Oviedo/Uviéu, 28 de abril de 2022. Investigadores de las universidades de Oviedo y de Cambridge han utilizado la imagen optoacústica para predecir la respuesta a tratamientos antitumorales en cáncer de mama. Este trabajo muestra el potencial de esta nueva modalidad de imagen para seguir el avance y crecimiento del cáncer, especialmente cuando se usan tratamientos cuyo objetivo es atacar los vasos sanguíneos que nutren el tumor, un proceso conocido como angiogénesis.
El efecto optoacústico es un fenómeno físico por el cual algunas sustancias pueden captar la luz y emitir esta energía en forma de vibración. La imagen optoacústica conserva la resolución de la luz, pero a mayores profundidades. Esta cualidad la hace muy atractiva para su aplicación en la clínica. Varios prototipos ya han obtenido exitosos resultados en ensayos clínicos. La hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos, es una molécula optoacústica, de modo que puede utilizarse para observar directamente los vasos sanguíneos.
Los autores de la investigación recuerdan que los tumores precisan de la creación de vasos sanguíneos para nutrirse y oxigenarse y añaden que numerosas terapias tienen como diana este proceso. Sin embargo, la monitorización de la respuesta es muy costosa y la aparición de resistencias es frecuente. De ahí que suponga un gran avance en el tratamiento personalizado desarrollar técnicas que permitan diferenciar aquellos pacientes que responderán a esta terapia de los que no y detectar en qué momento se produce la resistencia al tratamiento para poder actuar más rápidamente en beneficio del paciente.
El trabajo liderado por la Dra. Isabel Quirós González, investigadora del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias, se desarrolló conjuntamente en los laboratorios de la catedrática Dra. Sarah E. Bonhdiek, última firmante del artículo, de la Universidad de Cambridge y de la profesora Dra. Rosa M. Sainz, de la Universidad de Oviedo y ha sido recientemente publicado en la prestigiosa revista Cancer Research. El trabajo emplea modelos animales de cáncer de mama en los que la imagen optoacústica es capaz de diferenciar entre aquellos animales que responden al tratamiento antiangiogénico con Bevacizumab, un anticuerpo monoclonal, y aquellos que no, incluso en etapas muy tempranas. Además, es capaz de diferenciar características estructurales en la vasculatura y en la oxigenación del tumor que se asocian con la respuesta al tratamiento antes de su inicio. “La resistencia a los tratamientos antitumorales, en muchas ocasiones, se debe más a la ayuda por parte de las células no tumorales que se encuentran en territorios próximos al tumor, lo que denominamos microentorno tumoral, que a las razones intrínsecas de las propias células tumorales. Estas células del entorno producen factores que estimulan el crecimiento de vasos sanguíneos que aportan oxígeno y nutrientes al tumor y un entramado de fibras que dificulta la llegada de los fármacos, en estos momentos trabajamos para anticiparnos e impedir esta colaboración”, afirma la Dra. Quirós González.
“De confirmarse estos resultados en la clínica, la imagen optoacústica podría afianzarse como una nueva alternativa, de bajo coste y toxicidad, para monitorizar a los pacientes oncológicos en terapia con fármacos antiangiogénicos”, concluye la Dra. Rosa M. Sainz.