Viernes 19, a punto del inicio de la jornada de reflexión, Laude Martínez y su “Tomatito del alma”, consiguieron lo que parecía imposible: olvidar por casi dos horas la cruel realidad para transportar, cual mago de la física cuántica, a un espacio-tiempo absolutamente inolvidable.

La noche prometía, pero las expectativas se vieron claramente superadas al ritmo en el que la medianoche avanzaba. Un espectáculo múltiple, bajo el concepto de “música simpática”, en el que cabía tanto la imitación, como la interpretación, la música o los chistes. Un show artístico para todos los públicos, amable, creativo y desternillante. Diversión en estado puro, que cautivó al variado y animado público que abarrotaba la veterana y recién rehabilitada sala Chaquetón.

Que siga la fiesta.

Nuestros lectores podrán disfrutar, próximamente,  de la grabación íntegra del espectáculo.