El Unicaja Banco Oviedo ha caído en su visita a Palmer Alma Mediterránea Palma por 74-69 malogrando la primera oportunidad de amarrar el playoff aunque fuera, al menos, de manera virtual.
Y lo ha hecho en el peor día en ataque del OCB en todo lo que va de temporada. Por sensaciones y por porcentajes. 21 de 57 en tiros de dos (se ha tirado y mucho y en posiciones o forzadas o liberadas pero no hubo manera); en tiros de tres: un ridículo 2 de 17. Y en tiros libres: un inexplicable 21 de 34.
A partir de ahí ni siquiera el 23-5. Sí, 23-5 con el que Palma arrancó el partido explica lo suficiente lo errático del partido ni la displicencia en defensa en los primeros compases, luego corregida. Porque luego los otros tres parciales en los sucesivos cuartos han sido correctos (19-19, 19-17,13-21) pero insuficientes ante la nada atacante, ante la apatía anotadora.
Un dato: El OCB ha caído ante el último clasificado, Peñas Huesca, Palmer Alma Mediterránea, Juaristi ISB y Melilla Sport Capital. Tres derrotas a domicilio que duelen a estas alturas de la temporada cuando los deberes, podrían haber estado hechos. Pero no, quedan tres partidos complicados. El próximo fin de semana Lleida visita Pumarín, Melilla el siguiente y la liga regular se cierra ante Movistar Estudiantes en Madrid que se podría estar jugando el ascenso directo. Así que cero campanas al vuelo. Habrá que bajar el culo y ganarlo en la pista.
En la película del partido el OCB parecía que viajó directo de Fontajau a Son Moix sin pasar por Pumarín esta semana para ajustar conceptos. No es cierto, lo hicieron, y a la larga, el plan de partido se demostró correcto.
Porque pese a todo el naufragio ofensivo, el OCB perdió de 5 y no encajó más de 74 puntos. O sea, contra ocho jugadores con los que contaba Palmer, mucho pasaba por limitar a sus cañoneros, Van Beck y Brown, y tener paciencia para generar cerca del aro mientras se cargaban de personales. El problema fue que se comenzó a hacer tarde, que se leyó todo, todo mal.
Y poco más que rescatar. Del 23-12 con el que se cerró el primer cuarto al 29-24 mediado el segundo, la última vez que el OCB vio tan de cerca a los palemesanos hasta el último minuto. En medio, arreones anotadores, fallos, errores… Poco rescatable.
Con el lastre de 11 puntos y alguna acción de Lundqvist al descanso (42-31) quizás se podía pensar en la remontada pero el comienzo del tercer cuarto también fue de caraja. De una tacada 50-35 y tiempo muerto de Lezkano. Siempre a remolque, siempre al ralentí mientras Pavelka y Van Beck, pese a cargarse de faltas, jugaban al 100 por 100.
El último periodo fue el del quiero y no puedo. Un mal septiembre para un mal estudiante. Ni el arreón de Lundqvist (17 puntos, 10 rebotes) ante sus ex, ni el pundonor de Mcdonnell ni la aparición de Kabasele bajo el aro lograron reconducir la situación. 74-69 final y mucho trabajo por delante para alcanzar el objetivo del playoff.
Por el momento, el próximo sábado visita de Força Lleida a Pumarín (19.00 horas).