La principal diferencia entre un simple bromista y una mala persona es su intención y su impacto en los demás. Te vamos a poner un ejemplo práctico que hemos encontrado en las redes y tú decides si es mala persona o un simple bromista. Es un tipo que cambia los botes de tinte en el lineal de un supermercado, de tal manera que igual hay una chica que quiere ponerse morena y termina siendo totalmente rubia platino. Le puede dar un ataque de risa o un ictus... ¿Bromista o mala persona?
Un bromista es alguien que busca hacer reír a los demás, a menudo mediante la realización de travesuras o bromas. Su objetivo es hacer que los demás se diviertan y se rían. Aunque sus bromas pueden ser molestas o incómodas, en general, no tienen la intención de dañar a los demás. Además, los bromistas suelen reconocer los límites y dejar de hacer bromas cuando se les pide que lo hagan.
Por otro lado, una mala persona es alguien que tiene la intención de causar daño a los demás. Pueden ser crueles, egoístas, manipuladores o abusivos. A diferencia de los bromistas, las acciones de una mala persona tienen un impacto negativo en los demás y pueden causar daño emocional, psicológico o incluso físico.