La Universidad de Oviedo ha recibido un legado bibliográfico del profesor ovetense Carlos López-Fanjul Argüelles, integrado por siete volúmenes de gran valor: seis incunables y un libro de 1541. La universidad asturiana mostrará este donativo en el aula José Gaos del Edificio Histórico, que, a partir de ahora, se incorpora a la biblioteca central como sala de investigadores y nuevo espacio de exposiciones bibliográficas puntuales.
La universidad ha abierto esta nueva área ayer viernes, a las 17:30 horas, en vísperas del Día del Libro 2022, con la exposición titulada El patrimonio crece: donativo bibliográfico de Carlos López-Fanjul. Han asistido a la inauguración, entre otras autoridades, además del propio donante, el rector Ignacio Villaverde y el director de la biblioteca universitaria, Fausto González.
El ovetense López-Fanjul Argüelles es actualmente profesor emérito de la Universidad Complutense de Madrid y fue catedrático de Genética de la universidad madrileña hasta 2013. La donación incorpora al patrimonio de la biblioteca siete ejemplares que precisan una identificación pausada y detallada, pero todo indica que incluye seis incunables, datados entre 1491 y 1500, y un ejemplar de 1541. Entre los incunables, destacan dos que salieron de las prensas del famoso impresor alemán Antonius Kobeger en 1491 y 1495, el estampado en Sevilla, en 1491, por Paulus de Colonia y sus socios alemanes, Johannes Pegnitzer, Magnus Herbst y Thomas Glockner, y un ejemplar de las obras de Virgilio, impreso en Lyon por Antonio Lambillion en 1492. Todos ellos, salvo el de Virgilio, son de temática religiosa o teológica.
El director de la biblioteca central de la Universidad de Oviedo, Fausto González, destaca que el aula José Gaos se convertirá en “un espacio seguro y digno” que acogerá “fondos de especial belleza editorial, facsímiles, libros de autor y obras de temática artística”. González añade que este nuevo espacio será, además, sede de “puntuales y cuidadas exposiciones bibliográficas” y funcionará, fundamentalmente, como sala de investigadores “en cuanto se habilite la infraestructura necesaria y se organice el personal preciso para atenderlos”.