Madrid, a 23 de marzo de 2022. – Una vez más, las personas mayores vuelven a ser objeto de discriminación. En esta ocasión, la huelga convocada en el sector del transporte golpea muy duro a las personas que viven en centros de mayores o que dependen de los menús que éstos elaboran a diario. “La situación es insostenible. Solo tenemos el suministro de producto fresco asegurado para una semana más”, denuncian las Asociaciones que forman parte del Grupo Social Lares que alerta de que la situación es “aún peor” en zonas de Asturias, Cantabria y Galicia. La incertidumbre se ha apoderado de los responsables de estos centros que ya han dado instrucciones a su personal de que acudan a los supermercados locales, donde hacen la compra el resto de las familias, para poder hacerse con aquellos productos que ya no les llega por los circuitos tradicionales. “Por lo general, cada residencia cuenta con unos proveedores que les surte de todo lo necesario para poder elaborar los menús. Sin embargo, desde la semana pasada, frutas, verduras y hortalizas, ya no se están suministrando. También hay problemas con las patatas y la leche”, explican algunas de los asociados al Grupo Social Lares, que aseguran: “nos estamos viendo en la necesidad de acudir a los mercados en los que compra el ciudadano de a pie, lo que conlleva una doble penalización: primero, a las residencias, que deben pagar un mayor precio por los mismos productos; segundo, el producto que compramos nosotros deja de estar disponible lo que pone en riesgo, a su vez, el abastecimiento de las familias”.
Ante esta situación, el Grupo Social Lares pide a la Administración que asegure unos servicios mínimos que garanticen el abastecimiento de todos estos centros y, por ende, la elaboración de los menús para las personas mayores, tanto residentes como no, ya que muchas personas reciben la comida en sus casas como parte de los servicios de ayuda
domiciliaria. “Nuestros proveedores, sensibles a la vulnerabilidad de los mayores, en muchos casos, están tratando de sortear los piquetes informativos para hacer las entregas, lo que ya ha ocasionado agresiones y desperfectos en los vehículos”, comentan desde algunas residencias Lares. “Es desolador comprobar que este colectivo, tras haber sido muy duramente castigado durante los años de pandemia, vuelva ahora a sufrir las consecuencias de un desabastecimiento al que se debe poner fin cuanto antes”, solicita el Grupo Social Lares.
A la falta de productos en las residencias, que están tirando de las reservas que tenían almacenadas en sus despensas, se le une la incertidumbre de no saber si los pedidos realizados estas semanas van a llegar y en qué estado se encontrará el producto. Además, la situación puede verse todavía más agravada tras el anuncio de varias empresas, sobre todo del sector lácteo, de paralizar su producción ante la imposibilidad de almacenar más stock de un producto totalmente perecedero.