• La llegada del verano nos lleva a obsesionarnos con nuestro físico y caer en malos hábitos alimentarios como las dietas milagro, que pueden generar un efecto negativo en nuestra salud

• Los expertos en nutrición recomiendan seguir el patrón de la Dieta Mediterránea a través de alimentos saludables y práctica de actividad física como la mejor vía para conseguir un cuerpo saludable

• Seguir el patrón de Dieta Mediterránea y, opcionalmente, incluir un consumo moderado de cerveza, son opciones para disfrutar de la época estival

Madrid, 18 de mayo de 2022. La llegada de los meses veraniegos trae consigo el aumento de las temperaturas, una vida social más activa, planear vacaciones y disfrutar de actividades al aire libre. Sin embargo, la otra cara de la moneda pasa por la necesidad que algunas personas sienten de lucir un cuerpo sano que ha podido pasar desapercibido el resto del año. Para evitar caer en dietas milagro o falsos mitos alimenticios, los expertos en nutrición nos recuerdan algunas pautas para seguir un estilo de vida saludable basado en una alimentación sana y la práctica deportiva.

Ante la evidente avalancha de mitos en la alimentación, y teniendo en cuenta que cada persona debe ser tratada de forma individualizada según sus circunstancias personales, lo recomendable es seguir las pautas de los expertos. Tal y como señala el Dr. Jesús Román Martínez, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) y de la Fundación Alimentación Saludable, “practicar ‘dietas milagro’ y obsesionarnos con cambiar nuestro físico en poco tiempo conlleva conductas alimentarias que pueden repercutir negativamente sobre nuestra salud”. Por ello, seguir el patrón de la Dieta Mediterránea a través de platos ligeros y saludables, evitar los excesos y acompañarlo de ejercicio físico es la manera razonable y sensata de conseguir un cuerpo sano.”

Entre las consecuencias más importantes de seguir dietas inadecuadas, se encuentran el evidente desequilibrio en el aporte energético, las posibles deficiencias de diferentes nutrientes (vitaminas, minerales, etc.), el incremento del riesgo cardiovascular, caída del cabello, mareos o incluso daños psicológicos asociados a esa obsesión por bajar de peso.

La proximidad del verano es una oportunidad idónea para poner en relieve nuestro estilo de vida saludable, ya sea cuando vayamos a la playa con la familia o yendo de viaje con nuestros amigos, podemos mantener un perfecto equilibrio entre ocio y bienestar siguiendo las pautas que marca la Dieta Mediterránea que, como está demostrado científicamente, contribuye a mantenernos saludables,. 

Así, el Dr. Martínez señala que “la base de nuestra dieta debe estar formada por verduras, frutas, cereales integrales, legumbres y frutos secos junto con los pescados, sin olvidar los azules, todo ello cocinado o aliñado con aceite de oliva virgen. Preferiremos las carnes magras y no dejaremos de lado los lácteos optando entre las diferentes posibilidades: quesos, yogures, etc.” Además, añade que “la Dieta Mediterránea no es únicamente elegir unos alimentos u otros, sino que forma parte indisoluble de un estilo de vida saludable en el que la realización de una actividad física adaptada a nuestras características personales es esencial. En cuanto a la bebida, está claro que es esencial ingerir cantidades suficientes de agua (alrededor de litro y medio o dos litros) para mantenernos correctamente hidratados.” 

Como bien sabemos, sea por mero placer o por motivos gastronómicos, muchas personas prefieren acompañar los alimentos con otras opciones de bebida. Desde que la UNESCO declarara la Dieta Mediterránea como patrimonio inmaterial de la humanidad y las bebidas fermentadas como parte de ella, tenemos la opción de consumir moderadamente este tipo de bebidas como la cerveza. Este consumo moderado se da entre adultos sanos que no tengan recomendado por motivos de salud o de seguridad evitar su ingesta, además, se suele establecer en una caña diaria para las mujeres y dos para los varones. Al respecto, hay que añadir que su valor calórico no es excesivo y que, además, dispone de versiones libres de alcohol y con menor valor energético.

Por norma general, remarcamos que el consumo moderado de cerveza debe de ser siempre por parte de adultos sanos, acompañado de alimentos, de manera social y optando por la opción SIN en situaciones que deben excluir el consumo del alcohol, como es la conducción, o se esté bajo tratamiento médico, embarazo o lactancia.