El rector se muestra orgulloso de pertenecer a una universidad que está en la élite de las instituciones académicas del mundo, que es referente en muchos campos científicos y que presume de que sus egresados poseen una altísima cualificación
La máxima autoridad académica aboga por revisar la oferta académica y por reestructurar los servicios de apoyo a la investigación para conseguir los mejores resultados posibles
El rector defiende una reordenación de las infraestructuras para hacerlas más sostenibles y eficientes en el tiempo y ayudar así a sortear la crisis energética
Villaverde asegura que es necesario dar pasos en el cambio de modelo organizativo para ofrecer a la plantilla expectativas de crecimiento y bienestar “justas y razonables”
El acto académico ha contado con la presencia, entre otras autoridades, de Joan Subirats, ministro de Universidades, y Adrián Barbón, presidente del Principado
Oviedo, 9 de septiembre de 2022. Una universidad orgullosa y esperanzada para afrontar los difíciles tiempos económicos que se avecinan. Es el mensaje que ha lanzado Ignacio Villaverde, rector de la Universidad de Oviedo, durante la ceremonia de apertura del curso académico 2022-2023, que se ha celebrado este mediodía en la Biblioteca Central del Edificio Histórico con la presencia, entre otras autoridades, de Joan Subirats, ministro de Universidades, y de Adrián Barbón, presidente del Principado.
El rector, que ha repasado los principales retos que deberá afrontar la institución académica en el nuevo curso, ha comenzado su intervención expresando el orgullo de pertenecer a la comunidad universitaria asturiana. “Una universidad repleta de magníficas personas, docentes investigadores e investigadoras, estudiantes y personal de administración y servicios”, ha destacado. “Orgullo de pertenecer a una universidad que está en la élite de las instituciones académicas del mundo. Referente mundial en muchos campos científicos y que presume de que sus egresados poseen una altísima cualificación”, ha subrayado.
Villaverde, que ha tenido un recuerdo especial para el recientemente fallecido rector Vallaure y para el profesor Alarcos, del que se conmemora el centenario de su nacimiento, ha explicado que 2021 fue el año para organizarse, el 2022 será el año de la planificación, el 2023 debe ser el del despliegue de las estrategias y el 2024, el de su evaluación y consolidación.
Ha hecho el rector especial hincapié en la importancia de contar ya con unos planes estratégicos, que conjugan continuidad y cambio, y que son resultado del “esfuerzo colectivo dirigido a hacer de esta universidad el mejor lugar posible para formarse, investigar, enseñar y tener un proyecto personal y profesional”. “Nuestra obligación como equipo rectoral ahora es llevarlos a buen término”, ha recalcado.
Los dos pilares de la internacionalización
Uno de los retos en los que se ha centrado la máxima autoridad universitaria durante su intervención ha sido la necesaria apuesta por la internacionalización de la Universidad de Oviedo. El rector ha manifestado que esta estrategia se asienta sobre dos pilares fundamentales logrados en el actual mandato: el Real Colegio Complutense de Harvard y el supercampus europeo Ingenium.
Sólida oferta formativa, pero mejorable
El rector ha indicado que la universidad asturiana cuenta con una sólida oferta formativa de grado, que requiere de un análisis sin condescendencias, pero necesita revisar en profundidad y mejorar sustancialmente la de másteres. “Pongamos en valor nuestra docencia porque así ponemos en valor nuestro estudiantado. Ellos dan sentido a nuestra vocación formadora y les debemos una formación de altura, exigente y atenta a un entorno que es el destino de nuestros egresados”, ha explicado. Nuevos títulos como la Actividad Física y del Deporte o Criminología, nuevos dobles grados muy demandados, la puesta en marcha del primer plan piloto dual en el máster de Ingeniería Industrial, las microcredenciales y la nueva oferta de títulos propios, que se presentarán en breve, son, ha dicho Villaverde, “retos ineludibles para este curso”.
Más facilidades para que la investigación dé frutos
El máximo responsable de la institución académica ha querido tener un mensaje muy especial hacia la investigación. La universidad asturiana cuenta con más de 160 grupos de investigación acreditados y de probada calidad. “Estamos entre las 10 instituciones investigadoras más relevantes de España y poseemos una notable producción científica en todas las ramas del saber”, ha puntualizado. Sin embargo, para el rector, resulta inaplazable una “profunda reestructuración” de los servicios de apoyo a la investigación.
“Hay que repensar por completo la forma en la que prestamos este servicio para facilitar la consecución de los resultados que perseguimos”. “Tenemos que dotar a nuestro personal de investigación de las herramientas y medios que permitan que su trabajo dé el fruto esperado”, ha destacado. Para ello, resulta fundamental dar un impulso decidido a la transformación digital en este curso. De hecho, en los próximos meses el equipo rectoral presentará los servicios de administración electrónica que irán aliviando al personal de la universidad del peso del papel. También ha destacado el rector que es necesario rejuvenecer las plantillas para incorporar nuevo talento. “Debemos adaptar nuestras capacidades reales para conseguir el equilibrio deseado entre dedicación docente e investigación”, ha manifestado.
Propuesta de acuerdo con los agentes sociales
El rector ha avanzado también, dirigiéndose al personal de administración y servicios, que es necesario dar pasos en el cambio de modelo organizativo y en la nueva relación de puestos de trabajo para ofrecer a la plantilla expectativas de crecimiento y bienestar “justas y razonables”. “Debemos abordar sin demora retos como el teletrabajo o la estabilidad laboral”.
En este contexto, Villaverde ha mencionado que en las próximas semanas presentará a las organizaciones sindicales una propuesta de acuerdo que permita a la comunidad universitaria avanzar unida.
Infraestructuras más sostenibles para capear la crisis
La máxima autoridad universitaria ha abogado también por reordenar las infraestructuras para que puedan sostenerse en el tiempo y hacer un uso óptimo y racional de los espacios, más aún en un contexto de previsible crisis económica. “Debemos ser más eficientes y ágiles en la gestión para que podamos ganar más músculo académico y hacerlo en mejores condiciones”, ha puntualizado. “Pero lo cierto – ha añadido el rector—es que no tenemos recursos para todo, por eso tenemos que administrarlos con criterio”.
Este año la universidad está elaborando un proyecto de presupuesto que continúa el camino iniciado en 2022 de racionalización de la gestión económica. “El futuro acuerdo de financiación plurianual nos dotará de recursos para tener cubiertas nuestras necesidades estructurales y así garantizar la viabilidad de la institución. Será una herramienta innovadora y diferente, más adaptada a nuestras necesidades y nuestra realidad”, ha recalcado.
El rector ha situado estas declaraciones en el contexto de crisis económica que se vislumbra como resultado de incremento en los costes de la energía que ha desbaratado todo el esfuerzo presupuestario de 2022. “Gracias al esfuerzo de todos hemos conseguido reducir sensiblemente el consumo energético, pero esos esfuerzos se desvanecen cuando el precio de la energía no da respiro”. Villaverde ha pedido expresamente el apoyo del ministro de Universidades, presente en el acto, para hacer frente a la situación económica que se avecina.
Una universidad a la altura de los desafíos
El rector ha querido cerrar su intervención, pese a todo, con un mensaje de esperanza. “La Universidad de Oviedo, ya lo ha hecho en otras ocasiones, ha demostrado estar a la altura de los desafíos. Volveremos a demostrar que es justo en los malos tiempos cuando sabemos ser los mejores”. “La Universidad de Oviedo tiene que enviar un mensaje a la sociedad asturiana de optimismo y esperanza, de voluntad y deseo de cambio, de que hay futuro”, ha concluido el rector.
Villaverde ha finalizado de este modo un acto de apertura del curso académico en el que le han seguido en el uso de la palabra el ministro de Universidades y el presidente del Principado y en el que han estado presentes, entre otras autoridades académicas los Honoris Causa José Luis García Delgado, economista, y Francisco Rodríguez, presidente de industrias lácteas asturianas Reny Picot, además de representantes de las administraciones locales.
Lección inaugural: la riqueza del agua de mina
Previamente, ha tenido lugar la lección inaugural que, en esta ocasión, ha corrido a cargo de María Almudena Ordóñez Alonso, catedrática del Área de Prospección e Investigación Minera de la Escuela de Ingeniería de Minas, Energía y Materiales de Oviedo. La profesora ha destacado que “resulta indudable la riqueza de Asturias en recursos minerales; algunos se explotan o se han explotado y otros están en fase de prospección”. “En particular, –ha añadido-- los recursos hidrogeológicos de nuestra región son excelentes, pero están infrautilizados y no lo bastante estudiados”.
A juicio de esta catedrática, las labores mineras cerradas e inundadas configuran un extraordinario “embalse subterráneo” susceptible de ser aprovechado como recurso, tanto hídrico (asegurando su calidad) como energético (geotérmico o hidráulico). “El actual aprovechamiento geotérmico del agua de mina, tradicionalmente considerada como un pasivo, en algunas minas de la Cuenca Central asturiana en forma de redes de calor es único en Europa y se prevé una extensión análoga a otros pozos mineros”, ha recalcado. La implementación de estos sistemas, que utilizan un residuo, el agua de mina, como recurso, “pueden ayudar en la reconversión económica de antiguas regiones mineras y desde luego se enmarcan dentro de la denominada economía circular”, ha manifestado.
Durante el acto de apertura del curso académico, también ha intervenido Ángel Espiniella, secretario general de la Universidad de Oviedo, que ha presentado los principales datos de la memoria del curso que termina. Espiniella ha destacado que, durante el año 2021-2022, estudiaron en la institución académica 17348 estudiantes de grado, 1910 de máster, 339 de títulos propios y 1688 doctorandos.