Homenaje del ecologismo al voluntariado y las gentes del mar en el 20 aniversario de la tragedia del Prestige

Homenaje del ecologismo al voluntariado y las gentes del mar en el 20 aniversario de la tragedia del Prestige
 
  • Veinte años después de que el petrolero se partiese en dos frente a Galicia, el voluntariado de la organización ha vuelto a Muxía con un mensaje claro: “no olvidamos
  • Alrededor de 70.000 personas voluntarias pasaron por este pueblo marinero en los meses posteriores a la catástrofe, un ejemplo conmovedor del poder de la sociedad civil
  • Greenpeace recuerda que todavía hoy sigue existiendo riesgo de que se produzca otro Prestige, pues millones de toneladas de petróleo pasan frente a la Costa da Morte cada año

Muxía 19 de noviembre de 2022-. Hace hoy 20 años, el 19 de noviembre de 2002, y después de una trayectoria tan errática como incomprensible de seis días, el petrolero Prestige se partía en dos y se hundía a 130 millas del cabo Fisterra, frente a las islas Cíes. Se originó así una catástrofe ambiental de dimensiones continentales, que llegó a contaminar de petróleo casi 3.000 kilómetros de costa. Días antes, la marea negra ya había anegado la Costa da Morte y pueblos marineros como Muxía, que se consideró la zona cero del accidente. Por este motivo, más de una veintena de voluntarios y voluntarias de Greenpeace, han regresado hoy al lugar con la intención de homenajear a las decenas de miles de personas que, procedentes de muchos lugares del Estado español y del mundo, se desplazaron a Galicia aquellos meses para ayudar a mitigar el mayor desastre ambiental de nuestra historia.

En uno de los lugares más simbólicos de la costa gallega, junto al santuario de A Virxe da Barca, han desplegado grandes letras para componer la frase ‘no olvidamos’ (‘non esquecemos’ en gallego). Con este mensaje, el voluntariado de la ONG ecologista ha querido dar las gracias al voluntariado del Prestige y también llamar la atención sobre la importancia de conservar la memoria sobre lo ocurrido e implementar decisiones para que algo así no se vuelva a repetir. 

“La catástrofe del Prestige fue dramática, pero hubiese sido aún más devastadora sin la heroica reacción de la sociedad civil, que se puso al frente de la misma cuando las autoridades y el Estado fallaron estrepitosamente. Sin el voluntariado, sin las gentes del mar, sin Nunca Máis, no sabemos lo que habría pasado. Es justo que no lo olvidemos”, ha comentado Begoña Vila, voluntaria de Greenpeace.

Para  Greenpeace, entre lo más reseñable de aquel desastre originado por la enorme grieta en el buque el 13 de noviembre de 2002, estuvo la negligente actuación de las autoridades antes, durante y después del accidente. Antes, porque Galicia había sufrido hasta cuatro catástrofes similares en las tres décadas anteriores y, a pesar de ello, no existían ni medios ni un plan de contingencia mínimamente eficaz para abordar el naufragio. Durante, porque se tomaron infinidad de decisiones erróneas, como alejar el barco de la costa, no desplegar a tiempo las medidas anticontaminación y dar información escasa, insuficiente y, en ocasiones, falsa. Y después, porque ante la ausencia de previsiones y medios tuvo que ser la sociedad civil la que lideró la lucha contra el chapapote, incluso poniendo en riesgo su salud.

El voluntariado de la organización también ha querido recordar que las condiciones para que un Prestige se pueda repetir siguen presentes, pues frente a Muxía pasan cada año más de 36.000 barcos, el 35 % de ellos con mercancías peligrosas como petróleo y otros productos contaminantes. Además, los combustibles fósiles, desde su extracción, transporte y consumo, generan enormes emisiones de gases con efecto invernadero e irreparables daños ambientales, ponen en peligro nuestros ecosistemas y son los principales responsables de la crisis climática en la que estamos inmersos. Su papel en el sistema energético debe ser sustituído con urgencia por alternativas renovables, más limpias, más baratas y más justas. 

“La industria de los combustibles fósiles continúa pasando frente a nuestras costas y actuando con total impunidad y opacidad, creando redes de sociedades fantasmas para proteger sus peligrosos cargamentos y eludir responsabilidades en caso de accidente. Ese fue el caso del Prestige, en el que la batalla judicial continúa y no se ha cobrado ni un 4 % de los daños causados por el desastre. Como sociedad necesitamos desprendernos cuanto antes de nuestra adicción a los combustibles fósiles”, ha concluído Nerea Davila, voluntaria de Greenpeace. 

Con motivo del 20 aniversario de la catástrofe del Prestige Greenpeace ha publicado en su sección En Profundidad las claves del accidente, sus consecuencias y sus demandas para que no vuelva a repetirse, así como el documental Prestige: memoria de un desastre.

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