carrio.

 

Es importante destacar que una parte de este proyecto se ha nutrido de la literatura científica previa. En este aspecto, el grupo de investigación INVEIN de la Universidad de Oviedo ha desarrollado en los últimos años ciertas contribuciones que han sido tenidas en cuenta para la elaboración de estas publicaciones. “Nuestra investigación actual se centra en el papel de los interferones en la fase más temprana de la artritis reumatoide, que llevamos a cabo en colaboración con el servicio de reumatología del Hospital Universitario Central de Asturias, liderado por Mercedes Alperi-López, y que cuenta con altos estándares de calidad en asistencia e investigación”, concluye.

Dejar un comentario

captcha