La relación entre la UE y los países de África, el Caribe y el Pacífico, los llamados ACP, adquirió una nueva dimensión en el año 2000 con la firma de los acuerdos de Cotonou. Desde entonces, eurodiputados y parlamentarios ACP se reúnen dos veces al año en una asamblea paritaria en la que el desarrollo es siempre uno de los temas en la agenda, como ocurre esta semana en Togo. Con el copresidente Assarid Ag Imbarcaouane, de Mali, también hablamos sobre temas como la crisis o la Primavera Árabe.

Señor Assari, ¿cuáles son actualmente los principales retos para el desarrollo de los países ACP?

Los mismos que para la UE: gestionar bien los recursos, que los parlamentos voten los presupuestos adecuados, garantizar una gestión transparente de las finanzas públicas y gestionar muy bien la ayuda al desarrollo que recibimos de nuestros socios.

Podría tomar como ejemplo a Mali. No tenemos recursos naturales, ni petróleo, ni gas, pero logramos pagar a todos nuestros funcionarios y realizar numerosas obras: carreteras, puentes... es buena gestión, tratamos de gestionar bien las finanzas públicas de nuestros países.

Si gestionamos mal los recursos que nos concede la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo (FED), es seguro que jamás desarrollaremos nuestros países.

¿Puede afectar la crisis a la relación ACP-UE? ¿Teme una reducción de la ayuda al desarrollo europea?

No lo creo. La crisis es pasajera. Tengo la convicción profunda de que iremos hacia un undécimo FED. El comisario Piebalgs y los miembros de la Comisión nos han dicho que los recursos destinados a los países ACP van a aumentar un treinta por ciento, a pesar de todo lo que pasa en Europa.

Las riquezas de Europa no han desaparecido, siguen estando ahí. Europa no va a acabar por los suelos porque los bancos hayan especulado con las finanzas públicas. Estoy convencido de que la crisis no tendrá ninguna incidencia sobre la cooperación entre la UE y los países ACP.

Los acontecimientos en Libia han hecho surgir el temor de la desestabilización en la región subsahariana. ¿Cómo valora la Primavera Árabe?

No es la Primavera Árabe, no es lo que pasa en Túnez y en Egipto lo que plantea problemas, sino lo que ocurre en Libia con la intervención de la OTAN.

En Mali, tenemos muchos ciudadanos con la doble nacionalidad libio-malí. Como consecuencia de la guerra, y porque se les ha tratado como "mercenarios" por los responsables del Consejo de transición libio, han vuelto a las regiones del norte de Mali con armas y maletas. Tienen muchos vehículos y armas, y estamos negociando con ellos para ver cómo reinsertarlos en la sociedad.

Hay cierta inquietud, porque son jóvenes que no conocen otra cosa que las armas. Debemos prever soluciones que vayan hacia la integración. Pensamos que, llegado el momento, Europa nos ayudará a hacer frente a la situación.