Adrián Barbón: "La docencia es clave para garantizar el progreso de cualquier sociedad"

Adrián Barbón: "La docencia es clave para garantizar el progreso de cualquier sociedad"

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, asistió al acto académico de graduación e imposición de becas al alumnado de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad de Oviedo.

 

INTERVENCIÓN del PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN

Apertura del acto de graduación de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad de Oviedo

Mis primeras palabras hoy han de ser de felicitación para quienes os graduáis en Educación Infantil, Educación Primaria y Pedagogía, y también para quienes finalizáis los distintos másteres que oferta esta Facultad de Formación de Profesorado y Educación. Mi enhorabuena al alumnado y a todas las familias, porque sin duda han compartido vuestro esfuerzo y hoy tienen la satisfacción de participar con vosotros este acto de fin de etapa.

Hoy es un día de celebración que marca un punto de inflexión en vuestra trayectoria vital, porque ascendéis un peldaño fundamental para acercaros a la profesión que habéis elegido: la docencia, sin duda una de las ocupaciones más hermosas y clave para garantizar el progreso de cualquier sociedad. Vosotros y vosotras sois la savia nueva de nuestro sistema educativo y asumís el encomiable reto de guiar a las próximas generaciones de escolares, desde las edades más tempranas, hacia la Universidad, la Formación Profesional y el acceso al mercado laboral. Fijaos en la relevancia de la labor que os espera: tomar las riendas de nuestro modelo educativo, un sistema vivo y cambiante, que se adapta a los tiempos, a las necesidades y a la evolución social.

Habéis elegido una profesión vocacional y comprometida, de enorme responsabilidad, que requiere esfuerzo, paciencia y templanza, y que exige también un aprendizaje constante. La valentía que mostráis para afrontar ese desafío merece todo nuestro reconocimiento, nuestro respeto y nuestro aplauso.

Pero la vuestra es, además, una carrera hermosa. Todo aquello que hemos ido aprendiendo a lo largo de los años en las aulas, gracias al trabajo de nuestros maestros y maestras, nos ha convertido en las personas que somos y ha fortalecido nuestras capacidades para expresarnos, para comprender, para estudiar el pasado, descifrar el presente y construir el futuro.

Como sociedad, depositamos en el personal docente una enorme responsabilidad. Sin embargo, tengo la absoluta convicción de que estáis preparados para afrontar cualquier dificultad. Habéis dado buena muestra de resiliencia en los últimos años de vuestros estudios, marcados por la pandemia del coronavirus, que nos ha exigido un esfuerzo extra para adaptarnos a nuevas formas de estudiar, de trabajar y de vivir. Además, os tituláis en la Universidad de Oviedo, una institución académica con solera y prestigio, que os ha formado como profesionales, pero sobre todo como personas, con amplias competencias para ejercer la docencia.

No descubro nada nuevo al apuntar que vivimos un momento de cambio que implica también un nuevo concepto de enseñanza, una pedagogía más actual, en la que la digitalización y el aprendizaje competencial son ejes sustanciales. Hemos ido interiorizando que la escuela está para educar en conocimientos, pero también en habilidades y en valores, que son sin duda las tres líneas maestras del sistema.

En este entorno globalizado y tecnológico, el alumnado tiene a su disposición cada vez más herramientas para incorporar saberes, por eso adquieren mayor importancia los otros dos grandes pilares: por un lado, las denominadas habilidades blandas (soft skills), entre las que incluyo el trabajo en equipo, el pensamiento crítico, la creatividad o la resiliencia, algunas de las capacidades más demandadas en el mercado laboral actual; por otro, los valores que nos moldean como personas, tales como la tolerancia, la igualdad, la generosidad, el compromiso o la gratitud.

Si esta formación académica y humana resulta esencial, no es menos importante la orientación que precisa la juventud para continuar su trayectoria vital, bien sea en el sistema educativo o en su paso al mundo laboral. El mercado de trabajo demanda perfiles profesionales con gran capacidad de adaptación, por eso necesitamos impulsar las vocaciones científicas, las enseñanzas STEM: Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, pero sin olvidarnos de añadir la A de las Artes (STEAM). Con esto quiero reivindicar que no debemos dejar en segundo plano las disciplinas que pueden ayudarnos a humanizar las nuevas tecnologías que demanda el sistema productivo, como la inteligencia artificial, el internet de las cosas, el big data o la ciberseguridad. La tecnología y las humanidades no son incompatibles, más bien al contrario, son complementarias y necesarias, porque se enriquecen mutuamente y se perfeccionan. 

Sois vosotros y vosotras quienes tendréis la oportunidad de alentar vocaciones de todo tipo entre nuestros escolares, quienes educaréis a la sociedad en valores, ayudaréis a que se reduzcan la brecha de género y la desigualdad y fomentaréis ese carácter emprendedor tan necesario para esta comunidad. Soy consciente de que hablo de fines muy ambiciosos, pero así es el trabajo que desarrollaréis cada día en las aulas. 

Tenemos un gran sistema educativo, del que estamos orgullosos, dotado con excelentes profesionales en todos los niveles de la enseñanza. Ese sistema constituye para el Gobierno de Asturias una valiosa herencia que cuidamos con mimo y que fortalecemos con medidas como la congelación de los precios de las matrículas de los estudios universitarios de grados, másteres y doctorados, aprobada hace justo una semana y por tercer año consecutivo. Con esta iniciativa, que beneficiará a más de 20.000 familias, cada estudiante pagará de media unos 300 euros menos que hace una década. De este modo, nos afianzamos como una de las autonomías donde es más barato cursar una carrera universitaria. Lo hacemos porque somos conscientes, como hemos dicho siempre, de que la educación es el mejor ascensor para aumentar la equidad y garantizar la equidad social.

No pretendo aburriros con más datos. Tras vuestro paso por las aulas, recibiréis ahora el legado de las diferentes generaciones que han protegido y reforzado este sistema educativo del que os hablo y que ahora queda en vuestras manos. Estoy seguro de que velaréis por él con el mismo empeño y dedicación que las generaciones anteriores.

 

 

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