Con seis Juegos Olímpicos a su espalda, el avilesino asume la presidencia de un equipo en el que Ángela Pumariega y Jessica Alonso serán las vicepresidentas y se incluye a los medios de comunicación como integrantes de la Junta Directiva con Adrián Huber (Agencia EFE) y Borja Inza (RNE)

El organismo que busca ser la ‘casa’ de todos los olímpicos de Asturias ya es una realidad. Culminado el proceso electoral, la Familia Olímpica Asturiana cuenta con una nueva Junta Directiva. Jorge García toma el relevo de Joaquín Alonso con un equipo de deportistas, pero donde también se incorporan profesionales de los medios de comunicación. El nuevo presidente ha formado parte de cinco Juegos Olímpicos, aunque su andadura comenzó en Barcelona 92 como voluntario, un apartado que también busca potenciar. El director de competiciones de la Federación Española de Triatlón ha sido oficial en Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012, Río 2016 y delegado técnico en Tokyo 2020.

En el nuevo camino para potenciar el olimpismo le acompañarán como vicepresidentas dos mujeres: Ángela Pumariega y Jessica Alonso. La primera oro en vela en Londres 2012 y la segunda bronce en balonmano en la misma cita. Actualmente, la primera sigue compitiendo y lo compagina con su labor de concejala del Partido Popular en el ayuntamiento de Gijón mientras que la segunda trabaja como delegada de la selección española femenina. A ellas dos se suman Pablo Carriles (juez de gimnasia artística en cuatro Juegos), Alfonso Menéndez (oro en tiro con arco en Barcelona 92), Berta García (diploma olímpico en rugby en Río de Janeiro 2016), Juan Carlos Robles (jugador de voleibol en Barcelona 1992 y Sídney 2000) y los periodistas Adrián Huber (Agencia EFE) y Borja Inza (RNE).

La Familia Olímpica Asturiana se plantea varios objetivos para los próximos años. El primero de ellos pasa por el reconocimiento social al organismo y la ayuda a los deportistas tras participar en los Juegos Olímpicos. El conocimiento y los valores que adquieren, no solo deportistas sino jueces, fisioterapeutas o médicos son lo suficientemente válidos para que se usen en pro del desarrollo del deporte en Asturias.

El deporte no deja de ser un eje transformador deportivo, social, turístico, económico y de salud. De hecho, en el Principado se han visto varios ejemplos de cómo grandes citas impactan de forma directa en beneficio de la región. Por ello, es clave que el deporte ocupe un rango político más alto a nivel regional, enmarcándolo al menos bajo una Viceconsejería de Deportes. A eso se suma la mano tendida de la organización para, aprovechando el conocimiento de sus integrantes, impulsar una plan estratégico a través de los eventos deportivos como polo de atracción turístico y regenerador económico para Asturias. No hay que olvidar que algunos de los nombres que componen la Familia Olímpica ocupan cargos de alta responsabilidad en los organismos deportivos nacionales e internacionales, lo que podría ser utilizado para asesorar y así conseguir el mejor desarrollo del deporte en el Principado.  

Por último, la Junta Directiva ya trabaja en un proyecto que dé a conocer los valores olímpicos a la sociedad, fundamentalmente a los más jóvenes, a través de la formación. El fin último es que las nuevas generaciones puedan conocer a los olímpicos asturianos y no solo su trayectoria deportiva, también su lado humano poniendo sobre la mesa los valores que integran el deporte. Ello podría ser posible a través de la puesta en marcha del ansiado Museo Olímpico donde se podrían llevar a cabo actividades con centros educativos.

Imagen corporativa

Familia Olímpica Asturiana estrena además imagen, una trabajo del estudio avilesino Signum, en la que han buscado una imagen limpia y en consonancia con las gráficas deportivas de primer nivel, como las de Juegos Olímpicos, Mundiales, así como con un carácter “fundacional”. Se utiliza como símbolo la unión de las siglas “a-o” de Asturias Olímpica que, con los colores representativos de Asturias (amarillo / azul / verde), da un énfasis especial a la figura circular, que no solo tiene relación con la marca olímpica, sino que recuerda al propio concepto de medalla. La fusión de los elementos del símbolo, hacen alusión a la cantidad de disciplinas y figuras que la entidad aglutina. Tipográficamente contrasta una fuente limpia e institucional de palo seco, con una serifa de corte más clásico.