- La medida se centra en aquellos plantígrados que reinciden en comportamientos como entrar en pueblos o atacar al ganado
- La información obtenida con este mecanismo sirve para evaluar la eficacia de las acciones de disuasión y prevención de daños
El Gobierno de Asturias retoma los trabajos del programa de captura y radioseguimiento de osos pardos habituados a la presencia humana y que presentan conductas reiteradas de acercamiento a zonas habitadas. Este tipo de intervención activa supone una herramienta muy útil para conocer y anticipar problemas y aplicar medidas adecuadas de disuasión en cada caso.
El proyecto, que se suspendió durante el periodo invernal, coincidiendo con la época tradicional de hibernación de los plantígrados, se centra, de forma preferente, en ejemplares que presentan un nivel de habituación extremo o que pueden generar situaciones socialmente conflictivas. Por ejemplo, osos que se internan con reiteración en asentamientos humanos en busca de comida en cubos de basura, garajes, graneros o gallineros, o que atacan al ganado de forma repetida en las proximidades o dentro de un pueblo. También se focaliza en aquellos animales que no huyen ante la presencia cercana de personas a pleno día, si bien estas situaciones son excepcionales.
Esta medida se pone en práctica cuando el resto de acciones recogidas en el Protocolo para la intervención con osos en la cordillera cantábrica no surten efecto.
El programa, que pretende mitigar los conflictos entre los osos y las actividades humanas, busca también mejorar la planificación territorial, facilitar la conservación de la especie y utilizarla como centinela ante el furtivismo y la contaminación ambiental. Bajo la coordinación de la Administración autonómica, un equipo integrado por investigadores y técnicos del Principado, del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad, de la Fundación Oso Pardo y de la Fundación Oso de Asturias se encarga de desarrollar esta iniciativa.
Las actuaciones se realizan en cumplimiento del Protocolo para la intervención con osos en la cordillera cantábrica, elaborado por Asturias, Galicia, Castilla y León y Cantabria y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y aprobado por la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad el 24 de enero de 2019.
Seguimiento de ejemplares
Los resultados obtenidos hasta ahora en Asturias, y la experiencia de otras poblaciones de osos en Europa y Norteamérica, permiten evaluar la captura y radiomarcaje como una importante herramienta de gestión para la coexistencia entre osos y personas. La captura resulta en sí misma una herramienta de disuasión para estos ejemplares, pero además su seguimiento facilita la aplicación de otras medidas y aporta abundante información para mejorar las políticas de prevención de daños y resolución de conflictos, fundamentales para garantizar la conservación del oso pardo.
El programa de captura se realiza con trampas culvert, uno de los procedimientos más utilizados y seguros, dado que reducen de forma sustancial los riesgos. Una vez realizada la toma de muestras y datos, así como la colocación del crotal y el dispositivo GPS, el oso se recupera en el mismo sitio bajo supervisión.
El año pasado se realizaron dos capturas de osas en la zona suroccidental, donde se localiza la población más numerosa. Una de ellas entraba en un pueblo de noche a alimentarse en los contenderos de basura y, aunque tras su liberación el GPS que se le colocó acabó desprendiéndose, su captura ha resultado una medida de disuasión útil, pues el marcaje con crotal en una oreja ha permitido su observación en un robledal alejado del pueblo, donde se la ha visto alimentándose de bellotas durante el otoño. Asimismo, las cámaras de fototrampeo instaladas en la localidad y el seguimiento de los contenedores de basura muestran que la hembra no ha vuelto por allí.
La segunda intervención fue con otra osa, que estaba acompañada de tres crías y había atacado varias cabezas de ganado ovino. Tras la colocación del dispositivo GPS y su liberación, se ha comprobado que ha permanecido activa todo el invierno, que en los últimos meses se ha alimentado mayoritariamente de bellotas, castañas y hierba, y que ha recorrido un área de cerca de 50 kilómetros cuadrados. A primeros de abril, el grupo familiar se separó y la osa entró en celo, con lo que realizó largos desplazamientos seguida por varios machos. En todo este periodo de seguimiento, ha atravesado o ha estado cerca de varios pueblos, pero siempre de noche y sin atacar al ganado.