Barbón urge al Ministerio de Transportes a “cumplir y acelerar” las inversiones incluidas en el proyecto de presupuestos de 2023 para mejorar la red de cercanías
El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha reclamado hoy al Ministerio de Transportes el cumplimiento de las obras previstas en el proyecto de presupuestos estatales para 2023. Sin rodeos, el jefe del Ejecutivo apremió al ministerio al “cumplimiento y aceleración de las inversiones recogidas, especialmente en materia de comunicaciones y de cercanías ferroviarias”.
Barbón ha acompañado a la ministra Raquel Sánchez en un recorrido de prueba desde La Robla a Campomanes, a través de los túneles de la variante de Pajares. Al término del viaje, el presidente ha aprovechado sus palabras para urgir al ministerio la ejecución de sus compromisos con Asturias. La Intervención General del Estado publicó hace semanas un informe correspondiente al primer semestre de este ejercicio que revelaba un bajo grado de ejecución; en especial por parte de ADIF-Cercanías.
“Ante todo y todos, Asturias”, ha enfatizado Barbón para explicar su defensa de los intereses del Principado. “No hay mejor manera de demostrar el valor de la palabra dada –e, incluso, de la palabra presupuestada- que hacerla realidad”, ha añadido en otro párrafo de su intervención. “La gestión y los hechos son, al término, el soporte de la credibilidad, un requisito para la buena política”, ha abundado.
El discurso también ha incluido agradecimientos al ministerio: por constatar que la finalización de la variante es prácticamente una realidad y por el hecho de que, pese al término de una obra que ha exigido un desembolso cercano a los 4.000 millones, la dotación presupuestaria de Transportes para Asturias no ha disminuido. “Eso es algo que debo anotar en el haber del ministerio”, ha añadido.
“Me atrevo a pensar que quizá no haya otra infraestructura de comunicación en España que haya concitado tantos afanes”, ha indicado el presidente, quien también ha asegurado que la conexión con la alta velocidad no es para Asturias un logro importante más, sino “el cumplimiento de una demanda histórica con una carga simbólica enorme”, porque supone “el fin del aislamiento del Principado”.
El jefe del Ejecutivo ha incidido sobre el cambio de paradigma en las comunicaciones que implicará la puesta en marcha de la variante y las posibilidades que abrirá para el corredor atlántico, la actividad industrial, los puertos de Gijón y Avilés o el sector turístico. En este sentido, ha invitado al empresariado, las cámaras de comercio, los sindicatos, la Universidad, las autoridades portuarias y las asociaciones turísticas a trabajar “con ambición” para que el estreno se convierta “en una etapa de oportunidades para el desarrollo socioeconómico de Asturias”.
Esta ha sido su intervención íntegra:
INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN
Visita a la variante de Pajares con la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana
El dicho cinematográfico asegura que segundas partes nunca son buenas. Permitan que hoy lo niegue y que me atreva con una afirmación más arriesgada: la tercera parte, cuando los trenes recorran la variante de Pajares cargados de viajeros y mercancías, será la mejor de todas.
Esa es la meta, no otra. Hace poco más de un año, el 20 de septiembre de 2021, viví una intensa emoción. Aquel día, un convoy verde y blanco, el famoso aspirino, atravesó por primera vez la cordillera desde La Robla a Campomanes. Embarcado entre el pasaje, tuve la convicción de asistir a un hito histórico en la mejora de las comunicaciones asturianas, de que estaba tocando el futuro con los dedos. De que el escepticismo acumulado durante décadas de espera por los sucesivos retrasos en la finalización de la infraestructura más reclamada por el Principado se difuminaba a ojos vista, porque la variante era, por fin, una realidad.
Hoy, en el segundo viaje, he vuelto a revivir la misma emoción. Durante la media hora de trayecto en el tren de pruebas, se me ha agolpado en la cabeza una larga sucesión de imágenes. Por edad, las controversias y quejas relacionadas con la superación de este colosal desafío para la ingeniería me han acompañado buena parte de mi vida. Así es: hay un largo número de asturianos que se han hecho adultos, si no mayores, oyendo hablar de este paso por Pajares. En estos 30 minutos he recordado titulares, protestas, debates políticos, diferencias y semejanzas con el túnel de San Gotardo, hasta disquisiciones técnicas sobre los tipos de trenes, incluido cuál debe ser el potencial eléctrico adecuado de la catenaria para permitir la circulación de trenes de mercancías. Hasta ese detalle ha llegado la preocupación en el Principado sobre la variante.
Estoy convencido, además, de que no soy una excepción, un caso aislado. De que hay miles de personas que comparten esa misma impresión: parecía que la culminación de la obra estaba condenada a un continuo aplazamiento, como si sufriera una suerte de doble maldición geológica y política.
Ministra, con este relato de vivencias personales quiero subrayar la relevancia de esta jornada. Me atrevo a pensar que quizá no haya otra infraestructura de comunicación en España que haya concitado tantos afanes. Para Asturias, la conexión con la alta velocidad ferroviaria no es un logro importante más; para nosotros significa el cumplimiento de una demanda histórica con una carga simbólica enorme. Por resumirla de algún modo, nada más y nada menos que el fin del aislamiento del Principado. Nunca está de más resaltar que Asturias es periferia de la periferia.
Por todo lo anterior, a mí me gusta pensar que este día constata el cumplimiento de los compromisos con Asturias. Porque no hay mejor forma de demostrar el valor de la palabra dada –e, incluso, de la palabra presupuestada- que hacerla realidad. La gestión y los hechos son, al término, el soporte de la credibilidad, un requisito indispensable para la buena política. Esta mañana de noviembre hemos reforzado esa credibilidad, que será completa cuando en mayo de 2023 se ponga en marcha por fin, de una vez por todas, la circulación cotidiana de ferrocarriles por los túneles que acabamos de transitar.
Es una jornada para el agradecimiento, por supuesto. No me gusta ser rácano cuando hay motivos para la celebración de buenas noticias. Pero también lo es para pensar en el futuro. Ahora, en estos meses que restan hasta su funcionamiento comercial, es cuando la sociedad asturiana debe valorar las consecuencias del cambio de paradigma que van a vivir nuestras comunicaciones. No exagero con las palabras: el enlace con la alta velocidad revolucionará nuestra forma de relacionarnos con el resto de España. Toca hablar de las posibilidades del corredor atlántico, del impacto sobre la actividad industrial, de la repercusión sobre los puertos de Gijón y Avilés, y de la nueva dimensión turística que se presenta a nuestro alcance.
Es una reflexión que ha de liderar el Gobierno del Principado, pero no en exclusiva. El empresariado, las cámaras de comercio, los sindicatos, la Universidad, las autoridades portuarias, las asociaciones turísticas… Esta tarea nos concierne a todos y a todos les invito a participar. No podemos conformarnos con redondear una fecha en el calendario para marcar el día de la inauguración de la variante ferroviaria de Pajares, por señalado que sea. Tenemos que trabajar con mucha más ambición para convertir ese estreno, que ya está a la vuelta de la esquina, en el inicio de una etapa de oportunidades para el desarrollo socioeconómico de Asturias. Ese ha de ser el objetivo.
Entiendo que muchas de esas consideraciones pueden ser compartidas por Asturias, Castilla y León y, más allá, por todas las comunidades del Noroeste peninsular. Como se diría coloquialmente, ahora no se trata de sentarnos a ver pasar el tren, sino de subirnos para convertirlo en un catalizador de crecimiento económico. Esa tarea comienza a ser una urgencia.
Falta, como dije al principio, el tercer viaje, el que toda la sociedad espera, cuando ya estén a la venta los billetes para viajar con las condiciones y servicios propios de la alta velocidad ferroviaria. Esa es la frontera que ahora debemos empeñarnos en cruzar. No obstante, y aunque hoy todo el protagonismo corresponde a la variante, me consiento añadir otra reflexión. La inversión requerida para su construcción rondará los 4.000 millones, un desembolso inimaginable cuando se proyectó. Ahora que ya estamos en los últimos remates, podríamos pensar con cierta lógica que el Ministerio de Transportes reduciría sus presupuestos para Asturias. Sin embargo –y ahí está a la vista el proyecto presentado para 2023- esa disminución no se produce, algo que también debo anotar en el haber del ministerio. Entre las exigencias, como presidente del Principado y en defensa de los intereses de Asturias, el cumplimiento y aceleración de las inversiones recogidas en el proyecto, especialmente en materia de comunicaciones y de cercanías ferroviarias. Ante todo y todos, Asturias. Porque, como sucede en los largos viajes ferroviarios, a una estación siempre sucede otra. Ahora, la inmediata se llama mejora urgente de la red de cercanías. Y, por seguir con los símiles, aquí el tren tampoco espera.