Ganadores del II Concurso de Microrrelatos "Día del libro" en Avilés

Ganadores del II Concurso de Microrrelatos "Día del libro" en Avilés
  • Se presentaron un total de 53 relatos, procedentes de Avilés y Asturias, Algeciras, Leganés e Italia
  • Los y las galardonadas recibirán un diploma y un lote de libros

El jurado del Concurso de Microrrelatos "Día del libro", organizado por la Red de Bibliotecas Públicas Municipales de Avilés, ha elegido a los ganadores y ganadoras de su segunda edición. Se trata de Nela Fernández García, en la categoría de 6 a 8 años; Ágatha Estévez Álvarez y Leo Mario Toti Flórez, ex aequo en la de 9 a 12; Eloy David Fernández Fernández, de 13 a 18, y Eva Rodríguez Bárcena, en mayores de 18.

Conformaban el jurado Begoña Mediavilla, técnico especialista en biblioteca de la Biblioteca de Tecnología y Empresa de la Universidad de Oviedo; Gloria Sánchez, auxiliar de biblioteca de la Biblioteca Bances Candamo; Montserrat Machicado, responsable de la Estaya de la Llingua del Ayuntamiento de Avilés; y como secretaria, Teresa Pasarín, bibliotecaria de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Avilés.

Se presentaron un total de 53 microrrelatos de los cuales 5 fueron rechazados al no cumplir los requisitos de las bases. La mayoría de los textos presentados al concurso proceden de Avilés y los municipios limítrofes, pero también llegaron desde Algeciras, Leganés y Cosenza (Italia).

En la categoría de 6 a 8 años fueron admitidos 3 relatos, proclamándose vencedora Nela Fernández García, que se presentó con el seudónimo de Verónica, con su cuento "Pompón el unicornio". 

En la categoría de 9 a 12 años se admitieron 9 relatos, y el jurado decidió conceder el premio ex aequo, a Ágatha Estévez Álvarez, que se presentó como AEA, con "La última página", y a Leo Mario Torti Flórez, con el seudónimo de LTF, y su relato "Alas de ángel sin plumas".

También se admitieron 9 relatos en la categoría de 13 a 18 años, y el jurado escogió "Infiel", de Eloy David Fernández Fernández, que se presentó con el seudónimo de Delfín.

Finalmente, a la categoría de mayores de 18 años fueron admitidos 27 relatos. La ganadora fue Eva Rodríguez Bárcena, que se presentó bajo el seudónimo de Alex Branca, y su cuento "Amargo". 

Entrega de premios

La entrega de premios tendrá lugar el martes 10 de mayo, a las 17.00 horas en la Biblioteca Bances Candamo y contará con la asistencia de la concejala de Cultura y Promoción de la Ciudad, Yolanda Alonso Fernández. Las personas galardonadas recibirán un diploma y un lote de libros.

MICRORRELATOS GANADORES

Categoría de 6 a 8 años. "Pompón el unicornio", de Nela Fernández García

Pompón el unicornio estaba durmiendo en su casa en el Polo Norte. Se levantó a vestirse, desayunó y se fue a jugar con sus amigos Gatito, Perrito y Conejo.

Todos juntos buscaron diamantes en una cueva y a través de ella recorrieron todo el mundo.

Encontraron los diamantes, pero en la cueva había un oso durmiendo. Los cogieron muy rápido y se los metieron en la mochila.

Salieron corriendo de la cueva y vieron un arcoíris con muchos animales encima. Se subieron al arcoíris y se fueron a la casa de Pompón el unicornio.

Sacaron los diamantes de la mochila, hicieron una fiesta y bailaron y comieron tarta hasta que llegó la hora de dormir.

Todos en sus casas leyeron el libro de viaje que escribieron mientras buscaban los diamantes y se quedaron dormidos felices por el día que habían pasado.

Categoría de 9 a 12 años. "La última página", de Ágatha Estévez Álvarez

¡Hola! Me llamo “libro” y tengo un hermano gemelo llamado “cómic” pero yo soy mejor. Seguro que has oído hablar de mí, nací mucho antes de lo que te imaginas, hace mucho tiempo. Me han querido enterrar y quemar muchas veces pero he sobrevivido como semillas de sabiduría. También me han echado la culpa muchas veces de todo lo malo del mundo. Dicen que pertenezco a algo llamado Cultura pero yo no sé muy bien lo que es.

Vivimos en una sociedad muy tecnológica y a la mayoría de jóvenes solo les interesan los móviles y las redes sociales y no me leen. A veces me siento muy solo.¡Llévame contigo de vacaciones, al parque, en el metro, en el bus y déjame contarte mis más íntimas confidencias. Al pasar la última página te acabarás preguntando: ¿cómo es posible que hayamos tardado tanto en conocernos? Conmigo nunca estarás solo, siempre estarás acompañado. Si me lees te haré libre, te enseñaré a vivir y te daré gran riqueza y exquisito deleite. ¡Ábreme y adéntrate en mis historias, no te decepcionaré! 

¿A qué esperas?...

Categoría de 9 a 12 años. "Alas de ángel sin plumas", de Leo Mario Torti Flórez

Absoluta oscuridad.

Un grito agudo arrasa con esa atmósfera muda. Súplicas de aquella atormentada voz femenina. Los golpes y el bullicio horrible colapsaron sus oídos. Y los gruñidos belicosos del monstruo le provocaban, cada uno, lágrimas.

Las pisadas llegaron hasta el armario. Allí se detuvieron.

-Lucas...- dijo aquel engendro con un tono grave y arrogante- ¡Sal de ahí.! No le hagas a papá tener que sacarte.

Abrió las puertas de golpe. Atrapó al infante. Deus ex machina, una figura se presentó allí, como si de un guardián alado se tratara. Tambaleándose, con los labios rotos e innumerables cardenales.

No medió palabra, con la valentía, y la mirada amenazante de alguien al filo de la muerte, se enfrentó a aquella criatura inmunda, aquel ser acomplejado, que se hacía llamar hombre.

¿Cómo debería acabar esta historia? En ese momento se corta el hilo entre lo realista y la ficción. Ese monstruo repulsivo, ¿fue derrotado o no?

Esto es como un libro sin imágenes ni final. Tú decides el final.

Categoría de 13 a 18 años. "Infiel", de Eloy David Fernández Fernández

Ahí está su cabeza, 10 palmos por encima del suelo, clavada en una pica, recién cortada y empalada como una brocheta de un solo ingrediente. Ese es el plato estrella de la Iglesia, el favorito del pueblo. Ella mira la cabeza de su esposo sin despegar la vista, sin lágrimas. Los ojos de su esposo eran demasiado azules, siempre la miraban como culpándola de algo, ahora ya no miran a nadie. Suena un chasquido metálico.

La viuda despierta, se quita el sagrado y, al parecer, soporífero libro que tiene en la cara. El despertador marca las tres de la mañana. La viuda levanta la vista hacia la puerta del dormitorio y, al verlos, aprieta con fuerza la mano de su compañero de cama. Ahí están esos ojos azules; recordándole que su viudez solo fue un dulce sueño. Ahí están, echándole la culpa, mirándola a ella, esta vez detrás de una pistola. El esposo, con lágrimas, aprieta el gatillo.

Categoría mayores de 18 años. "Amargo", de Eva Rodríguez Bárcena

Pienso mucho en Harris Glenn Milstead porque tengo la palabra ‘mierda’ todo el día en la boca. Empecé cuando Álvaro dijo que me dejaba. “¡Y una mierda! Te dejo yo”. Creo que no me escuchó, porque ya había pegado un portazo. Han pasado tres meses y aquí sigo, en el mismo piso, con el mismo trabajo y quitando de mi ropa los pelos de Errata.

Ella también ha sido abandonada. Como yo. Como su libro de química. Como su desodorante y unos calcetines rotos. “La he adoptado porque tengo demasiado amor para dártelo solo a ti”, me dijo riendo el día que la trajo a casa.

Y sin embargo, no siento rabia porque todo el sueldo se vaya en comida para gatos, ni por guardar calcetines rotos por si acaso, ni por esperar a que alguien compre en Wallapop “Equilibrios iónicos y sus aplicaciones analíticas”, edición 2002, diez euros negociables. Lo peor es que no sé cocinar la boloñesa como Álvaro. O sobra sal o falta sal. O se queda muy roja o no tiene color. O la carne está poco hecha o está pasada.

Es entonces cuando siempre grito “¡mierda!”.

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